Flotats, un "burlador burlado" vuelve al teatro con 'La verdad'
Fuente: EFE vía lavanguardia.es
¿Puede una sociedad sobrevivir sin mentiras? El actor y director teatral José María Flotats explora la función del engaño como lubricante social y sentimental en La verdad, obra de teatro de Florian Zeller que representará desde el 5 de octubre al 23 de diciembre en el teatro Cofidis de Madrid.
"Si la gente dejara de mentir de la noche a la mañana, no existiría ninguna pareja en la tierra y, en cierta manera eso sería el fin de la civilización", reza su personaje en la obra. Y él ha añadido en la presentación en Madrid de este montaje: "¿Qué es la civilización? ¿Algo basado en la mentira?".
Flotats, en un reparto con María Adánez, Kira Miró y Aitor Mazo, se reserva el papel del "burlador burlado", un hombre de negocios mentiroso compulsivo que, creyéndose un experto manipulador, no repara en que su entorno es igual o más hipócrita que él y que la infidelidad a su mujer (Miró) con su atractiva amante (Adánez) quizá no sea un vehículo para su lucimiento.
"Se cree el más listo de todos y es el más tonto de todos", ha sentenciado Flotats, quien tras el éxito de Arte, de Yasmina Reza, o París 1940, de Louis Jouvet, insiste en la búsqueda de autores franceses, esta vez con la ayuda en la adaptación de Mauro Armiño.
"Es, dentro de lo poco que sé, de lo que más sé", ha reconocido un actor y director que fue miembro o "societàire" de la Comédie-Française y vivió en París durante 25 años.
Esta vez inaugura la temporada del teatro Cofidis, antiguo teatro Alcázar, con una obra que trae a España como oro en paño, escrita por el actual niño prodigio de la literatura y la dramaturgia galas, Zeller, que con 32 años profundiza con agudeza sobre las dinámicas sociales en un cruce "entre Harold Pinter y Luigi Pirandello", según sus palabras.
Llevando más allá el trío clásico, aparece un cuarto elemento, el marido de la amante, interpretado por Aitor Mazo, quien ha resumido el espíritu de la obra diciendo que "no hay nada más inestable que una pareja estable".
La espiral de mentiras y el efecto bola de nieve que genera la adicción al señuelo, provoca que "el protagonista entre en una locura, un torbellino que provoca réplicas y frases surrealistas, que es lo que hace reír y presenta un espejo al espectador" y que hacen que al final "ninguno de los personajes sabe hasta qué punto está contando la verdad. Es una esquizofrenia colectiva".
"Pero la obra nunca cae en el moralismo", ha prevenido Flotats, si bien, considera que "un mentiroso necesita una memoria de elefante" y la inteligencia del hombre tiene un límite que choca con la ambición de sus mentiras. "No se puede mentir siempre impunemente. Llega un momento en el que todo se descubre", ha opinado.
Y así, en una época "en la que la transparencia es una palabra de moda en economía y en política, y un día se lee en los periódicos que el país va muy bien y al día siguiente que va fatal", al actor y director catalán ha querido más jugar con la retórica pero también hacer una reflexión sobre una actualidad ambigua.
"Un amigo me dice que seguimos creyendo que vivimos en una democracia y no es cierto. El partido que gana luego dice que no puede hacer lo que quería hacer porque los mercados mandan. Pero, ¿hemos votado nosotros a los mercados? Que se presenten los mercados a las elecciones entonces", ha argumentado.
Eso sí, como fundador del Teatre Nacional de Catalunya y tras su salida del mismo por desavenencias ideológicas, no ha querido posicionarse respecto al debate social abierto tras la multitudinaria manifestación de la Diada por la independencia de su Comunidad Autónoma.
"Estoy metido 24 horas en el teatro y no toca. No leo la prensa, no puedo. Quizá cuando acabe, pero por ahora no toca, parafraseando a Jordi Pujol", se ha limitado a decir.
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