Enrique Fayos: "El Principal no puede estar para programar ‘La Bella y la Bestia'"



Fuente: Juan Manuel Játiva (elpais.com)
Gestor de siempre del Olympia y desde hace unos días del Talía, Enrique Fayos es el principal empresario teatral valenciano porque, además, produce espectáculos que van de gira por España, como La cena de los idiotas, con Josema Yuste, o Forever Young con El Tricicle. Reconoce que su especialidad son las comedias, pero también coproduce El crítico, un drama que se estrenará en Madrid la próxima semana y con la cual tendrá en cartelera a lo largo de enero tres obras en la capital del Reino.
Fayos gestiona también de los auditorios municipales de Torrent y Catarroja. La entrevista se celebra pocos minutos después de hablar con José Luis Moreno como virtual ganador para gestionar el Teatre Musical de El Cabanyal.
¿Justo el resultado?
Me habría gustado que me tocara a mí o a otra empresa valenciana, pero José Luis Moreno es un buen profesional y lo puede hacer bien. Su oferta ha sido la mejor valorada y yo he hablado con José Luis hace un momento y le he felicitado. Le he explicado que El Musical es un teatro muy complicado. Yo creo que al final las cosas salen como salen porque cuando se habla de cultura, hay gente que juega con los mismos parámetros de adjudicación que cuando se trata de contenedores de basura o farolas.
¿Cuál debe ser para usted el papel de la Administración pública en la cultura y en particular el teatro?
Creo que la Administración tiene que hacer lo que la empresa privada no puede hacer. Es lo único que puede justificar que estés jugando con dinero público.
¿Cómo se aplica este criterio a los teatros públicos de esta comunidad autónoma?
Por ejemplo, el Teatro Principal, que es el teatro nacional de Valencia, no puede estar exclusivamente para programar La Bella y la Bestia. Tiene que tener cierta sensibilidad para traer compañías que no vienen a Valencia y que deberían venir, que son un montón. Más aún si queremos acercarnos a la altura de Barcelona y Madrid en programación, porque en infraestructuras culturales hemos invertido muchísimo más últimamente que los catalanes o los madrileños.
¿Qué hay en ese montón que no viene y debería venir a Valencia?
El Centro Dramático Nacional, la Compañía Nacional de Teatro Clásico o la de Ballet Clásico hace tiempo que no vienen a Valencia. Hay muchas compañías de gira y deberían estar en Valencia. Basta comparar continentes y contenidos y ver la programación del Teatro Español de Madrid, o el Nacional de Cataluña. Es una pena. Los últimos premios Max no han venido.
Se dice que falta dinero para programación.
Claro, pero es que alguien ha tomado una decisión de inversión en infraestructuras y no ha tenido en cuenta los escenarios ni el mantenimiento de estas salas. Estoy esperando que un político asuma sus responsabilidades, que diga: “Me he equivocado”. Si ahora el Palau de les Arts vamos a dedicarlo a hacer bodas alguien que tomó unas decisiones tendrá que decir: “Me he equivocado”.
Al comienzo de temporada llamó la atención que el Olympia programara Joglars y Chéjov, que no es teatro comercial.
Para mí el teatro es un negocio, pero es que además me gusta. Si no, no trabajaría los sábados por la noche o los domingos, o en la Nochevieja. ¿Cómo no va a venir la última producción de Joglars a Valencia? Y lo mismo el Tío Vanía de Chéjov.
¿Es cierto que Tío Vania también se le ofreció al teatro público y no lo aceptó?
El espacio natural de Tío Vania es el Teatro Principal. Por eso primero hablaron con el Principal y al decirles que no, hablaron conmigo. Y cuando yo digo que sí, de repente les ofrecen el Principal y el productor les dice que no puede ser porque ya nos hemos comprometido con Enrique [Fayos].
¿Cómo se está ajustando el Olympia a la crisis?
Hemos tenido dos problemas, la subida del IVA y la bajada del consumo. Yo podría afrontar la subida del IVA si no hubiera bajado el consumo. Antes la gente iba al teatro a lo mejor cada dos semanas, y ahora cada tres meses. Y todo el mundo va a lo mismo, a ver Mellizos o los Morancos, se ha perdido el término medio. No tenemos más remedio que trabajar más. Estas Navidades hemos llegado a tener tres funciones diarias. Un teatro hoy no puede vivir de seis funciones a la semana.
¿Seguirá esa política en el Teatro Talía?
Tendrá que funcionar con ocho o diez funciones porque, sin subvención, solo así puedo defenderlo.
Comienza el día 10 con un thriller político.
Yo siempre digo que esta crisis es una crisis de valores, más que económica. Poder absoluto es una obra que critica esa falta de valores, en este caso de la gente que tiene el poder. Creo que es una obra muy de catarsis para estos momentos. El teatro, la cultura, es útil para oxigenar la sociedad, su rentabilidad social es muy alta.

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