"Anonymous" contra William Shakespeare



El paisaje idílico del condado inglés de Warwickshire se prepara estos días para la batalla. Una potencia extranjera tiene en su punto de mira al héroe de la comarca, y los lugareños se han levantado en armas. Este viernes se estrena la película Anonymous, presentada ayer en el Festival de Cine de Londres, que ha reabierto la herida nunca cerrada sobre la verdadera identidad del rey de las letras inglesas, William Shakesperare. «¿Qué pasaría si les dijera que Shakespeare nunca escribió una sola frase?», dice una voz en off al principio del filme.
El bardo de Stratford-upon-Avon es presentado como un «actor analfabeto, mentiroso, oportunista y borracho», según Rafe Spall, el actor que lo interpreta. Y la autoría de sus obras se atribuye a Edward de Vere, barón de Oxford, protagonizado por el actor Rhys Ifans, primer líder de la banda Super Furry Animals y a quien se podía ver recientemente en Harry Potter y las reliquias de la muerte. Parte 1. Shakespeare, un bufón espabilado, chantajea al aristócrata con revelar que es su pluma la que fustiga sin piedad a los ricos y poderosos del reino, y se aprovecha del necesario anonimato del barón para «robar» sus obras.
El responsable de semejante provocación es el alemán Roland Emmerich, un director poco inclinado hasta ahora a la alta literatura, centrado en películas de desastres «made in Hollywood» como Independence Day, 2012 o El día de mañana. Las credenciales no parecen suficientes. Y la nacionalidad del director, sumada a la audacia de la trama, han puesto a la Inglaterra «shakespeariana» en pie de guerra.
En estos días, el nombre de Shakespeare está tachado en las señales de tráfico del condado Warwickshire —donde, ¿según la leyenda?, nació el dramaturgo—. Lo mismo han hecho varios pubs de Stratford, incluido el establecimiento en Welford donde se cree que tomó su último trago. La Fundación responsable del lugar de nacimiento de Shakespeare quiere mostrar así lo terrible que sería vivir en el mundo de la película. Una comarca idílica despojada de quien encarna su alma. Una Inglaterra en la que se habría borrado su binomio más universal: William Shakespeare.
«Existe el riesgo de que gente que nunca había cuestionado la autoría de la obra de Shakespeare pueda ser despistada por la película», ha explicado Paul Edmondson, experto de la fundación. El propio Príncipe Carlos, presidente de la Royal Shakespeare Company, se ha sumado a la campaña en contra de esta «teoría de la conspiración», como denominan a la tesis sugerida por Emmerich en su recreación de las revueltas contra Isabel I. «Lo importante es que estas obras fueron escritas, pero no hay pruebas definitivas sobre el autor», dice Ifans. Un revisionismo histórico de indudable valor comercial.
Fuente: Borja Bergareche (www.abc.es)

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