Juan Carlos Pérez de la Fuente: "Cuando alguien tenga algo que decir, tendrá las puertas del teatro abiertas"


Fuente: Julio Bravo (abc.es)
Juan Carlos Pérez de la Fuente es el nuevo director del Teatro Español. El Ayuntamiento de Madrid lo eligió de entre una terna, propuesta por un comité asesor en el que estaban personalidades comoJosé Luis GómezJosé Luis Alonso de Santos y Carlos Hipólito, entre otros. El teléfono del nuevo director del Español no dejó de sonar desde que a primera hora de la mañana la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, le comunicara la noticia. «De repente, ha dejado de funcionar», explica Pérez de la Fuente, entre feliz y abrumado por lo que prevé que será una tarea «compleja». Consciente de la contestación que su nombramiento ha tenido en ciertos medios y en un sector de la profesión, esgrime su derecho a la inocencia y alude a la frase bíblica:«Por sus obras los conoceréis». Planes no tiene ninguno todavía; ideas y proyectos tiene muchos: crear la figura de los «amigos del teatro», recuperar las tertulias del Parnasillo, generar debates... Pero, por encima de todo, ser altavoz de la dramaturgia española. Estas dos palabras suenan en su discurso como un estribillo.
¿Qué significa el Teatro Español?
Es el gran teatro de esta ciudad, y no solo eso: es el teatro más antiguo de Europa. Por él han pasado todos los grandes y debe de ser una referencia absoluta no solo en España, sino también en Europa y en Iberoamérica. En este teatro tengo un compromiso –lo mismo que lo tenía en el CDN– con la autoría española.
¿Esa es su mayor preocupación?
Esa y nuestra proyección internacional. Tenemos que salir, que nuestras propuestas viajen a Europa y América. He podido comprobar, hablando con programadores internacionales, que tienen hambre de teatro español. Tenemos la responsabilidad de que autores como Valle-Inclán se conozca en Europa, donde no se le conoce y, por tanto, no se le monta. Nuestra responsabilidad es con los madrileños, naturalmente, pero también con los autores españoles, dentro y fuera de España.
La dramaturgia española vive ahora un período de efervescencia...
Un momento buenísimo. Pero hay nombres que no me gustaría que siguieran acumulando polvo en las librerías. Pienso en Ramón Gómez de la Serna, en Unamuno, en Max Aub, en Benavente. Tenemos que releerlos y hacer una lectura desde nuestros días. Pero tampoco me puedo olvidar de Fermín Cabal, de Sanchis Sinisterra, de gente que se ha ido diluyendo y a los que hay que remover y exigirles que sigan escribiendo. Cuando alguien tenga algo que decir, el Teatro Español tiene que estar ahí. Y tienen las puertas abiertas.
¿Y los jóvenes?
Naturalmente. Las voces más nuevas tendrán su sitio; pienso ahora en Paco Bezerra, en Sergio Peris-Mencheta... Y no hablo de Juan Mayorga, porque es ya un clásico, el autor más importante que tenemos ahora.
No es un buen momento económico.
Es el peor, y hay que seducir y salir a la caza y captura del dinero. Y quiero involucrar a los teatros públicos del resto de España. Hoy más que nunca hay que unir fuerzas y son necesarias las coproducciones.
En su proyecto hablaba de buscar al público para adolescentes.
Llevo varios años trabajando con el colegio mayor Elías Ahúja, y ahí he visto su potencial. Hacemos teatro para niños y para adultos, pero hay una franja de edad a los que ya no sirve ni atrae ninguno de los dos. No quiero solo que profesionales hagan teatro para adolescentes, sino que haya proyectos hechos por y para ellos.
El Español es un teatro público gestionado por un partido de derechas. ¿Teme las críticas de la izquierda?
En el CDN tuve el mismo problema, no me he quitado el estigma de ser «el director de la derecha». Solo puedo decir que en mi etapa –y lo digo rotundamente– se hizo la programación más «de izquierdas» que yo recordaba: Francisco Nieva, Arrabal, Max Aub, Buero Vallejo... Los profesionales lo que tenemos que hacer es buen teatro. Y eso es lo que yo voy a tratar de hacer en el Español.

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