Joan Francesc Marco: "El Liceu debe reducir su número de funciones"


Fuente: Maricel Chavarría (lavanguardia.com)

Al buque insignia de la cultura en Catalunya se le podrían abrir nuevas vías de agua de no aplicar inmediatamente un plan de choque que haga frente a la bajada del consumo y las sucesivas sorpresas presupuestarias. Los ajustes imprevistos de las contribuciones de las administraciones comprometen el 33% del presupuesto aprobado en marzo por la comisión ejecutiva de la Fundació del Gran Teatre y ratificado en julio por el plan director, a lo que hay que añadir una disminución del 30% de ingresos por la caída de la demanda, agraviada en buena medida por el IVA del 21%. Esta situación -que se traduce en cuatro millones de euros menos de lo previsto- pone en peligro, según la dirección general de la entidad, el futuro del teatro, por lo que ha su ejecutiva ha aprobado una serie de enmiendas al Plan Director que fueron presentadas ayer. ¿Cuál es esa nueva hoja de ruta que ha de evitar la deriva?

Joan Francesc Marco habla de una campaña de mecenazgo con grandes empresas, habla de micromecenazgo -incluso más allá de nuestras fronteras-, habla de actividad externa de la orquesta y el coro, y de alquilar más a menudo el teatro, pero especialmente, desgrana el plan de contención del gasto, tanto en lo que respecta a personal y estructura -acaba de poner sobre la mesa del comité de empresa su propuesta de convenio- como en lo que atañe a la actividad artística.

Dice usted que no hay alternativa: la actividad del teatro debe disminuir.
No el número de títulos, pero sí el número de funciones. La oferta y la demanda deben estar en relación, tener máxima ocupación con precios dinámicos. Porque la demanda ha bajado. Tras el incendio, el Liceu registró un nivel de ocupación altísimo y la oferta respondió creciendo. Ahora toca hacer lo contrario. La ópera es cara y sin niveles altos de ocupación no salen los números.

Pero los ingresos por taquilla son cruciales para una casa con elevados costes fijos como es un teatro de ópera.
Por eso es tan importante conseguir la flexibilidad laboral.

¿Y la flexibilidad no está encaminada a producir más en lugar de menos?
Se trata de adecuar la producción en función de la demanda. Orquesta, coro y técnicos pueden hacer otras cosas porque siempre habrá trabajo que hacer, ensayos, giras... la flexibilidad nos permite adecuar los ritmos de trabajo a la demanda y no al revés.

¿Se refiere a los cinco conciertos de la orquesta y el coro por Catalunya y a algunos festivales del resto de España?
No sólo a giras. La persona que hasta ahora se dedicaba en el Liceu a la producción y las giras del Petit Liceu ha pasado a asumir únicamente las giras de todos los cuerpos artísticos: busca contratos en otros teatros y ofrece nuestro coro a orquestas que no cuentan con uno propio. Se trata de estar disponibles para ir dando personalidad y visibilidad a la orquesta y al coro, asumir retos artísticos que les lleven a mejorar.

¿Y de cuántas funciones menos estamos hablando?
Si ahora estamos en el orden de las cien contando óperas, ballets y títulos en versión concierto, a partir de la temporada 2013-2014 serían 84 funciones, 71 de ellas de ópera. Pasaríamos de tener una media de nueve funciones por título operístico a tener 5,9. El Covent Garden tiene una media de 6,9 funciones por título.

Y 20 títulos por temporada...
...Y una financiación basada en el mecenazgo, que les permite hacer cosas. La media de La Scala es de 7,7 funciones, y la del Real 7,4. No son las nueve del Liceu.

¿Qué lectura hace de esa comparación?
Pues que tras su reinauguración, el Liceu creció de manera espectacular, lo que hizo que aparecieran muchos turnos de abono y muchas funciones por título, porque existe un público que quiere vincularse al teatro. Si antes del incendio había tres o cuatro turnos, el número se disparó para poder ofertar a los abonados, y claro, llegó un momento en que el teatro tenía 25.000 abonados.

¿Y eso cómo lo soluciona el Covent Garden, por ejemplo?
Bueno, es que aquí tenemos una costumbre que muchos critican pero que tiene un valor, y es que el abono, que en principio es un modo de asegurarse unas localidades, tiene un factor añadido: la gente tiene siempre la misma butaca y se encuentra con la misma gente a su alrededor, se siente a gusto. El día que va a una función fuera de abono tiene la sensación de no conocer a nadie.

Así pues, ¿no se trata de que una ópera acumule mucho público para resultar rentable?
No. Necesitamos el teatro lleno para que cuadren las cuentas. Hemos constatado que en un título como La forza del destino, las funciones populares estaban llenas y las normales no. Con esa política tan positiva de mezclar en un mismo título operístico funciones de dos precios nos estamos canibalizando a nosotros mismos. La gente compra lo más barato.

¿Le sorprende? Han subido un 30% el precio de la taquilla, y se ha sumado a ello la diferencia del 13% del IVA. ¿No se pueden aligerar un poco?
La primera reacción ante la subida del IVA fue no repercutirlo en el público, pero los números no salían. Pensamos en asumir la mitad, y tampoco. Lo único que podíamos permitirnos era no incrementar el Petit Liceu. Vender más barato supone déficit. Y hay que cuadrar unos presupuestos hasta la temporada 2016-2017.

En Berlín la entrada más cara en la ópera son 120 euros.
Todo es más barato en Berlín.

Entonces...
Del mismo modo que la gente cuando va al restaurante ya no pide dos botellas de vino, sino una, también quiere ir a la ópera con entradas más baratas. Por eso en el nuevo plan director estipulamos que no mezclaremos dentro de un mismo título precios diferentes. Se decidirá si el título será de precio popular o normal.

¿No habrá dos repartos?
Exacto.

¿Se abstendrá el Liceu de contratar a grandes figuras durante esta tormenta económica?
Si queremos preservar la calidad de nuestra oferta artística -cosa fuera de cuestión en el Liceu- no es posible prescindir de las primeras figuras del canto, la dirección de orquesta y de escena.

Pues habrá que compensar lo que no entra por taquilla. ¿Qué es eso del mecenazgo internacional que están explorando?
Hemos visto que en EE.UU. sólo el 5% del mecenazgo proviene de empresas y el 73% viene de personas físicas. Salzburgo, el Covent Garden, la Ópera de París o el Ballet de la Ópera de París tienen en Nueva York unas cofundaciones con objeto de recaudar de mecenas y benefactores americanos para sus festivales y teatros. Estamos trabajando para crear esta organización sin ánimo de lucro en Nueva York. Obviamente es una solución a medio plazo. Si genera 100.000 o 200.000 euros al año, será satisfactorio.

Eso hace recordar que el Liceu tiene aún margen de explotación en el campo del turismo.
Es verdad, hay que trabajar en eso. El Liceu tiene mucho prestigio internacional pero no prestigio popular. Cuando la gente viaja a Viena, le guste más o les guste menos la ópera se reserva una noche para ella. Aquí eso aún no se produce y tiene que ver con los cuerpos artísticos estables. Allí sabes que tendrás a la Filarmónica de Viena en el foso. Aquí hay que mejorar aún más el nivel.

Aparte, el Liceu ha pedido un crédito de 6 millones a la banca. ¿Cómo está el tema? ¿Se agudizan los problemas de liquidez?
Eso es otro asunto que nada tiene que ver. En julio se aprobó la autorización para solicitar un crédito que compensara los pagos de indemnizaciones por despidos, pues la recuperación de este capital no es inmediata. Todo va en la buena dirección, se habla con La Caixa pero también con el Santander y otras entidades, pero las instituciones financieras son muy rigurosas al evaluar riesgos.

Ha dicho usted que no habrá otro ERE, pero ¿sufrirá la plantilla otra bajada de sueldo, tras la reducción por decreto del 5% de masa salarial en 2010-2011 y el ahorro en sueldos de 1,5 millones de euros en la 2011-2012?
Sí. No habrá despidos ni cancelaciones, pero se abre un periodo de conversaciones, porque si hay que hacer un plan viable tenemos que considerar también el coste de personal. Ha de ser lo menos traumático posible. La flexibilidad ya ha supuesto un buen ahorro en horas extraordinarias y contrataciones.

¿Se recuperará el proyecto audiovisual?
Esperamos hacerlo la próxima temporada. Es preciso llegar a un acuerdo con los trabajadores en cuanto a la contraprestación económica por cesión de derechos audiovisuales.

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