Juan Diego Botto: "No hacer teatro de lo que pasa hoy en la calle sería absurdo"
Juan Diego Botto busca respuestas. Mientras trata de explicarse qué sucedió el otro día en el Congreso, lleva su inquietud social, presente desde su infancia, a un escenario. Será en las Naves del Español en Matadero, donde el actor argentino estrena su obra Un trozo invisible de este mundo, pieza construida con varios monólogos en torno a la inmigración y el exilio en la que también está su propia biografía. A pesar de que atisba una vuelta al teatro social -"no puede ser de otra manera con todo lo que está pasando"- ha querido que el montaje no esté exento de humor, porque el teatro, sostiene, "debe ser juego". Así lo entiende también Sergio Peris-Mencheta, colega y compañero generacional que se encarga de la dirección.
La obra surgió de una experiencia que usted presenció relacionada con la inmigración.
Sí, ya tenía la idea de empezar a escribir algo del exilio y me documenté con un amigo que trabaja con asociaciones de inmigrantes. Fue él quien me invitó al funeral de una mujer que había pasado 30 días en un centro de internamiento sin que nadie hiciera un examen médico. Murió de sida. Yo vi a su madre abrazada a su féretro cerrado. Según me tradujeron, le decía: 'Yo que te parí y no te puedo abrazar; yo que te vi crecer y no te puedo ver ahora'. Aquello me emocionó muchísimo. Por suerte no fue todo tan amargo, en la pieza también hay mucho sentido del humor, aunque el drama es ineludible. Lo que sucede es que en la dificultad, cuando tienes que remar río arriba, hay situaciones de todo tipo y al hablar con inmigrantes para escribirla siempre había un momento en el que todos recordaban algo que les hacía reír. Por ejemplo, el segundo monólogo aborda una situación muy cómica de un tipo que intenta hablar con su mujer desde un locutorio y al final habla con todo el pueblo menos con ella. Es muy gracioso, aunque también muy triste.
Usted es hijo del exilio. ¿Hasta qué punto ha exorcizado su propia experiencia?
La segunda parte del espectáculo que habla del exilio, del que yo conozco, el de los que se vinieron en los 70 con la dictadura de Argentina. Son dos monólogos, uno es un tipo que está allí en esa época y otro que está aquí y ha vivido todos estos años en España. Intento reflexionar sobre el desarraigo, los sueños que se van, las ganas de cambiar el mundo...
La España que hoy está en la edad adulta debería saber mucho de inmigración. Sin embargo, a veces parece que no hayamos aprendido mucho.
Hemos heredado un acomodo y siempre parece que corresponde a la siguiente generación movilizarlo, pero hay que luchar contra él. Es quehemos vivido en una situación estática pensando que Europa era inamovible, que íbamos a conquistar cada vez más y más. Nadie pensaba que sus amigos iban a volver a casa de sus padres o que se iban a volver a Alemania a trabajar. Por eso es buen momento para reflexionar. Al emigrar, el primer derecho que se viola es el derecho a no irte, porque todos deseamos quedarnos. En este sentido, las crisis sacan lo mejor y lo peor del ser humano, pero la realidad es contagiosa. Es como las movilizaciones, una vez que sales y estás ahí compartiendo la voluntad de cambiar algo, eso te cambia. Cuando ves que es tu hermano el desahuciado, el que no tiene paga extra, el que se queda en paro... todo eso te incita a la solidaridad. También es cierto que puede incitar a lo peor cuando te hacen creer que la culpa no es de los bancos sino de ese que es más negro que tú y que te quita el trabajo.
La crisis está desembocando de nuevo a un teatro más social. ¿Diría que lo es el suyo? ¿Existe este regreso al realismo crítico?
Yo no sé si es social, sé que es teatro y que es entretenido. Para mí, la primera obligación del teatro y del cine es no aburrir. Ya puede encerrar todas las enseñanzas de todos los libros de Proust, una obra tiene que ser entretenida y la nuestra lo es. Tiene una reflexión de algo inmediato que está en la calle, que está pasando. Lo contrario hoy en día sería absurdo, porque lo que pasa es tan interesante que no meterlo en un escenario es una lástima. No se le puede dar menos al espectador, si desayunas con 1.500 policías rodeando el Congreso, para qué mentir en escena.
¿Cómo vio lo del Congreso?
Lo veo lamentable y no veo cómo no se han producido dimisiones, hay muchas cosas que investigar. Me parece muy importante lo que ha dicho el juez de la Audiencia al señalar que no se ha cometido delito contra la nación.Una manifestación planificada, autorizada y declarada pacífica no puede ser un delito, la están criminalizando y las imágenes que circulan por YouTube son más que sospechosas. Parece que hubo policías infiltrados entre los manifestantes y muchas imágenes indican que los que rompen la paz son ellos. Si algo es radical en todo esto son las decisiones que se están tomando desde el Ejecutivo. Pero de este y del anterior, que cambió la Constitución para poder pagar la deuda antes que los derechos sociales. Ahora hay una sensación de que esto es nuestro, de construir comunidad. Cuando hace poco decía la delegada de Gobierno que el Retiro no era un jardín para hacer activismo político, se equivocaba: no puede servir ese parque para nada mejor que para eso.
Vuelvo a la obra ¿Por qué escogió a Sergio Peris-Mencheta para dirigirla?
La decisión fue muy fácil. Yo había visto Incrementum, su anterior montaje, y me encantó. También La tempestad. Sergio tiene una forma de entender el teatro muy lúdica y es algo que me gusta mucho. A pesar de que tratamos cosas serias, el teatro tiene que tomarse como algo lúdico, jugarse el sentido del humor y el drama como se juega en la vida. Además, somos de la misma generación y tenemos los mismos referentes culturales, hemos visto las mismas películas en la misma época y hace que el entendimiento sea rápido. Me he sentido muy amparado y he disfrutado mucho del trabajo.
¿Nunca se planteó dirigirla?
No, escribirla y actuarla es suficiente y para disfrutarla actuando no podía dirigirla porque uno de los procesos se habría resentido. Gracias a que lo he hecho así me divierto todos los días.
¿Saldrán de gira?
Las giras se han resentido mucho pero intentaremos estar un año y año y medio con esto y también llevarlo a Buenos Aires, que me apetece mucho.
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