El fracaso de la palabra
Fuente: Ana Marcos (elpais.com)
Jamás fracasar. Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor.
Jamás fracasar. Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor.
El texto de Samuel Beckett Rumbo a peor se enraíza en frases breves, dos o tres palabras, a veces sin verbos, otras sobre el verbo. El escritor, dramaturgo y poeta irlandés, autor de Esperando a Godot niega el lenguaje verbal y se entrega a una forma de fracaso innombrable que el actor Alberto San Juan interpreta en tres funciones en la sala Triángulo de Madrid (13, 20 y 27 de enero). "La decisión de llevar Rumbo a peor al teatro se basa, antes que nada, en la confianza en el propio texto", explica el intérprete. "Las palabras son todo en esta ocasión. Y sin embargo, resulta un viaje que va más allá de lo intelectual".
San Juan se encuentra con Beckett por primera vez en escena, después de unas lecturas en la escuela de escritores Formación Lenguaje. Acompañado de un combo de jazz formado por algunos de los profesores, la melodía del irlandés le atrapó de tal manera que tuvo que deshacerse de todo acompañamiento y mirar de frente al texto. "Siento que provoca una experiencia sensorial, física, a través de la pura palabra", relata. "Es un texto profundamente filosófico que, curiosamente, se comprende con el cuerpo".
En Rumbo a peor, los cuerpos se desplazan y las manos entran en contacto, en un baile hacia la vejez y, por tanto, la muerte. Porque el texto recorre la vida en tránsito. "Y de alguna manera apunta a reconciliarse con ese fin, con ese fracaso, que invariablemente nos espera al final. Reconciliarse con el hecho de la muerte conquistándolo, haciéndolo nuestro al aceptarlo como parte de la vida". El problema es que en este relato, Beckett, en su fidelidad literaria al lenguaje y el recuerdo, asume el fin desde la negación a su forma oral, una premisa que puede resultar ardua para un oficio que se sustenta en la palabra.
"Un foco, un atril, un actor, el texto. Nada más", dibuja la puesta en escena San Juan. Entre cajas, el director argentino Pablo Messiez, al que el actor encontró en los espectáculos Ahora y Los ojos, con el que volvió a coincidir en Hamlet, ayuda a desentrañar la tensión y tortura del texto para poder decirlo. "También a despojar progresivamente la escena y mi interpretación, buscando una coherencia con lo esencial que resulta todo en el texto". La actriz Fernanda Orazzi, las conversaciones interminables y los estudios sesudos sobre el autor, han terminado de desplegar Rumbo a peor.
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