¡Arsenio, por compasión, ven a la Zarzuela!
Fuente: Susana Gaviña (abc.es)
«¡Por favor, organización. Hagan dos grupos!», grita Pepe (Iván Luis) desde una peana. En el otro lado, y sobre otra peana, se encuentra Adelaida (Inma Ochoa), que también orienta a los visitantes congregados en el foyer del Teatro de la Zarzuela esperando iniciar una visita guiada por su dependencias y por su historia. Entre ambos, Pepe y Adelaida, además de varios metros median también 87 años -él representa la actualidad y ella los años 20 del siglo pasado-, los mismos que se cumplen desde aquella tarde en la que Adelaida acudió a este teatro, acompañada de su hija y el novio de ésta para ver, en 1925, «La calesera», de Francisco Alonso. El joven salió un momento para ir a buscar una horchata para su chica y desde entonces no ha vuelto.
Crear nuevos públicos
Con estos mimbres -Pepe, Adelaida, la niña, un técnico que pasa por ahí y un pianista, que acompaña los números musicales-, Enrique Viana ha creado un microespectáculo que pretende servir de guía por las dependencias del teatro y los entresijos del género. Unas visitas que comenzaron el pasado día 24 y que continuarán hasta el 9 de febrero.
«Adelante, están en su teatro», invita Adelaida al público. «No, este teatro es del Ministerio de Cultura», le corrige Pepe. Mientras ambos claman angustiados: «87 años esperando al novio de la niña. !Arsenio, por compasión, ven a la Zarzuela!», provocando las risas de los asistentes preparados para sumergirse en las entrañas del teatro.
«La intención era ofrecer una actividad más dentro del teatro y llamar la atención de nuevos públicos, a parte del que ya viene a la programación general», indica Enrique Viana, cuyo personal y desenfadado enfoque del mundo de la lírica se ha se podido ver en otros teatros, como el Real (inolvidable su «Dúo de la Africana»).
«El guión está dentro del disparate cómico, en el que he pretendido conjugar todas las posibilidades: el canto, el baile, se tocan las castañuelas... Todo lo que fueran capaces de hacer y con imprudencia me iban confesado», bromea Viana, presumiendo a continuación de los cinco artistas «mayúsculos» que participan en esta visita guiada.
La historia de Madrid
Ruth Iniesta, Enrique Sánchez, Inma Ochoa e Iván Luis,acompañados por el pianista Miguel Huertas, van intercalando fragmentos de zarzuela muy conocidos. Y, entre número y número, el público asistente visitará el ambigú, donde hace un siglo se daba cita lo más granado de la sociedad, «y que ahora se conoce con el nombre de bar», matiza con ironía Pepe; los palcos del primer piso, la platea, serán testigos de momentos excepcionales e incluso se convertirán en protagonistas por unos segundos en un viaje más sentimental que histórico.
«La zarzuela llega directamente al corazón de la gente», indica Viana, que durante su infancia acudía todos los jueves a las representaciones que se celebraban en este teatro, inaugurado el 10 de octubre de 1856, con motivo del cumpleaños de la Reina Isabel II que no asistió al evento. «Arquitectónicamente es lo que es pero musicalmente es mucho más. Representa la historia de esta ciudad, y ayudó a crecer a mucha gente que no tuvo una vida muy fácíl. No solo representaba un género, sino también la esperanza», subraya Viana.
Visitas guiadas
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