Arnold Taraborrelli, el gurú de los actores



Fuente: Fernando Díaz de Quijano (elcultural.es)

Lleva 50 años en España, pero sigue marcando el ritmo de la clase al grito de “One, two, three, four!”. Arnold Taraborrelli (Filadelfia, 1931), estadounidense de padres italianos, se formó como bailarín y debutó en su ciudad natal en una producción de la ópera Carmen, para más tarde dar el salto a los escenarios de Broadway.


Más tarde, trabajando como coreógrafo en Puerto Rico, conoció a Lola Flores y a los bailarines Mercedes y Albano Zúñiga y quedó fascinado. Por eso acabó aquí. Ya en España, en los 60, conoció a Miguel Narros y William Layton. Juntos los tres iniciaron una fructífera etapa en la enseñanza de la interpretación y el movimiento que germinó en diversos grupos de teatro independientes como el Pequeño Teatro, el Teatro Estudio de Madrid (TEM), el Teatro Estudio Independiente (TEI) y el Teatro Estable Castellano (TEC). “Yo siempre había trabajado con bailarines en el teatro y la televisión en Estados Unidos, Puerto Rico y Londres, pero Narros me abrió la puerta al trabajo con actores”.



Aunque ha hecho coreografías para óperas como Orfeo y Eurídice, Divinas palabras, Las Golondrinas y Otelo y obras de teatro como Los últimos días de Kant, Don Álvaro o la fuerza del sino, La vida es sueño y Así que pasen cinco años, es en el gremio de los actores donde su nombre se pronuncia como el de un gurú. Con 80 años y 15 horas semanales de diálisis, Taraborrelli sigue impartiendo sus heterodoxas clases de expresión corporal en su estudio de la calle General Oraá, en el madrileño barrio de Salamanca. “Yo sigo ahí con mi pandereta, y creo que moriré contando hasta ocho”, bromea. “Nunca sé cómo va a ser la clase. Yo no enseño lo que sé, si no que intento sacar lo que cada alumno lleva dentro”.



Para él, la expresión corporal significa, sobre todo, ser consciente del espacio: “Cuando un actor se mueve, rompe el espacio y genera vibraciones, igual que un barco que surca el mar y genera olas”.



Sus clases no son un curso de unos meses y se acabó, sino que se convierte, como él dice, en “una forma de vivir”. Así, tiene alumnos que llevan con él más de 15 años. La mayoría de ellos, decíamos, son actores, pero también cantantes. Van y vienen, entre estreno y estreno, entre gira y gira: de Carlos Hipólito, que acude a sus clases desde que tenía 16 años, a Eloy Azorín, pasando por Ana Belén, Carmen Machi, José Maya, Miguel Ríos, Miguel Bosé o Luz Casal, que empezó con él a los 14. De todos se siente muy orgulloso Taraborrelli: “Son una generación de profesionales muy comprometidos que llevan al público la catarsis emocional que tanta falta hace”.



Algunos de ellos aparecen en Dos palmas, un documental sobre el coreógrafo que se presentó ayer lunes en el Teatro María Guerrero, en un homenaje organizado por el CDN al que asistirán Ernesto Caballero, Fermín Cabal, Antonio Onetti, Eloy Azorín, Carlos Hipólito, Carmen Machi, entre otros. El documental ha sido elaborado por el Laboratorio Audiovisual La Noche Tuerta, integrado, como no podía ser de otra manera, por alumnos que le deben mucho a su incansable profesor.

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