DE RATONES Y HOMBRES


TEXTO: JOHN STEINBECK
ADAPTACIÓN: JUAN CAÑO ARECHA y MIGUEL DEL ARCO
DIRECCIÓ: MIGUEL DEL ARCO
INTÉRPRETES: FERNANDO CAYO, ROBERTO ÁLAMO, ANTONIO CANAL, RAFAEL MARTÍN, JOSEAN BENGOETXEA, IRENE ESCOLAR, EDUARDO VELASCO, DIEGO TOUCEDO, ALBERTO IGLESIAS, EMILIO BUALE
DURACIÓN: 2h
PRODUCCIÓN: CONCHA BUSTO PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN en coproducción con TEATRO ARRIAGA DE BILBAO, TEATRO CALDERON DE VALLADOLID, CLECE S.A., KAMIKAZE PRODUCCIONES S.L. y con la colaboración del TEATRO CUYÁS DE LAS PALMAS
TEATRO EL BOSQUE, MÓSTOLES (Espectáculo en gira)

Extasiada, así se resumiría en una palabra como salí del teatro. Muchas habían sido las buenas críticas, las recomendaciones continuas, pero pocas las posibilidades de verla. Barcelona volvía a ser un destino imposible para una buena producción de Madrid. Móstoles nos dio la oportunidad de ver uno de los mejores montajes de la temporada pasada de la cartelera madrileña, que aún continua de gira por España.

No conocía el texto, lo poco que pude leer en el folleto de mano me llevo a sumergirme en un mundo de pobres de cartera pero ricos de espíritu desde el primer minuto. Espectacular montaje, su puesta en escena sorprende, sus numerosos cambios escenográficos, conseguidos sólo con girar un par de piezas funciona y convierte a las transiciones en momentos de magia. La adaptación a cargo de Juan Caño Arecha y Miguel del Arco fluye, poco a poco y sin descanso te dejas atrapar por la historia, y las dos horas pasan en un suspiro.

De ratones y hombres habla de la amistad, de las relaciones humanas, de los deseos, de las frustraciones, de los sueños, pero también de temas políticos, muy presente está la discriminación a los negros, el menosprecio de la figura de la mujer, la diferencia entre los terratenientes y los casi esclavos trabajadores...

Por si fuera poco, el reparto es excelente, desde el primero hasta el último. Sorpresa mayúscula, la de Fernando Cayo, que mi ignorancia me lleva a recordarle por algún secundario televisivo y por algún papel teatral menor, y aquí coge las riendas de este barco, donde es protagonista, y se enfrenta a las tormentas con valentía, regalándonos una de las mejores interpretaciones de la noche. 

¿Qué decir del gran Roberto Álamo? Que parece recuperado del pequeño traspiés llamado deseo y nos devuelve su mejor cara. Lennie es la ternura hecha hombre, Álamo lo envuelve en un dulzura que convierte su maldad en bondad y el público no es capaz de culparle de sus actos.

Con una entrada desconcertante a escena, Irene Escolar aporta al personaje una inocencia, a veces exagerada y otras escondida tras una más que aparente provocación. Chocan su vestimenta, más moderna de lo que el canon de la obra pediría. Pese a todo, suya es una de las mejores escenas del montaje, junto con Lennie, hablando de sueños. Su mirada al público es sencillamente cautivadora.

De ratones y hombres, cautiva, convence, atrapa, ensueña y sobre todo fascina. Por lo que sigo preguntándome, ¿por qué no llegará a Barcelona? Es de esas cosas que nunca entenderé. De momento sigue de gira, si tenéis la oportunidad, no la dejéis escapar.

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