Según una regla no escrita del mundo del espectáculo, cuando las actrices cumplen el medio siglo tienen más que problemas para encontrar buenos papeles. Pero las reglas están para romperlas. Sobre todo, si tienes el talento de Adriana Ozores. Nominada seis veces al Goya en la última década, esta sonriente madrileña de 50 años triunfó la pasada temporada con su desgarradora encarnación de Lady Macbeth en las Naves del Español, reinó en el tubo catódico gracias a 'Los hombres de Paco' y participó en la comedia coral '8 citas', en la que mantenía un divertido 'tour de force' con el argentino Miguel Ángel Solá. Ahí es nada.

Ahora, regresa a su hábitat natural, el teatro, para protagonizar 'Sexos', una comedia de infidelidades en la que comparte reparto con Anabel Alonso y tres 'pacos': Pepón Nieto, Federico Celada y Neus Sanz. "La primera razón por la que acepté la obra fue porque estaban todos mis amigos y me hubiera muerto de la envidia si no me incluyen. Además, me hizo mucha gracia el texto. Creo que hará reír mucho al público y, además, es muy cañero con ciertas actitudes de esta sociedad, con cómo nos relacionamos de una manera bastante frívola y los modelos de conducta que hay".

Así pues, parece que la química está asegurada en el montaje, un elemento clave para este tipo de funciones. "Entiendo que un director le haga pruebas a un actor consagrado porque es muy importante. Puedes ser muy bueno pero no tener 'feeling' con tus compañeros. Aquí estaba todo ganado de antemano. Los ensayos han sido muy divertidos, me encanta ver a mis compañeros, creo que van a estar todos estupendos".

Ozores encarna a una mujer que está harta de que su marido, Pepón Nieto, hable mucho de sexo pero sólo intente practicarlo con otras. A su alrededor, se mueven sus amigos igualmente obsesionados con tener una vida sexual activa. "Realmente, es una comedia mucho más limpia que lo que pueda sugerir el título. Aunque, a veces, nos tenemos que lavar la boca con jabón de las palabrotas que decimos... Hablamos de las parejas, de los hombres y las mujeres".

La obra se estrena en Madrid el próximo 4 de septiembre en el teatro de La Latina, un espacio que, según cuenta la intérprete, no tiene nada que ver con lo que era hace unos años. "Es la primera vez que actúo aquí y me parece que la sala ha cogido la energía del barrio, que se ha llenado de gente joven, y ya no se programan esos espectáculos de revista. De todas formas no soy nada fetichista de los teatros". Tampoco se confiesa maniática, su único ritual antes de entrar a escena es "coger aire y lanzarme".

Aunque empezó su formación como primera actriz de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, asegura que sigue sintiendo nervios ante la subida del telón. "Esa adrenalina es necesaria para que las cosas salgan bien". Sin embargo, esta encantada de seguir desafiando esa injusta regla para las actrices maduras de la que hablábamos al comienzo. "Hoy en día, uno de los grandes valores es ser joven y guapo y eso está haciendo mucho daño. Pero no sólo en esta profesión, sino a todos los niveles. Tú, si eres escritor, te van a poner en mejor lugar en una librería, si eres joven y guapo. Y eso es muy peligroso y hay que empezar a denunciarlo. Es peligroso porque desvirtúa la realidad, la sociedad no es así, nosotros no somos así, hay gente de todas las maneras y, si nuestro trabajo consiste en reflejar la realidad, estamos dándole a esos jóvenes a los que supuestamente va dirigido todo el ocio una mentira. Con lo cual, lo van a pasar muy mal".

En octubre también podremos verla en la gran pantalla con 'Nacidas para sufrir', una comedia costumbrista que homenaje a las comedias de Berlanga o Marco Ferreri y que narra la historia de una anciana, Petra Martínez ('La soledad'), cuyo único propósito es que alguien la cuide en sus últimos días. La cinta supone su cuarta colaboración con Miguel Albaladejo. "Miguel es amoroso y adorable. ¡Hemos pasado un rodaje tan delicioso! No sé lo que saldrá porque aún no la he visto pero ha sido una experiencia genial. Nos han puesto gordas, con unas celulitis y unas fajas... adoro mi personaje".

Fuente: José Luis Romo (www.elmundo.es)


Tras el paso en la temporada 2008-2009 de Concha Velasco, Carmen Machi, Marisa Paredes, Verónica Forqué, Maribel Verdú y Aitana Sánchez-Gijón, la cartelera barcelonesa abre el nuevo curso con desembarco masivo de producciones de la capital y protagonismo masculino. Cinco de los principales teatros privados suben el telón abonados al puente aéreo: Romea (Urtain); Poliorama (Dos menos), Borràs (Cosmética del enemigo), Goya (Noviembre) y Condal (La montaña rusa). Un debut, pues, con goleada de Madrid, cuando hace año y medio una treintena de profesionales de la escena madrileña se quejaban en un manifiesto de las dificultades para ejercer su oficio en Barcelona.

«Ha sido una absoluta casualidad», subraya Daniel Martínez, presidente de Adetca y del grupo Focus, que gestiona el Romea, Goya, Condal y La Villarroel. «Sucede que en septiembre, debido a las vacaciones, se suelen programar obras ya en funcionamiento para dar tiempo a preparar las de producción propia».

Dos monstruos de la interpretación, Héctor Alterio y Pepe Sacristán, inaugurarán el miércoles la programación del Poliorama con Dos menos, obra del joven dramaturgo francés Samuel Benchetrit que aborda con humor el encuentro en una sala de hospital entre dos enfermos terminales. Una mirada lúcida, amable y divertida sobre dos ancianos que se enfrentan al epílogo de sus vidas. Llevan ya 300 representaciones, entre Buenos Aires y España, recibiendo el aplauso unánime de público y crítica, y no se cansan.

«Afrontamos cada función como si fuera el estreno; salimos a jugar a ser lo que no somos e intentar que los espectadores se lo crean», aducen ambos, por primera vez juntos sobre las tablas. «Es una obra por momentos emocionante y sumamente entretenida», destaca el octogenario actor argentino. Para Sacristán, la pieza tiene además la virtud de proponer «con gran sensibilidad caminos de emociones difíciles de prever por la originalidad de la propuesta». Son los caminos de dos pobres diablos hacia su cita con la parca. «Se trata la muerte con un humor no transgresor, sin ofender, con la sonrisa de aceptar una realidad que nos toca a todos antes o después, pero sin sesudas disquisiciones filosóficas», añade el actor madrileño. El montaje, dirigido por Óscar Martínez, permanecerá en la sala de la Rambla hasta el 20 de septiembre.

El Romea recurre para abrir la temporada, el jueves, al gancho de Urtain. Un golpe directo al estómago de la compañía Animalario, acaparadora de Premios Max. Con texto de Juan Cavestany y dirección de Andrés Lima, el montaje radiografía el ascenso y caída del mítico boxeador (que interpreta Roberto Álamo) a la vez que pone contra las cuerdas al país que le llevó al suicidio. «Fue utilizado como un símbolo, una marca. La del toro, la España con dos cojones. La España de raza que tanto gustaba a Franco. Necesitaban un símbolo que saliese de la pobreza y el catetismo a base de hostias. Y lo encontraron», cuenta Lima.

Otro dueto –José Pedro Carrión y Jesús Castejón– protagonizan la inauguración del Teatre Borràs, el próximo jueves, con Cosmética del enemigo, adaptación teatral de la novela de Amélie Nothomb. Los dirige José Luis Sáiz, quien define el montaje como «un viaje interior al infierno; a ese lugar que habita en todos nosotros pero al que nunca queremos ir». A su juicio, la autora combina «ironía, humor y mala hostia» para indagar en la consciencia –«no el yo aparente sino el interior»–. Allá donde se libra la batalla entre el bien y el mal.

El escenario recrea la sala de un aeropuerto –hay también butacas para los espectadores–, donde un ejecutivo (Carrión) espera la salida de su vuelo retrasado. Un inesperado interlocutor (Castejón) se convertirá en la abominable encarnación de todos su fantasmas. «Vivimos unos tiempos en que lo maquillamos todo», afirma Castejón. «Las mayores tragedias forman parte de lo cotidiano y estamos creando una cosmética de algo tremendo: las injusticias».

El Teatre Goya estrena temporada el 10 de septiembre con Noviembre, una sátira sobre el poder de David Mamet, que nos traslada a un ficticio Despacho Oval para llevar al despropósito al supuesto líder de la humanidad. Bajo la dirección de José Pascual, Santiago Ramos se mete en el pellejo de un presidente de EEUU –no se dice si republicano o demócrata–, capaz de las más disparatados dislates para salir reelegido. «Es una de las comedias más desenfadadas y agresivas de los últimos tiempos; un homenaje a la incorrección política que echa por tierra cualquier atisbo de sentido común justo donde pensamos que deberían regir las virtudes que garantizan el bien de todos», explica el director. Ana Labordeta, Cipriano Lodosa, Jesús Alcaide y Rodrigo Pisón completan el reparto del montaje, que recalará hasta mediados de octubre.

La eterna prestancia de Arturo Fernández –tiene ya ¡80 años! pero hace convincentes sus líos juveniles en la ficción– vuelve a asomarse en el Paral.lel para la rentrée del Condal. El galán asturiano habitará desde el 15 de septiembre en la casa de Joan Pera, que ya anda macerando su nueva obra. Muy bien acompañado por Carmen del Valle, encarna en La montaña rusa a un empresario de éxito arrastrado a un tobogán de peripecias por la guapa de turno.

Fuente: Inma Fernández (www.elperiodico.com)

La Universidad Internacional Menéndez Pelayo rendirá homenaje mañana al director teatral Mario Gas. El director del Teatro Español de Madrid, que se encuentra en la universidad dando un curso a jóvenes actores y directores, recibe el segundo premio (junto al tenor italiano Roberto Scandiuzzi) La Barraca, por su trayectoria profesional, su magisterio y su contribución profesional e innovación en el mundo de la escena.

Vinculado al teatro ya gracias a su familia, la trayectoria de Mario Gas se remonta a la década de los sesenta y éste premio se sumará a los que ya posee, entre los que destacan dos premios Max. Mañana, la actriz Enma Cohen será la encargada de hacer su laudatio.

Así, el director del musical Sweeney Todd y Roberto Scandiuzzi se suman al cantaor Diego El Cigala, que recibió el año pasado el primer premio La Barraca que se constituyó el año pasado por el 75 aniversario de la UIMP, en recuerdo de la compañía de teatro de Federico García Lorca, La Barraca.

Gas, que destaca por su versatilidad - es además actor de cine, de teatro y de doblaje - es conocido por la dirección de Martes de Carnaval, de Valle Inclán. Fue nominado al Goya al mejor actor secundario en el año 2000 por su actuación en la película Amigo/amado, de Ventura Pons.

Fuente: Cristina Castro (www.elpais.com)



El humor más disparatado y el más refinado de las películas norteamericanas de los años 30 y 40 van a mirarse de frente en los teatros de Madrid. El Fígaro Adolfo Marsillach estrena este miércoles 'La verdadera historia de los Hermanos Marx', mientras que el 11 de septiembre llegará el turno de 'Ser o no ser', basada en la célebre película de Ernst Lubitsch, en el Alcázar.

Ambas obras tienen en común, aparte de sus raíces cinematográficas, el sello de la compañía Teatro Meridional de una manera u otra. En el caso de la primera porque es una producción de la veterana formación madrileña, con la autoría de Julio Salvatierra y la dirección de Álvaro Lavín, y en el de la segunda con la participación de ambos, que son el adaptador y director, respectivamente. Las dos obras, son además, "un homenaje al cine", según Salvatierra, y a unas personas que hicieron reír a espectadores de todas las partes del mundo con sus maneras diferentes de concebir el humor.

"Aunque la vida de los hermanos da para diez películas, no hemos querido hacer una obra biográfica, sino un homenaje a los personajes que todos conocemos". Por ese motivo, Salvatierra se ha centrado en las películas de los Marx, desde las primeras que en realidad eran "una traslación a la pantalla de sus espectáculos en Broadway" hasta las últimas, aunque el dramaturgo ha bebido sobre todo de "las rodadas en la época de La Metro con Irving Thaler, que contaban con un guión estructurado y no eran sólo una sucesión de gags".

De ahí ha tomado Salvatierra imágenes conocidas por todos. Así por la obra desfilan escenas que no pueden faltar en cualquier historia sobre los Marx, como la desternillante del camarote, y otras no tan famosas pero también muy divertidas que muestran cómo las gastaban los hermanos. Pero la obra no se queda en una recreación escénica que recordara momentos graciosos.

Salvatierra ha querido trasladar a las tablas el sello de los cómicos. El autor buscó desde el principio escribir un texto que tuviera elementos genuinos de los Marx, con las "escenas que rompieran la acción de la obra, diálogos absurdos y juegos lingüísticos" que había en sus películas.

Esos elementos los ha incardinado en una trama general que, aunque parte de un asunto real, tiene su buena dosis de disparate. Así la obra comienza con la desclasificación como secreta de una película que hizo el FBI sobre los hermanos después del espionaje al que sometió a Groucho, investigación que sí tuvo lugar a mediados del siglo pasado, por supuestas ideas izquierdistas. La previsible difusión de la cinta lleva a los hermanos a salir del limbo y volver a la vida terrenal para impedirlo.

De impedir otros planes, los de Adolf Hitler en la Polonia ocupada por los nazis se encargarán los personajes de 'Ser o no ser'. La obra es el segundo homenaje de Salvatierra al cine de los años 40. En esta ocasión el autor ha adaptado la genial película de Lubitsch para un montaje escénico que llegará al Alcázar en septiembre. La producción, en la que también han intervenido los demás componentes de Meridional, cuenta con un reparto encabezado por Amparo Larrañaga y José Luis Gil.

Los dos actores interpretarán un montaje que ha pasado por varias versiones hasta dar con la final. La adaptación es "fiel al original, a los diálogos y los personajes" de la película. No ocurre así, como es evidente, con las múltiples localizaciones que había en la cinta, pero que Salvatierra creen que han conseguido trasladar al escenario de diferentes formas, entre las que figura el vídeo. "Lo usamos no sólo para las transiciones teatrales, también de una manera cinematográfica y escenográfica que nos permite mucho juego escénico", señala el adaptador.

Como lo hay en el original. Tanto que ha hecho pensar a muchas personas si la película no estaba basada en una obra teatral, gracias a una carpintería perfectamente construida y que convirtió los diferentes escenarios de la película en la tramoya de "una obra redonda, perfecta" por la que deambulaba una 'troupe' de actores que se servían de sus dotes interpretativas para cambiar la historia del mundo.

Fuente: Rafael Esteban (www.elmundo.es)

El Teatre Tantarantana de Barcelona abre por primera vez en agosto y lo hace con Invisibles, un "aperitivo fresco" de la próxima temporada que dirige Sergi Estebanell y en el que el protagonista explicará al público los secretos de la invisibilidad.

En Invisibles, que se verá desde mañana hasta el 11 de septiembre, Nacho (Lluís Petit) explicará al público cómo convertirse en invisible de una forma muy interactiva. "Me he sentido un poco extraño después de descubrirlos, pero ha habido un proceso de adaptación y también yo he conseguido convertirme en invisible", confesó hoy en la presentación de la obra.

Junto a los secretos para desaparecer, el actor Xavier Estrada interpretará un total de 18 personajes, apoyado por las proyecciones en una gran pantalla de vídeo. Las canciones, bailes, juegos y deportes se combinan en esta obra de "humor y movimiento", que también se representará en inglés dos días, el 1 y el 8 de septiembre.

Invisibles llega al Tantarantana tras su estreno en el centro cultural La Casa Groga del Poblenou en junio, y pretende seguir la línea de otras obras de la compañía, como Kamchàtka, que ha tenido mucho éxito en los festivales de teatro europeos.

Sobre la apertura del teatro en agosto, su director artístico, Julio Álvarez, indicó que se trata de una tendencia "imparable", que iniciaron el Versus Teatre y el Teatre Gaudí y a la que este año se ha unido el Teatre Romea. "Es ilógico que una ciudad como Barcelona se paralice culturalmente en agosto", aseguró, convencido del éxito de la iniciativa.

Fuente: www.lavanguardia.es



"Barcelona funciona como hace 20 años, pero hace tiempo que no todo cierra en agosto, ni la gente desaparece un mes entero de la ciudad. No tiene sentido que teatros y salas de concierto se paralicen de esta manera", dice Joan Mas, gerente de Mas i Mas, que desde hace siete temporadas llena el vacío de conciertos en agosto con una oferta musical que este año llega a los 150 espectáculos. Afirma que le va bien y considera que debería tomarse ejemplo de otras ciudades europeas, donde más que disminuir, la oferta de espectáculos aumenta en verano.

Madrid, por ejemplo, tiene esta semana una cartelera con 15 teatros abiertos, algunos de ellos públicos, y la programación de los Veranos de la Villa en activo hasta el 23 de agosto. El contraste con la cartelera de Barcelona es demoledor. Sólo seis teatros con programación que se quedarán en cuatro la próxima semana. Y habrían sido tres si ayer no hubiera anunciado el Tantarantana que por primera vez avanza el inicio de su temporada y estrena el viernes Invisibles, de la compañía La banda (teatro de humor). "Una ciudad como Barcelona se merece más actividad. Hay público para ello", afirma Julio Álvarez, director de la sala. "La vida laboral ha cambiado y, además, hay visitantes con ganas de oferta cultural", añade, al tiempo que reconoce que se ha animado viendo los buenos resultados de otras salas alternativas, como el Versus Teatre y el Gaudí, dirigidas por Ever Blanchet y pioneras en hacer el agosto teatral.


Desde hace ocho años, el Versus presenta la pretemporada Avantime, que "ocupa a unas 112 personas", afirma Blanchet. Es consciente de que estrenar antes de la Mercè es difícil, porque los teatros no se llenan. "Nosotros este año hemos pinchado en algunos espectáculos, pero conseguimos llenos en otros, como Romeo y Julieta, en el Gaudí, o Desig d'opera, en el Versus. Además, así ya estamos rodados cuando empieza la temporada", apunta Blanchet.Para Ever Blanchet, la demanda existe, pero falta más oferta, por lo que se alegraría de que los teatros públicos ofrecieran también propuestas o colaboraran, al menos, con los privados para ofrecer en sus salas programas más ambiciosos.

De hecho, toda la oferta teatral de verano en Barcelona es privada. Se acaba el festival Grec y llega el páramo. El grupo Focus mantiene abiertos el Condal, con la comedia de Joan Pera La Glòria del mercat (hasta el domingo); el Romea, con la reposición de la coreografía de Maria Rovira El salt del Nijinski, que también acaba el 23 de agosto, y el Goya, en donde hasta finales de mes puede verse el espectáculo de percusión y baileCamut. Un portavoz del grupo explica que la ocupación es mediana -la que más, en el Romea, no llega al 60%, aunque la afluencia, dependiendo de los días, es variable y anoche había poco público- y eso que dos son montajes de danza sin texto que permiten atraer a los turistas que visitan la ciudad.

En música la amplia oferta del festival Mas i Mas copa buena parte de la programación. Hay para todos los gustos. Desde música clásica, en el auditorio de La Pedrera, con tres conciertos diarios, hasta el tecno en la sala Moog, que cada noche se llena a reventar, pasando por el flamenco en Tarantos, que atrae a mucho público, y el jazz, en Jamboree. Para los conciertos con tirón, el festival cuenta este año con la sala Luz de Gas, donde Txell Sust presenta hoy su disco Ciudadana universal. El festival, que Marianne Faithfull abrió el pasado 29 de julio en el Auditori, será clausurado en el mismo espacio 4 de septiembre por el grupo Jarabe de Palo. Joan Mas lamenta no poder disponer en agosto de escenarios como el Auditori, el Palau de la Música y el Liceo, cerrados por vacaciones. "El Teatre Grec, que el año pasado pudimos utilizar, es un espacio absolutamente desaprovechado al que se podía sacar mucho partido cuando termina el festival Grec", comenta. Esta opinión la comparte Blanchet.

También en plena canícula, Razzmatazz y la sala Apolo no cierran por vacaciones. En la primera, viernes y sábados ya de madrugada se ofrecen conciertos de grupos extranjeros cañeros. En la sala Apolo hay oferta casi diaria, desde sesiones de pinchadiscos a rumberos, pasando por conciertos de artistas nacionales.

Los miércoles, de julio a finales de agosto, Caixafòrum ofrece en su ciclo Noches de Verano lecturas poéticas, representaciones teatrales y conciertos de estilos que van entre la música clásica y las músicas del mundo y el gospel (son de entrada gratuita).

El Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), por su parte, acoge un año más el festival de cine al aire libre Gandules, que de martes a jueves ofrece en el Pati de les Dones una programación que este año explora la relación entre el séptimo arte y la música con filmes de directores como Clint Eastwood, John Cassavetes, Jim Jarmusch y Francis Ford Coppola, entre otros. Además, las sesiones, que cuentan con gran número de seguidores, sirven también para presentar las producciones propias de cortometrajes auspiciadas por el CCCB.

Fuente: C. Serra y L. Morgades (www.elpais.com)


La primera vez que se representó Medea fue en el 431 antes de Cristo. Desde entonces se conoce esa tragedia de desamor y venganza con aquel texto de Eurípides o con el de otros creadores que han contado esa historia a su manera, como Séneca, Corneille, Pasolini, Anouilh, Ovidio y Heiner Müller, sin olvidar versiones operísticas (Cherubini y Theodorakis) o parodias musicales que llegaron a Broadway.

Medea ha marcado también a directores y actrices. Y al Festival de Teatro de Mérida, inaugurado y creado en 1933 por Margarita Xirgu, con una versión que Miguel Unamuno hizo de esta obra, basándose en Séneca. El Teatro Romano emeritense ha visto 16 Medeas interpretadas por actrices emblemáticas como Nuria Espert, Montserrat Caballé y Manuela Vargas. El próximo jueves ese escenario recibirá una nueva. Blanca Portillo, actriz que ha entrado por derecho propio en el universo de las grandes y elegidas, transita una vez más por el universo del esloveno Tomaz Pandur, con quien se encontró en Barrocco y Hamlet.

Fundador de la compañía Pandur Theaters, el director se ha convertido en uno de los más reclamados por teatros internacionales. Su propuesta cuenta con un prólogo y un epílogo en los que deja claro que Medea invita a soñar. Sueño que ha puesto en pie con su equipo de cabecera: los dramaturgos Darko Lukic y Livia Pandur, la música de Silence (más el Lacrimosa de Mozart), escenografía de Numen, coreógrafo Ronald Savkovic, vestuario de Angelina Atlagic y sus dos actores fetiche en España: Blanca Portillo y Asier Etxeandía. Junto a ellos dos importantes nombres de la escena: Julieta Serrano y Alberto Jiménez. Y un puñado de actores como argonautas y como mujeres de la Cólquide. Ellos trabajan la tierra en tiempos de paz. Ellas tocan y cantan músicas inquietantes con aires de sones de los Balcanes.

Su Medea es una mujer anónima, una refugiada, una exiliada que lleva 3.000 años caminando por el mundo. El poeta, al hablar de ella, se preguntó si puede haber mayor dolor que el de perder la patria. Pandur no oculta que su Medea tiene mucho de autobiográfica: "Yo he perdido mi país, que jamás volverá a existir. Soy yugoslavo, lo seré siempre, pero llevo 18 años tratando de encontrar mi país; Medea hace lo mismo hasta que se da cuenta de que no existe, que está en su corazón. Yo tengo el teatro, donde creamos nuestros propios mundos, donde escapamos de una realidad, para alcanzar otra en la que podemos creer, Medea es un homenaje, una deuda que tengo con el teatro". Pandur dice que, de tener patria sería el teatro: "Un lugar donde puedes ser tú, con todo el dolor, la rabia, la ternura; y aunque el ser apátrida te hace ser más fuerte, nunca estás en una situación confortable, lo que te hace arrastrar un complejo de inferioridad con el cual te levantas cada mañana y al tiempo que tomas el café tienes que enfrentarte a eso y tratar de superarlo". Guarda silencio. Portillo le mira asombrada, consciente de que Pandur está hurgándose las entrañas. El director continúa: "Eso de ¡qué buenos y talentosos somos! es todo mentira, lo de superar el complejo de inferioridad es lo brutal y lo importante, y decirte existo, soy, en lo bueno y en lo malo".

En su montaje, puesto en pie en la sala de ensayos del Teatro Español de Madrid, quedan cosas por matizar. Sabe que la obra durará menos de dos horas en las que Jasón y Medea se ven atrapados en mundos que evocan al neorrealismo italiano, atmósferas metafísicas e incluso esotéricas, imágenes de pinturas clásicas o los mundos de aislamiento, soledad y melancolía de Edward Hopper. "Es una Medea del cielo y de la tierra, con los pies sólidos, pero los brazos tan altos que pueden sostener el cielo", explican Pandur y Portillo en una conversación entre ellos. Pandur suelta cosas en español, menos cuando quiere afinar una idea que lo hace en inglés. Ella cuando quiere ser bien entendida, le habla en un inglés fluido. "Medea es una diosa, una protagonista de la mitología, pero también es protagonista de su propia vida. Intentamos traer 3.000 años de memoria emocional hasta hoy y para ello hay que tocar arquetipos básicos de la civilización que llevamos dentro; nuestro espectáculo está dedicado a aquellos que están en fuga, hablamos también de los refugiados del alma", señala Pandur para quien Medea representa el exilio en todos los sentidos. Portillo asiente y añade: "Los mitos están para ser destruidos, ella es un icono de estos tiempos, no es una mujer que se queje de su destino, no culpa a otras fuerzas".

"Como director es una oportunidad maravillosa para cocrear imágenes que una vez surcaron la superficie de los ojos de Medea", asegura Pandur quien de nuevo se enzarza a codeclarar con Portillo. "Hay seres humanos que nunca pertenecerán a paraísos concretos, para ser ellos quienes son se autoexpulsan, y eso molesta, es incómodo. Ése es el exilio interior de Medea, frente a Jasón que se mueve por un sueño abandonado a mitad camino, ahí está la traición a Medea", dicen ambos.

Pandur cree que la lectura que hacen en el montaje está entre lo apolíneo y lo dionisiaco. "El que la libertad de ella esté por encima de todo es la razón por la que Eurípides la salva, estamos ante un autor revolucionario", apunta Pandur mientras Portillo, menos nietzscheana y más freudiana, apostilla: "Ella es una Medea madre, no está enamorada por encima de sus hijos, simplemente no quiere para ellos una vida mediocre e indeseable y se dice 'yo les di la vida, yo se la quito'; y Jasón no sabe lo que está buscando, no sabe que el Vellocino de Oro es ella".

Ambos son conscientes de que a las piedras de Mérida hay que tenerles mucho respeto: "Es un sitio conectado entre la tierra y el cielo, como Medea, sabemos que es un lugar sagrado, pero nuestro trabajo está hecho con honestidad y amor". Ello no quita que Portillo en un ataque de sinceridad añada: "Yo me cago viva por sistema y en Mérida, pues más". La tranquiliza que Pandur tenga amplia experiencia en anfiteatros griegos y romanos.

Julieta Serrano, que ha visto muchas Medeas, confiesa que ésta le impresionó nada más leer la versión de Darko y Livia. Ella es de las poquísimas actrices que ha conseguido trabajar siempre con grandes innovadores de la escena y el cine. Aún hoy, ya septuagenaria, siguen reclamándola los vanguardistas del teatro. "Me halaga, me pirria y las propuestas de Pandur me han estimulado mucho; lo fascinante es que tras llevar a cabo sus sugerencias que no siempre entendía, me daba cuenta luego de por qué las hacía, es de una imaginación sobresaliente y nunca gratuita".

Asier Etxeandía, que transita por dos personajes, un Centauro pasoliniano y un chulazo mediterráneo, dice: "Pandur es lo más cercano al arte que yo conozco". Destaca la profunda investigación que Pandur ha hecho en torno a cuestiones culturales, sociales, geográficas y políticas de la época en la que se sitúa la acción.

Los únicos dos actores que tienen la experiencia de haber trabajado en el Teatro Romano de Mérida son Serrano y Alberto Jiménez. "Esta Medea está marcada por el esfuerzo por humanizar los personajes, intentando reconocer qué hay de cotidiano en lo que les pasa", dice Jiménez, quien al hablar de una escena entre él y Portillo sostiene que podría haberla escrito Almodóvar: "Y es de Eurípides, este montaje tiene algo de budismo balcánico, lo que pretende contar Pandur tiene que ver con el encuentro de comunión máxima entre dos seres humanos, está siendo un viaje alucinante; he oído por ahí decir que Pandur es un esteta, cuando lo que pasa es que tiene una concepción global de lo que es un espectáculo, no quiere tanto actores, si no artistas que sepan tocar, bailar, cantar...; he trabajado con gente muy interesante, pero esta mirada tan global y este empeño de tocar algo tan profundo, nunca lo había visto".

Darko Lukic, profesor de la Academia de Arte Dramático en Zagreb (Croacia) y uno de los grandes dramaturgos y novelistas de la antigua Yugoslavia, comenta que él y Pandur se plantearon una Medea contemporánea. "Eurípides es un gran clásico al que podemos leer, admirar, respetar, pero con modos muy contemporáneos, la historia de Medea trata de inmigrantes y apátridas de un mundo civilizado y bien organizado, pero no abierto a los diferentes, y ser mujer en una civilización muy masculina y machista es el viaje de una tragedia". Tanto Pandur como Lukic sostienen que el secreto de este mito aún no ha sido desvelado: "Un velo de misterio aún lo cubre, permanece aún sin resolverse, y también es la historia de una tragedia íntima de un amor desgraciado".

Fuente: Rosana Torres (www.elpais.com)