Fuente: Pablo Caruana (elpais.com)
Un espacio vacío, blanco, un flourescente inmaculado y una cortina rosa. Así comienza La chica de la agencia de viajes nos dijo que había piscina en el apartamento, la nueva obra de El Conde de Torrefiel que se estrena este viernes en el Festival BAD de Bilbao. Un día después, el sábado, se mostrará una obra anterior de la compañía, Observen como el cansancio derrota al pensamiento, en el Polideportivo de Deusto: la obra transcurre durante un partido de baloncesto que monta la propia compañía.
La semana pasada, La chica de la agencia de viajes…  llegó al Festival Salmón del Mercat de les flors de Barcelona. Y el segundo día más de una treintena de personas se quedaron fuera sin poder entrar. Cuando la compañía estuvo hace un año con su anterior montaje en Madrid en el Teatro Pradillo (sala a la que volverán dentro del Festival de Otoño el 17 de este mes y durante dos semanas) la segunda semana Pradillo estuvo a rebosar. Y es que el Conde de Torrefiel está consiguiendo que algo tan teatral como “el boca a boca” funcione. La compañía, liderada por Pablo Gisbert y Tanya Beyeler, lleva tres años de gira con sus trabajos por España y haciendo afición. Algo se mueve allí a dónde va El Conde de Torrefiel.
Ambos, Beyeler y Gisbert, están comenzando la treintena, hasta hace bien poco trabajaban como acomodadores en un teatro. Gisbert en el 2011, ganó el accésit del Premio Marqués de Bradomín 2011 con el texto Un cine arde y diez personas arden. Entre tanto, llegaría La historia del rey vencido por el aburrimiento(2010), Observen cómo el cansancio derrota al pensamiento (2011) yEscenas para una conversación después del visionado de una película de Michael Haneke (2012), esta última obra editada por Teatron Tint, editorial donde próximamente se publicará La chica de la agenica de viajes... Tres piezas donde han ido destilando un teatro de acción, siempre apoyado en los textos de Gisbert pero en el que iban encontrando una propuesta escénica propia, un estilo.
Con el texto por delante
En las obras de El Conde de Torrefiel el público se sorprende de la libertad, de cómo los textos hablan sin ninguna cortapisa de todo y todos con un humor corrosivo pero al mismo tiempo adentrándose en temas duros y ásperos: el pasado fascista de España y Europa y su peso en nuestras vidas, el desgaste y abandono de los hombres y los años, la religión, la muerte… Textos que suenan a Thomas Bernhard en su repetición y verbo duro, y a Rodrigo García en su capacidad de análisis contemporáneo y en la voluntad de soliviantar la moralidad del respetable como técnica propedéutica dirigida a la reflexión o la autocomplacencia –dicen algunos-. Algunas frases de La chica de la agencia de viajes… son buen ejemplo de ello: “Amamos, negociamos y nos vestimos como en el siglo XX, trabajamos, compramos y bailamos como en el siglo XX, e incluso se vende, se calla y se vive como en el siglo XX”;  “Cuando un hombre inteligente sabe que es inteligente, inmediatamente, se convierte en un hombre malvado (…) La inteligencia va en contra de las personas. La inteligencia derrota a la humanidad” o “Tengo una teoría: creo que la verdadera democracia consiste en que existan ricos extremadamente ricos y extremadamente enganchados a la cocaína. Y pobres extremadamente pobres, y extremadamente enganchados a la cocaína”.
Los textos en las obras de la compañía usan diversas técnicas para llegar lenta y claramente al público, textos proyectados, textos en off; o textos dichos por los mismos actores siempre con micrófonos y sin ningún gesto o interpretación que los guie o deforme.  “El texto es la columna vertebral de la pieza, el material pesado, su consistencia y contundencia. Los demás elementos como la luz, el sonido y la misma acción son cajas de resonancia, los altavoces de las ideas que fluctúan en escena y que le otorgan la posibilidad de funcionar como estructura dramática”, explican sobre esta pieza de dos jóvenes que deciden descansar en Benidorm, ciudad arquetipo del pop hispánico que sirve como fondo a la compañía para ahondar en la condición del hombre pos-opulento.
Luz y sonido: el escenario como posibilidad
Pero El Conde de Torrefiel tiene claro que la investigación es la escena y el texto una simple herramienta: “Después del texto, en esta obra, es la luz", afirma Gisbert, "la luz respira y domina la acción. Las escenas son dadas por una experiencia visual más que por una secuencia narrativa. Y el sonido es constante y persistente. Por otro lado, las intérpretes que dan voz al texto (la propia Tanya Beyeler y Cris Celada), son más bien eso, voces o altavoces de pensamiento, y no intérpretes, aunque también lo son". "La obra", añade, "tiene como pretexto una historia sencilla: dos amigas van a pasar un fin de semana a la playa para salir de su rutina cotidiana, y se lo pasan muy bien. Punto. La acción en escena es la representación, a veces de manera más abstracta, a veces de manera más explícita, de algunos de estos momentos. La función del movimiento en escena es otorgar teatralidad, ritmo y acción, para sustentar una estructura dramática anodina, pues no les pasa nada extraordinario, nada que cambiará sus vidas. Lo extraordinario es la vida en sí, y como cada persona en un tiempo histórico determinado recibe y gestiona esa posibilidad de existir”.
Quizá lo más definitorio de El Conde sea el tiempo de sus obras, un tiempo pausado, en suspensión, entre la risa, la acción y la desmesura, pero que apunta hacia el centro vital del espectador. En La chica de la agencia… pudiera parecer que los textos tienden a la desesperanza. “¿Desesperanzadores? Creo que sí. Siempre nos quedamos un poco locos cuando alguien se queda sólo con la risa de lo que ha visto. En el fondo lo que se cuenta y se dice es perverso, malsonante, no da risa. La ironía es un mecanismo muy higiénico para no caer en falsas ilusiones y al mismo tiempo no ser derrotado por el peso del desastre".

Fuente: Flor Gragera de León (elpais.com)
Sobre una servilleta de un restaurante indio de Birmingham: ahí empezó todo. Isla Aguilar y Miguel Oyarzun habían llegado a la ciudad inglesa de la mano de su amigo Mike Tweddle con el ansia de hacer teatro, y ante un plato de curri, los tres le fueron dando forma a lo que apenas habían bosquejado en una conferencia del Arts Council: fundar un festival de teatro de vocación europea, que sirviera para romper las barreras del idioma y con un formato diferente, y destinado al intercambio de la experiencia escénica. En ese pedazo de papel dibujaron el programa de sus sueños. Era 2010, a los seis meses lo pusieron en marcha; de las 70 propuestas de participación de ese año han llegado a 530 este. Ahora, han pasado cuatro ediciones y el BE Festival (Birmingham European Festival) nada en el prestigio, por las excelentes críticas a los montajes que programan y por haberse convertido asimismo en una plataforma en que las compañías encuentran futuras oportunidades, una suerte de mercado. Si en un principio saltó de la antigua fábrica de metal de Birmingham a otras ciudades inglesas con una selección de lo más exitoso de cada año, ahora llega a la Naves del Español en Matadero Madrid en su primera gira fuera de las fronteras británicas, tras haber pasado por el Barbican de Londres. El Best of BE Festivalarrancó ayer miércoles, hasta el 2 de noviembre.
En Madrid se podrá saborear parte de lo que ha contribuido al éxito de este certamen, y será por las puestas en escena del trío francés Betti Combo con su espectáculo circense Al cubo, de los húngaros Ferenc Fehér que mezclan la danza contemporánea, las acrobacias y las artes marciales en Tao te, y de los daneses Out of Balanz con Next Door(inglés con subtítulos en castellano). Un poco así de lo mejor de cada casa de acuerdo con jurado y público del certamen en Inglaterra, en un evento que dura cada día dos horas y cuarto y que se cierra con un encuentro entre espectadores y artistas a la manera de lo que se viene haciendo en Birmingham. Los espectadores tendrán un descuento para cenar en la Cantina de Matadero o en el restaurante.
En esa misma fábrica de Birmingham que acoge cada julio el BE Festival se organiza cada día de la semana que dura —en 2014 se extenderá por otros cinco más— una cena en el restaurante de grandes mesas comunales preparado al efecto con comida casera. “Se genera comunidad y complicidad. Se sientan juntos espectadores, artistas, voluntarios, programadores… y se rompe esa cosa piramidal en que cada cual está por su cuenta”, explica Oyarzun.
Cruce de fronteras y barreras lingüísticas “con obras muy físicas”, y, además, distintas propuestas escénicas y plásticas. El BE Festival sigue el siguiente formato: cada noche hay cuatro obras cortas de 30 minutos; dos en la primera parte, el intermedio de una hora para la cena; a continuación las otras dos obras, seguidas de un concierto. “Así podemos poner montajes que sabemos que van a ser más accesibles y algunas que son más arriesgadas”, comentan Oyarzun y Aguilar manifestando así su intención de construir criterio. Para las compañías que actúan en cada edición hay una condición: que se queden la semana entera. De esta manera, se organizan talleres, encuentros, el Feedback Café (precisamente como lugar de reacciones y opiniones también) y actividades varias que hacen que el BE Festival trascienda la escena. “Pedimos todo el tiempo la participación del público. El debate que se genera es muy bonito”, asegura la co-directora Isla Aguilar.
De la servilletita todo fue creciendo sin subvenciones, sin saber si tendrían dinero. “Así lanzamos una convocatoria para artistas... Llamamos a todas las puertas con ideas muy imaginativas. No teníamos absolutamente nada", recuerda Oyarzun y Aguilar sonrientes. Ahora las críticas buenas se suceden tanto por parte de los medios especializados ingleses como de los generalistas, que alaban su programación, además de su vocación internacional y la atmósfera íntima que se logra crear. Y es fuente de más negocio. “Nos desvivimos por invitar a programadores y críticos…”. De esta manera, aseguran los creadores del festival, el 70% de las compañías que actúan en el certamen logran desde esta plataforma más actuaciones en el futuro.
Fuente: Iñigo López Palacios (elpais.com)
La situación que se describe es, para no dar rodeos eufemísticos, directamente desesperada. Según el último Anuario de las artes escénicas, musicales y audiovisuales confeccionado por la SGAE, España cuenta con un sector, el de los bienes y servicios culturales, que va a la deriva, en caída libre y global. En algunos casos, especialmente el de la danza, el descenso es en picado, hasta el punto de que se encuentra “en trance de desaparición”, en palabras de Francisco Galindo, secretario de la Fundación SGAE, entidad responsable del anuario. “La situación es complicada. Hablamos de un año en el que hay una bajada importante en todas las industrias relacionadas con la cultura, en muchos casos alrededor de un 10 % y que culmina un quinquenio terrible, en el que, hemos perdido un 30% en las artes escénicas”, dice Antonio Onetti, presidente de la Fundación.
El tono del informe es, desde su primera frase, revelador: “En 2012, un año más, los descensos se acusan en todos los ámbitos del sector cultural analizados”. Lo que sigue son 40 páginas de malas noticias desgranadas actividad por actividad. En teatro, comparando los datos de 2012 con los del año anterior, el descenso fue del 10,44 %; del 9,8 % en asistencia y del 8,32 % en recaudación. “El teatro ha bajado en todos los indicadores existentes”, dice Onetti, que ni siquiera confía en que el empujón que le ha dado el estado en los presupuestos para 2014 vaya a ser definitorio.
En cine, el número de sesiones cayó un 10,95 %, con una disminución del 13,51% en el número de espectadores, aunque la recaudación en taquilla desciende solo un 1,82 % debido al incremento del precio de las entradas. Música: durante el pasado año se celebraron 116.446 conciertos en España, un 4,3 % menos que en 2011, con 26 millones de espectadores y una recaudación de 171,7 millones de euros, en un sector al que le está afectando gravemente el descenso en la contratación por parte de las entidades públicas.
Ni siquiera la pujante industria del videojuego se libró de este sálvese quien pueda. En un año perdió un 16%, o lo que es lo mismo, 157 millones de euros menos.
Pero todas estas caídas, con ser notables, están muy lejos del trastazo sufrido por el mundo de la danza, que sufrió un bajón de hasta el 43,41% en su número de representaciones. “En el momento en que sectorializas actividades que ya de por sí son más minoritarias, la posibilidad de desaparecer es un horizonte real. En el caso de la danza, no se trata de una exageración”.
El informe destaca que en los últimos cinco años los descensos acumulados son de grandes dimensiones y que la tendencia negativa continúa: “los elementos coyunturales —que ya parecen estructurales—, como el descenso de los presupuestos públicos y las caídas en los niveles de renta de los ciudadanos, parecen indicar que tal tendencia no se modificará en los próximos años”.
El panorama que describe el anuario es una pescadilla que se muerde la cola: desciende la renta del público, al tiempo suben los precios de los bienes y servicios culturales, en gran parte por el aumento del IVA. Eso hace que disminuya la demanda, y la consecuencia es un descenso de la oferta... “con lo que ello supone para el tejido profesional de la cultura”, sostiene el estudio. Para sus autores, queda demostrado cómo el sector de la industria cultural en España “sobrevive en un estado de abandono, y necesita una política de Estado”.
Que la caída de consumo cultural se debe, básicamente, a que la ciudadanía ha perdido nivel adquisitivo resulta claro visto el aumento del consumo de las opciones gratuitas ya que, según el anuario, crece el consumo de televisión y radio: en 2012 se registró una media de 246 minutos diarios de televisión, por encima de los 239 minutos del año anterior, mientras que el tiempo medio de escucha de la audiencia radiofónica subió de 110 a 114 minutos.
Ayer, el presidente de la SGAE, José Luis Acosta, resaltaba “el deseo ciudadano de consumir cultura”, que se demuestra en hechos como “la respuesta masiva” que tuvo la Fiesta del cine, en la que las sesiones costaban 2,90 euros, y que llevaron a más de un millón y medio de espectadores a las salas en tres días. Aunque Onetti es escéptico: “La Fiesta del Cine es un elemento puntual, comparable a las rebajas. El público va detrás de una ganga, pero no significa que quiera consumir mas”.
En su opinión, la medida de la subida del IVA supone “la puntilla al sector”. Onetti apeló ayer “a la conciencia de un gobierno que, entre otras cosas, tiene que comprobar que el resultado a nivel de ingresos para Hacienda ha sido negativo. Se ha recaudado menos después del aumento. El problema del IVA es que es perjudicial para la industria y para los usuarios. Si se repercute en el precio de las entradas en un momento de crisis, paro, perdida de renta… el consumo se retrae. Si, como ha pasado, los empresarios absorben ese aumento, su margen de beneficios decrece y supone una menor cantidad de eventos porque hay muchas empresas que no lo pueden soportar”.


Puede parecer una broma pesada que en Madrid se programe un espectáculo que recree los juegos olímpicos. La decepción está muy cercana. Pero a buen seguro que Fair Play, el último show del cómico francés Patrice Thibaud (Burdeos, 1964), un compendio personalísimo de Chaplin, Funes, Tati y Buster Keaton, ayudará a superar el trauma. Con la terapia más eficaz: la de la risa. Llega este miércoles a los Teatros del Canal, dentro de la programación del Festival de Otoño a Primavera, donde también presentóCocorico, con el que se metió en el bolsillo al público madrileño a golpe de carcajada. Los hombres reían como niños con la sucesión de gagsprotagonizados por una versión afrancesada de Mr Bean. “Igual que él con los ingleses, yo me mofo de los defectos franceses. Viene bien vapulear de vez en cuando nuestra arrogancia. Reírse de uno mismo es obligatorio para no convertirse en un imbécil”, explica Thibaud a El Cultural. Sabio consejo.

Thibaud, acompañado de su partenaire habitual en los últimos años, el músico Philippe Leygnac (Suresnes, 1964), sigue utilizando el humor para bajar humos. Ahora lo incrusta en el mundo del deporte de élite, tan lleno de fanfarria. La idea de su nuevo montaje le anidó en la cabeza leyendo a Georges Orwell, que decía: “Si se practica en serio, el deporte no tiene nada que ver con el juego limpio. Rebosa de envidia rabiosa, de brutalidad, de desprecio por las reglas, de placer sádico y de violencia; en otras palabras, es la guerra aunque sin fusiles”. El cómico galo escarnece “las inmoralidades que provoca la necesidad de ganar a toda costa” y exhibe “un repertorio de artimañas empleadas por los deportista para alcanzar la victoria”.

Oiga, pero a usted algunos le consideran el campeón mundial de la risa. ¿También se compite en esto?
Me niego a pensar en esos términos. En deporte puedes ser el hombre más rápido del mundo porque lo dice un cronómetro. En arte, ¿quién puede decir que un artista es mejor que otro? Yo nunca diré que Velázquez es mejor que Picasso, o Chaplin mejor que Keaton. Un partido, una competición, una prueba pueden proporcionarte una emoción y una alegría inmensa. Un libro, un cuadro, una película, una escultura, una canción pueden cambiarte la vida.

Podría decirse que el deporte que usted realiza es el culturismo facial. ¿No le duelen los músculos de la cara de tanto gesticular?
Sí, acabo extenuado después de cada función. Pero esto de hacer muecas es algo que practico desde muy pequeño. Por suerte, no hice caso a las amenazas de mi abuela, que, al verme hacer el tonto, me gritaba: “Te va a castigar el niño Jesús y te vas a quedar así para siempre”.

A quien sí hacía caso Thibaud, y mucho, era a su abuelo español, oriundo de Badajoz, clave a la hora de componer su personaje escénico: “Tenía muchísimo humor. Dio la vuelta al mundo en barco antes de instalarse y casarse en Francia. Leía muchísimo y tenía una visión muy avanzada de todo.De niño, yo no veía esa vis cómica tan particular entre los franceses. Él forjó mi mirada. El éxito que tengo en España demuestra hasta qué punto existen raíces españolas en mi humor. Mi abuelo estaría muy orgulloso de ello”.

Fue él además quien le descubrió a Tati y a los grandes cómicos americanos. Del primero toma “su universo gráfico y la preocupación por el detalle”. De Chaplin se queda con sus gags y sus guiones. De Buster Keaton con el sustrato poético y las acrobacias. A Funes también lo centrifuga en la coctelera. En concreto, “su rapidez en la actuación y algunas de sus muecas”. Y a la compañía catalana Tricicle: “Vi Slastic cuando empezaba a hacer teatro. De inmediato me encantó su libertad para actuar y para inventar. Son un poco los Monty Phyton españoles”. Thibaud no se considera un mimo sino un actor, “un actor corporal” para más señas. Afirmación que avala con su trayectoria pasada: “Durante 20 años he hablado sobre las tablas. He interpretado textos clásicos y contemporáneos”. En su trabajo pesa más el instinto que la técnica. Es lo que le aparta del mítico mimo Marcel Marceau. “Aunque su poesía me seduce, para mi gusto le falta una dimensión burlesca y rítmica”. Además, le tilda de narcisista. 

El silencio fue para Thibaud un aliado en tiempos difíciles. Cuando era un muchacho, sus padres decidieron separarse. El dolor le paralizó y entonces calló: “Fue un gesto de rebeldía primero frente a una situación que no aceptaba. Al no hablar, tenía toda la atención de mi madre. El silencio era como una llamada de socorro. Y después se convirtió en un refugio. Sumido en él, me apartaba del mundo y me inventaba el mío. Hablar menos también es observar más, y observar es contarse mil historias. Es lo que sigo haciendo hoy”. 

Esas historias las narra desde hace una década al son de las composiciones del polifácetico músico Philippe Leygnac, curtido en los cabarets parisinos. En este agitado entorno se frecuentaron, pero no trabajaron juntos hasta que Jerome Deschamps (sobrino de Tati) y Macha Makeïeff les conectaron en el espectáculo de Les étourdis“Su música me recuerda a la de Ennio Morricone. Los dos escriben canciones que me emocionan, me inspiran, me hacen viajar y soñar”, afirma Thibaud. Entre su cómplice y él todo son confluencias: “Tenemos los mismos referentes cómicos, la misma edad, el mismo amor a la interpretación corporal”. Bueno, hay un detalle -no menor- que descompensa la armonía de la pareja: la disparidad en sus respectivas anatomías. Pero no les perjudica. Al contrario, añade comicidad a su presencia en el escenario: “Parecemos el gordo y el flaco”. 

Thibaud está a punto de superar la cincuentena. ¿Tiene alguna gracia alcanzar esa edad?
Pues me remito a John Barrymore: “El hombre sólo envejece cuando el arrepentimiento ocupa el lugar de los sueños”'. 
Font: EFE vía lavanguardia.com

El actor Xavier Boada da vida a Rafael Casanova en un espectáculo con formato de rueda de prensa que se verá en el Born Centre Cultural y una decena de centros cívicos de Barcelona, según ha explicado hoy el director Oriol Broggi en un acto en el que han irrumpido los personajes de la obra.

Casanova en directe es un espectáculo "a medio camino entre el teatro y la conferencia", que se estrenará el próximo 4 de noviembre en el Centro Cívico Casa Elizalde, según ha aclarado el dramaturgo, poco antes de que sus palabras hayan sido interrumpidas por el actor Xavier Boada que, caracterizado como Rafael Casanova, ha tomado las riendas de la rueda de prensa.

Los periodistas presentes en la sede del Instituto de Cultura de Barcelona (ICUB) del Ayuntamiento de Barcelona han podido comprobar de primera mano como una rueda de prensa se puede convertir en una atípica clase de historia.
El actor Xavier Boada ha explicado, en boca del que era conseller en cap en 1714, la situación de Barcelona poco antes de que las tropas borbónicas entraran en la ciudad.

Rafael Casanova ha aparecido acompañado del actor Óscar Intente, en el papel del ayudante del conseller en cap, y del intérprete Xavier Ricard, que ha representado a un azorado presentador que se ve obligado a lidiar con una rueda de prensa poco habitual.

Entre el público, los actores Alfons Nieto y Anna Castells han hecho las primeras preguntas, en espera de que el sorprendido público se atreviera a dirigirse a Rafael Casanova.

Cuando la representación ha finalizado, Oriol Broggi ha aclarado que la obra "tiene un texto básico" escrito por Marc Arigau, pero los actores están preparados para "improvisar y adaptarse a las preguntas del público".

El comisario de los actos que conmemoran el tricentenario del asedio a Barcelona de 1714, Toni Soler, ha reconocido que "Casanova en directe" conlleva cierto riesgo porque "desacraliza la historia, pone a prueba nuestro sentido del humor, mezcla pasado y futuro y permite la participación del público".

No obstante, "este riesgo es lo que hace interesante esta propuesta", que "no pretende explicar toda la historia", pero espera "despertar la curiosidad" y animar a la gente a seguir indagando en el pasado de Barcelona y Catalunya.

Fuente: Flor Gragera de León (elpais.com)
Que los chicos no lloran lo saben desde Hilary Swank hasta The Cure, y ahora nos lo vuelve a recordar la dramaturga Victoria Spunzberg en la obra Boys don’t cry, que la compañía Tantarantana trae a La cuarta pared de Madrid del 24 al 31 de octubre y 1 y 2 de noviembre de jueves a sábado. Los dos amigos de adolescencia de esta historia han seguido caminos muy separados y ahora apenas se reconocen al reencontrarse; la canción del grupo británico es la que los une en ese pasado como banda sonora. Juanjo se ha convertido en un poderoso político forjado en el arte de envolverse en mil capas cual cebolla para controlar la escena del poder. Walter sin embargo lejos está de los círculos de decisión: es un poeta que vive en un momento de crisis, y se siente fracasado. Necesita ayuda a una edad en la que se supone que hay que tener un lugar, los 45-50 años. La ausencia de llanto y qué significa el poder y cómo lo juzga y administra la sociedad se erige en el tema principal de un montaje dirigido por Glòria Balaña i Altimira. ¿Qué tipo de elecciones podemos hacer o cuáles vienen impuestas por una maquinaria que se relaciona con el momento presente?
Esta es una de las preguntas que el montaje, protagonizado por Francesc Garrido, Armand Villén, Alicia González Laá y David Anguera, plantea. Otro pilar robusto se alza alrededor de la cuestión de género y en un estudio de la experiencia de estar por encima de los demás y poder ejercer el control e influir. Boys don’t cry parte asimismo de cómo los hombres se construyen y poseen una identidad a través del puesto de trabajo que ocupan. Pero los dos amigos se enfrentan en un ámbito privado y desnudo, en el que aquellas capas que contribuyen al poder deben deshacerse. "Los hombres tienen esa obligación de realizarse profesionalmente de forma exitosa y los sentimientos quedan muy atrás...", explica la directora Balaña i Altimira. "Hemos querido indagar en el dominio masculino y en el hecho de que cuando se asume el poder, con frecuencia se dejan los valores y la ática", añade. Dos mujeres, Victoria Spunzberg y Glòria Balaña i Altimira dan vida a una obra sobre hombres, algo que a la directora le parece "interesante", al revertir una historia que casi siempre ha llevado la dirección contraria. 
Un límite fino entre una realidad reflejada de manera cruda y el absurdo también es marca del montaje, cuya autora desea mezclar el drama y el humor, “el mimetismo y el patetismo”, hasta el punto en que ese realismo termina por transformarse en un animal salvaje que lleva al espectador a un territorio en que las referencias no son tan evidentes. El ser humano se funde con la teatralidad y el lirismo. "Comienzan los giros poéticos a partir de un proyecto político que narra Juanjo y que se magnifica. No sabemos si nos encontramos dentro de la fantasía de Walter y pasa algo que no responde a la lógica realista", describe Balaña i Altimira. "Los únicos límites son entonces los impuestos por la convención teatral". Así, en Boys don't cry se mezclan de manera explosiva el cinismo, la ironía, la mala leche y el absurdo. Y la poesía. 
La compañía Tantarantana liderada por Javier Álvarez y Víctor Suáñez se creó en Barcelona con la idea de impulsar los espectáculos para los más pequeños. Ahora también sus propuestas van para los adultos y vuelven ahora a la sala de teatro La cuarta pared después de haber llevado montajes como Mein Kampf del húngaro George Tabori, la trilogía La marca preferida de las hermanas Clausman, de Victoria Spunzberg y Reglas, usos y costumbres de la sociedad moderna de Jean-Luc Lagarce.

Fuente: Begoña Barrena (elpais.com)
La sala Fabià Puigserver del Teatre Lliure de Montjuïc acogió este martes el preestreno de La història d’un teatre lliure, un documental televisivo producido por Manual en coproducción con Televisió de Catalunya y con el patrocinio de Grup Mèmora, que explica la trayectoria del teatro a partir de los testimonios de gran parte de sus fundadores y de personas estrechamente implicados en ella, desde sus inicios hace más de 35 años y hasta la actualidad, o hasta hace bien poco porque la actriz Anna Lizarán, fallecida en enero y a quien por cierto va dedicado, es aun uno de ellos.
El director artístico del teatro, Lluís Pasqual, presentó a los responsables del proyecto y tuvo palabras de agradecimiento para todos ellos, en especial para el Grup Mèmora, sin cuya aportación económica no hubiera sido posible. “La historia del Lliure fue una aventura colectiva; es la memoria de mucha gente”, dijo. Y son precisamente esos recuerdos individuales, unas 85 horas de entrevistas, el material, junto a las fotos y los videos cedidos por el teatro, del que está hecha la película. “Hubiéramos podido poner una voz en off que narrara la historia, pero hemos dejado hablar a los protagonistas”, explicó Manu Benavente de la productora Manual.
La aventura colectiva a la que hizo referencia Pasqual fue muy romántica en su origen, el sueño de unos “francotiradores locos que mezclaban la gestión, la producción, la puesta en escena y el arte con la amistad y el amor”, en palabras de Fabià Puigserver, en una época, tras la muerte de Franco, que propiciaba la ilusión. Sin embargo, a lo largo de estos más de 35 años, el Lliure ha tenido sus altibajos, muchos de ellos íntimamente relacionados con la coyuntura política, y que se han traducido en diferencias entre sus miembros. El hecho que sean ellos quienes se explican ante la cámara es sin duda el gran acierto de esta película que permite leer entre líneas, a través de los gestos, del tono, del qué y el cómo de sus artífices. En este sentido, las risas un tanto nerviosas de Joan Guitart, uno de los consejeros de cultura de la Generalitat del gobierno de CIU, resultaron de lo más reveladoras.
El fotógrafo Ros Ribas, el gran observador de la vida del teatro, abre y cierra el documental a través del objetivo de su cámara. Por el desfilan miembros fundadores, gestores, directores, actores y personajes de la escena catalana.
Muntsa Alcañiz, Frederic Amat, Joan-Anton Benach, Jordi Bosch, Imma Colomer, Antoni Dalmau, Joan Ferrer, Joan Font, Cesc Gelabert, Guillem Jordi Graells, Lluís Homar, Quim Lecina, Anna Lizaran, Julio Manrique, Ferran Mascarell, Josep M. Mestres, Lluís Pasqual, Pere Planella, Josep Pons, Carme Portaceli, Domènec Reixach, Fermí Reixach, Ros Ribas, Àlex Rigola, Carles Santos, Toni Sevilla, Carme Solé, Montserrat Sunyer o Emma Vilarasau repasan las circunstancias personales y sociales que han marcado la evolución de esta institución ligada a la vida de la ciudadanía. La intervención de Joaquim Gubern, presidente de la Cooperativa Obrera La Lleialtat para que esta llegara a ser el actual Lliure de Gràcia; el cisma que supuso la censura de Consell d’amor; el nacimiento de la Orquestra de Cambra del Lliure; el fenómeno Flotats como respuesta al Ubú President de Els Joglars; las obras del Lliure de Montjuïc y las declaraciones de Maria Martinez, viuda de Josep Muntanyés, a la sazón director del teatro; la renovación que supuso la dirección de Àlex Rigola y las opiniones contrarias sobre la misma, todo ello queda muy bien expuesto a lo largo de los 80 minutos de duración del documental, cuya versión televisiva, algo más corta, podrá verse este sábado 26 a las 22,30 horas dentro del programa El documental de Canal 33.

Font: Jordi Camps i Linell (elpuntavui.cat)
Fa quatre anys que no pujava a un escenari com a actor, un temps que ha dedicat als fills i a la formació interpretativa amb els seus tallers i cursos d'Imbecilitat. L'exactor d'Els Joglars i La Genial Teatre, Pep Vila, ha decidit tornar a l'escena i ho fa per protagonitzar un autèntic tour de force que el portarà a interpretar fins a 30 personatges, entre ells un nen al llarg dels quatre anys d'edat fins als catorze. Un monòleg que condensa en una hora i mitja la visió entre còmica, àcida i cruel que un nen té del seu món i que parteix de l'obra de Raymond Cousse Enfantillages, sota la direcció de Pere Puig.
L'obra, titulada Manyac, manyac, es podrà veure al llarg de tres funcions –divendres a les 22 h, dissabte a les 21 h i diumenge a les 18 h– i recrea en nou escenes moments de la vida que han marcat la infantesa, originalment de Cousse però en mans de Pep Vila i Pere Puig reflecteixen situacions i emocions dels anys seixanta viscudes a Torroella de Montgrí o Salt, respectivament. Sense afectar l'estructura textual tan característica de l'escriptor francès ni l'essència del seu relat, Manyac, manyac esdevé, en paraules dels seus autors, “una successió d'instantànies entre la vida i la mort amb ecos llunyans de Beckett i Ionesco, a estones hilarant i d'altres terriblement cruel o tendra”.
Un monòleg? Sí, però de moltes veus a través del qual, Pep Vila, l'únic intèrpret de l'espectacle, encarna un home vestit de nen, o un nen en un cos d'home, en el que esdevé una col·lecció de records, pedaços esquinçats de la memòria, que conformen un petit univers, el d'un poble qualsevol, un resum del món que ens envolta.
Pep Vila, que ha estat l'impulsor del projecte, va explicar ahir en la presentació de l'espectacle que havia apostat per aquesta obra perquè permet explicar com es veu i es descobreix el món durant la infància. I és per això, diu, que va apostar per Pere Puig, director de la sala La Planeta, al qual ja coneixia de feia temps, i amb el qual es va veure amb cor d'adaptar un “text complicat” que s'havia d'acostar al públic català. Puig, per la seva banda, va explicar que li havia suposat un repte, primer per “domar un text que en el seu original no té signes de puntuació i que utilitza un vocabulari enrevessat ple de jocs de paraules” i, després, per adaptar-lo a “una infantesa més identificable”. I si Puig va acceptar l'encàrrec sempre, remarca, és perquè Vila en seria el protagonista. “El text obliga a un exercici de virtuosisme molt important que no està a l'abast de tots els actors per la dificultat del llenguatge que utilitza i per l'esforç físic que implica.” Com es pot apreciar, l'obra suposa un feliç retrobament.

Fuente: José Luis Romo (metropoli.com)

El número 20 de la calle Martínez Izquierdo acogía hace años una ebanistería donde Nuria Espert y Julieta Serrano ensayaron su legendario montaje de Las Criadas. A principios de los 00's, aquel lugar con una extraña solera teatral se había convertido, por el paso del tempo y el abandono, en un local ruinoso y lleno de basura. Sin embargo, Juan Pastor (actor y director) y Teresa Valentín-Gamazo (gestora cultural) encontraron en aquel rincón inhóspito la "capilla" que buscaban para montar su intimista proyecto, un teatro pequeño de unas 70 localidades, en el que apostar por la excelencia y el rigor creativo. "Eran los tiempos de las vacas gordas, donde se llevaban las grandes escenografías, se construían enormes teatros, todo a lo grande... Y nosotros buscábamos lo contrario, un lugar íntimo en el que volver a la esencia del teatro", explica Teresa.
Aquel proyecto valiente se convirtió en la Sala Guindalera, un templo del teatro de calidad en Madrid que, una década después, se ha convertido en un referente para la escena off. "No me atrevería a decir que hayamos sido pioneros de nada, pero sí paso muchísimo tiempo hablando con gente y aconsejando cómo levantar un espacio así".
Este octubre celebran su décimo aniversario y lo hacen con una obra muy especial, Duet for One, un mano a mano entre Juan Pastor y su hija María, basado libremente en la vida de la violonchelista Jacqueline Dupré. Una función quizá menos ambiciosa que otras que han llevado a cabo, pero con un marcado carácter sentimental. Al fin y al cabo, es el signo de los tiempos. "La obra tenía dos únicos personajes, que por presupuesto era necesario, pero lo importante era seguir con nuestro compromiso con la excelencia y con un repertorio sólido. Porque ésa es la filosofía de la sala, apostar por el trabajo bien hecho".
Así se explica que hayan logrado sobrevivir 10 años en el proceloso panorama escénico independiente. "Bueno, no éramos ningunos locos cuando empezamos con esto. Juan había tenido espectáculos en el CDN o el Español. Yo había trabajado en gestión en sitios importantes y me acababan de ofrecer hacerme cargo de un espacio teatral... Pero teníamos dos proyectos de obra social que hacían viable nuestro sueño... El problema es que llegó la crisis y se cayeron los dos". Así pues ellos recurrieron a los micromecenas antes de que el crowfunding se convirtiera en el comodín de los aspirantes a profesionales de la cultura.
El barrio de la Guindalera, en el distrito de Salamanca, se volcó para salvar "su" teatro y los vecinos se convirtieron en padrinos de las butacas. El año pasado "San Boadella" les invitó a los Teatros del Canal para que consiguieran un extra de recaudación para poder dar continuidad a la sala. La iniciativa fue un éxito, las entradas se despacharon y muchos descubrieron a la compañía,"pero llegó el IVA cultural del 21 % y se llevó todo lo que ganamos".
Ahora es momento de celebrar su teatro de resistencia y también de replantearse el proyecto. Como explica Teresa, van a constituir una fundación y quieren abrirse más a nuevas compañías; también han comenzado con funciones infantiles ("pero de calidad, ¿eh? No porque el público sean niños vamos a rebajar el nivel", matiza). También quieren que sean los más jóvenes quienes, con su savia nueva, marquen los nuevos aires de este proyecto que durante sus 10 años de vida ha cosechado grandes alabanzas por parte de la crítica y premios como el Ojo Crítico.
Una de las señas de identidad de la sala es su licor de guindas. Tras cada función se ofrece a los espectadores un chupito para brindar por el buen teatro e intercambiar reflexiones sobre los montajes. Merece la pena alzar una copa rebosante de este licor por 10 años de buen teatro. Que sean muchos más.

10 años, 11 montajes: Juan Pastor elige lo mejor de esta década en Guindalera

2003, Animales nocturnos, de Juan Mayorga
Fue el primer montaje que estrenamos en nuestra Sala. Como Compañía Guindalera, habíamos estrenado en 2000 Bailando en Lughnasa en el Teatro Pradillo, en el 2001 Bodas de Sangre, para TRASTEATRO y en 2002 Cruzadas, de Michel Azama, en La Cuarta Pared. El montaje surgió de un trabajo de creación dirigido por Juan Pastor a partir de una propuesta de Juan Mayorga y aportaciones de los actores. Se trataba de la primera colaboración con un autor en un proceso de creación dramática, en el que el potencial imaginativo de cada miembro de esta experiencia era utilizado por el autor para enriquecer su obra. Participaron los actores: Francisco Rojas/José Maya, Rafael Navarro, Ana Sala y Victoria Dal Vera, dirigidos por mi con la ayuda de Carmen Sánchez.

2004, La larga cena de Navidad, de Thornton Wilder
Este montaje, que en las Navidades de 2012-13 se presentó en los Teatros del Canal, fue estrenado en 2004 en el Teatro Guindalera y, desde entonces, se ha convertido en un rito navideño, tanto para los actores vinculados a la compañía como para el público que, cada dos años (2004-2006-2008-2010 y 2012), repite acompañado de familiares y amigos. Con ligeras modificaciones en los repartos, algunos actores como Cristina Palomo, Alex Tormo, María Pastor, Raúl Fernández y la nodriza Teresa Valentin-Gamazo, participaron en todas las reposiciones. Se fueron incorporando y/o sustituyendo, Elia Muñoz, Carmen Sánchez, Victoria Dal Vera, Carmen Gutiérrez, Ana Miranda, Iría Márquez, Ana Alonso, Noemi Irisarri, Andrés Rus, Antonio Velasco, José Troncoso, José Bustos, y yo mismo, encarnando diferentes personajes de la familia Boyardo.

2005, Laberinto de amor, De Miguel de Cervantes
También a partir de un taller de investigación, con versión de Raúl de Tomás, estrenamos esta obra de Cervantes, de género caballeresco con toques renacentistas, plagada de ironía y humor. Es lo más cercano a un musical que hemos estrenado. Algunos de los actores, como Morgan Blasco, Ana Alonso, Felipe Andrés o Susana Hernáiz, todavía continúan vinculados a Guindalera en diferentes montajes y Raúl Fernández, Álex Tormo y María Pastor que han participado en la gran mayoría de ellos. Con este montaje hicimos numerosas funciones en gira y en particular una importante campaña de desarrollo de audiencias para 12.000 jóvenes de 12 a 17 años de la Comunidad de Madrid gracias al programa TRASTEATRO.
2006, En torno a La Gaviota, basado en La Gaviota, de Chéjov
Poniendo el acento en los seis protagonistas principales de La Gaviota, tan maravillosamente retratados por Chéjov, y contando con los actores Josep Albert y Ana Miranda así como con Raúl Fernández, Ana Alonso, Álex Tormo y María Pastor en el papel de Nina. Con este montaje quedé finalista de los Premios Mayte de teatro 2006. Además, cosechó grandes alabanzas por parte de la crítica.

2005, Laberinto de amor, De Miguel de Cervantes
También a partir de un taller de investigación, con versión de Raúl de Tomás, estrenamos esta obra de Cervantes, de género caballeresco con toques renacentistas, plagada de ironía y humor. Es lo más cercano a un musical que hemos estrenado. Algunos de los actores, como Morgan Blasco, Ana Alonso, Felipe Andrés o Susana Hernáiz, todavía continúan vinculados a Guindalera en diferentes montajes y Raúl Fernández, Álex Tormo y María Pastor que han participado en la gran mayoría de ellos. Con este montaje hicimos numerosas funciones en gira y en particular una importante campaña de desarrollo de audiencias para 12.000 jóvenes de 12 a 17 años de la Comunidad de Madrid gracias al programa TRASTEATRO.
2006, En torno a La Gaviota, basado en La Gaviota, de Chéjov
Poniendo el acento en los seis protagonistas principales de La Gaviota, tan maravillosamente retratados por Chéjov, y contando con los actores Josep Albert y Ana Miranda así como con Raúl Fernández, Ana Alonso, Álex Tormo y María Pastor en el papel de Nina. Con este montaje quedé finalista de los Premios Mayte de teatro 2006. Además, cosechó grandes alabanzas por parte de la crítica.

2007, Traición, de Harold Pinter
Pinter no ha escrito nada más simple, triste y, a la vez, más gracioso. La traición se extiende hasta convertirse en la del ser humano que se ve atrapado por unos impulsos contradictorios y unas normas sociales inventadas para no ser cumplidas, lo que le lleva a traicionarse a sí mismo. Con traducción de Álvaro del Amo, en la puesta en escena intentamos generar una sensación de intrusismo en el espectador, sobre todo por la descarada cercanía que existía entre él y los actores. Las historias transcurrían de forma divertida y agradablemente ambigua, lo que producía momentos de risa y a la vez de ansiedad, confusión y pena... también de una profunda sensación de traición. En escena, María Pastor, Raúl Fernández, Álex Tormo y Andrés Rus. Creo que ha sido uno de los mejores montajes realizados en Guindalera que muchos recuerdan y nos solicitan reponer. Con este montaje, Luis María Anson conoció nuestro trabajo y la crítica y el público reconocieron la calidad del trabajo.

2008, El juego de Yalta, de Brian Friel
El primer montaje estrenado en el Teatro Guindalera de un texto de Brian Friel, autor imprescindible en nuestro repertorio, y que ha proporcionado, tanto a la compañía como a los espectadores, momentos memorables. El texto se basaba en el relato La señora del perrito, de Chéjov. Contamos para ello con una colaboradora habitual, la pianista Marisa Moro, en escena, acompañando a una cantante lírica (Noemí Irisarri). Los protagonistas fueron María y José Maya, que desde Animales nocturnos no había pisado el escenario de Guindalera. Se mantuvo en cartel hasta 2011, durante 111 funciones, y María Pastor estuvo nominada a los Premios Valle Inclán de Teatro en 2008, y a mí me concedieron el Premio ADE a la mejor dirección en 2011.
2009, Molly Sweeney, de Brian Friel
Para numerosos espectadores, Molly ha sido el mejor trabajo de María Pastor, un nuevo texto de Brian Friel. Molly, ciega desde su primera infancia, ha construido una vida plena en la oscuridad, pero le llega la oportunidad de recobrar la vista, o al menos intentarlo. Su instinto le dice que no se opere, pero su marido y su médico la convencen. Volví a dirigir a mi hija María, junto a Raúl Fernández y a José Maya.
2010, Bailando en Lughnasa, de Brian Friel
Fue el primer texto de Friel que estrenamos, en 1999, antes de abrir la sala. Para esta reposición quisimos contar con los actores del elenco original que pudieron hacerlo (Elia Muñoz, Victoria Dal Vera, Yolanda Robles, y yo mismo), y se incorporaron María, Raúl, Álex y Carmen Gutiérrez. Se trataba de un elenco de 8 actores en una época en que la economía no recomendaba obras de más de dos actores, como mucho de tres, pero el éxito que tuvo el montaje mereció el esfuerzo. Al poco de estrenar concedieron al proyecto Guindalera el Premio Ojo Crítico de Teatro 2009.
2011, Tres años, adaptación de una novela corta de Chéjov.
La obra partía de la lectura de una novela de Chéjov y de mi gran veneración hacia sus textos (cuentos, novelas, obras dramáticas, cartas, reflexiones...), de una serie de reflexiones personales sobre la tópica "felicidad" y la pretensión de alcanzarla, y de la necesidad de conectar con las vidas de la generación de mis padres y el deseo de contar anécdotas, reales o inventadas, de aquellos años azarosos anteriores a la Guerra Civil. Pero también nació del deseo ya antiguo de indagar en la obra de Chéjov desde un divertido análisis práctico, con un grupo de actores que trabajaran de forma afín a la nuestra.
Estos actores fueron María, Raúl y José Maya, y dos incorporaciones: Alicia González y José Bustos. El espectáculo, con más de 100 representaciones en nuestra sala, fue presentado en el Festival Ciudad de Palencia, donde obtuve el Premio a la mejor dirección, y tenemos pendiente de volver a programarlo, dado que es un fiel exponente del estilo interpretativo que persigo desde hace años.
2012, El fantástico Francis Hardy, Curandero, de Brian Friel
En enero de 2012, los proyectos de encargo para Instituciones (TRASTEATRO y ENTRA EN ESCENA ) con cuyos ingresos manteníamos nuestro Teatro fueron suspendidos tras 12 años de éxito debido a los recortes. Renaciendo de nuestras cenizas e intentando "mantener la fe" en nuestro proyecto, propusimos a nuestro público que nos ayudara a producir un nuevo espectáculo.
Pudimos estrenar en marzo El Fantástico Francis Hardy, Curandero(cuyo título original es Faith Healer) una metáfora sobre el arte y, en concreto, sobre el creador escénico, las circunstancias que inciden en la creación en nuestra profesión y el momento de incertidumbre en el que nos encontrábamos con las dudas que nos planteábamos: ¿Tiene realmente sentido nuestro trabajo? ¿Llega a la gente? ¿Compensan tantas renuncias? ¿No sería mejor rendirse y dejarse llevar por las circunstancias adversas?
Hicimos 100 funciones apoyados por nuestro público fiel, convertido en micromecenas. Retomamos la fuerza con estos personajes interpretados por tres grandes actores en cooperativa: Bruno Lastra, Felipe Andrés y María Pastor y un tándem de gestores integrado por Manuel Benito traductor del texto y Teresa Valentin-Gamazo con la colaboración de otros muchos que creían por el proyecto.
2013, Duet for one, de Tom Kempinski.
Fue producida por primera vez en 1980, en el West End de Londres. Una nueva revisión de la obra se estrenó en el Teatro Almeida, también de Londres, en 2009. La inspiración de la obra partía de la historia real de Jacqueline Du Pré, considerada como la mejor chelista de la historia, casada con el director de orquesta Daniel Barenboim y que murió muy joven, aquejada de esclerosis múltiple en la cima de su carrera musical.
La protagonista de la obra, Stephanie, encontró un verdadero propósito en su música, pero ese propósito desaparece en un cierto momento para siempre, suponiendo una profunda pérdida para ella y quebrándose su valor para enfrentarse con la vida. Sin embargo, vivir quiere decir evolucionar y es posible que ella sea capaz de entrar en otra dimensión más allá de las coordenadas que nos hemos trazado los humanos hasta ahora. Posiblemente el final quede abierto ante el espectador activo, pero también puede que quede en el aire la siguiente pregunta: "¿Qué pasaría si repentinamente nos encontráramos en un mundo carente de toda actividad artística? ¿Si tal cosa ocurriera, que pasaría?".

Fuente: elpais.com
Ángeles Martín y  Blanca Portillo protagonizarán Fisterra, un texto de Ferrán González dirigido por Victor Conde, los días 8 y 9 de noviembre en el Teatro Campos Elíseos de Bilbao (20 horas). Después de una década sin representar una comedia en el teatro, la actriz Blanca Portillo se ha incorporado al montaje para interpretar al personaje que hasta ahora encarnaba Eva Hache.
La obra se fundamenta sobre la idea de las falsas apariencias, y descansa sobre el trabajo de las dos actrices, que cargan el tópico de que las apariencias engañan de ironía. La trama se sitúa en Pontevedra. Allí, Antonia, una mujer de mediana edad, pide un taxi para llegar a Finisterre y allí poder esparcir las cenizas de su difunto marido al mar, al fin del mundo.
Paz es la taxista que por azar recogerá a Antonia y la acompañará a su destino. Todo parece normal, como cualquier viaje en taxi, pero surge la conversación entre la conductora y la cliente y la historia se enreda con mentiras y desconfianza mutua.
Ferrán González es actualmente director vocal del grupo SP3, el conjunto musical del Club Super 3 de la Televisió de Catalunya (TV3). Además de autor teatral, ha trabajado como actor y compositor. 

Font: Xavier Cervantes (ara.cat)
Diu Josep Maria Pou que avui serà "un dia important" i que sent alhora "felicitat, por, terror" i sobretot "il·lusió". Tot plegat perquè arriba al Teatre Nacional Terra de ningú , una obra de Harold Pinter representada per primer cop a Londres l'any 1975 i un fragment de la qual va ser triat per l'autor anglès per ser llegit en el seu funeral. "La vaig veure fa gairebé trenta anys i de seguida vaig pensar que volia fer aquesta funció", recorda Pou. Perquè el seu desig es fes realitat ha calgut que el director del TNC, Xavier Albertí, decidís dirigir el muntatge i que Joan Sellent fes l'adaptació al català del text del premi Nobel de literatura.
Albertí, que ja havia abordat altres peces de Pinter, considera que Terra de ningú "està condemnada al fracàs si els intèrprets no s'hi impliquen". Sortosament, implicació és el que assegura que ha trobat en Pou i Lluís Homar, protagonistes d'una obra que ha sigut interpretada per actors com ara John Gielgud, Ralph Richardson, Jason Robards, Christopher Plummer, Michael Gambon, Ian McKellen i Patrick Stewart.
Terra de ningú , que es representarà a la sala petita del TNC fins al 24 de novembre, és una reflexió sobre l'èxit i el fracàs, i sobre la possibilitat de la redempció a partir del llenguatge. Albertí la descriu com "un enorme, profund, màgic i salvatge al·legat a la funció de la paraula en la nostra cultura". L'obra es construeix a partir de la trobada entre dos homes d'uns seixanta anys, Hirst (Pou) i Spooner (Homar). El primer és un escriptor d'èxit assetjat per la culpa que turmenta la consciència de qui ha aprofitat el talent d'altres per enlairar el seu art. Spooner apareix com un fracassat que, com Hirst, "amaga més del que diu". Entre ells s'estableix un diàleg en què cadascú fa de mirall distorsionat de l'altre. "Són dues imatges de l'èxit i del fracàs, i Spooner es descobreix com la possibilitat de salvació de Hirst", explica Albertí. "Què és pitjor, l'èxit o el fracàs?", pregunta Homar, que s'enfronta per primera vegada a un text de Pinter. El quadre es completa amb dos personatges més, l'assistent i el criat de Hirst, interpretats per David Selvas i Ramon Pujol.
Crisi d'autenticitat
La complexitat emocional de Terra de ningú s'adiu amb el conflicte que Pinter va viure a principis dels anys 70, quan trontollava el seu matrimoni amb l'actriu Vivien Merchant i ell mateix es qüestionava el seu talent com a autor. "Pinter tenia una profunda crisi sobre l'autenticitat de la seva literatura", recorda Albertí. Potser per trobar-hi respostes l'autor anglès va recórrer a l'infern de Dant i a La terra eixorca i L'honorable home d'estat de T.S. Eliot, cites explícites a Terra de ningú.
Josep Maria Pou recorda que l'any passat va transmetre a Lluís Homar el seu entusiasme per Terra de ningú quan encara no sabia que acabaria fent el paper de Hirst. "M'era igual, perquè Hirst i Spooner són dos personatges que tenen el mateix misteri, la mateixa carn, la mateixa potència", explica Pou alhora que manifesta un desig: "Que el TNC es quedi l'obra en el repertori i que l'any que ve intercanviem els personatges". Homar assegura que des del principi volia fer l'Spooner, però coincideix amb Pou: més endavant li agradaria fer de Hirst. De moment, repetiran en la versió en castellà, que es farà a Madrid a partir del 15 de gener.