Ignacio Amestoy: "El teatro sólo ha sido silenciado por la propia sociedad"


Fuente: Macarena P. Lanzas (elmundo.es)
Desde la liberación de la mujer, al terrorismo etarra. Desde el drama histórico al teatro documento, a la comedia o a la tragedia. Nadie mejor que aquel que ha subido a escena todos los temas para poner sobre la mesa aquellos asuntos de los que no habla, o poco lo hace, el teatro español.
Ignacio Amestoy Eguiguren, que sueña, que dice la verdad. Le gusta auscultar la salud de la sociedad española, su realidad a través de la palabra y el silencio sobre las tablas. La visita del dramaturgo vasco esta mañana a los cursos de verano de la Universidad Complutense de Madrid no podía tener otra razón que el teatro. Reconoce que le hubiera gustado haber estado presente en todas las sesiones al respecto esta semana, pero, por desgracia, no siempre hay "tiempo para el amor".
"Nuestra sociedad global es capaz de movilizarse en masa ante competiciones futbolísticas, palideciendo cualquier otra actividad que se toma de minorías, como el teatro", ha lamentado el dramaturgo y periodista.
El valor es el ingrediente necesario. Algo que en el teatro siempre ha existido, aunque a veces el propio público no lo haya querido permitir. "El teatro nunca se ha callado sobre nada, otra cosa es que haya sido silenciado por la propia sociedad en la que nace", ha afirmado el dramaturgo. "La sociedad condiciona el decoro al margen de la libertad de las actividades artísticas, domina lo artísticamente correcto".
Un camino que convierte el arte en entretenimiento, en aquello meramente decorativo. Unas veces es 'El Rey León', otras la versión de un clásico como la 'Traviata' de Verdi...Y frente a ese decoro, "la verdad se impone en el teatro documento". Un estilo del que Londres ha sido un fiel heredero. "Si el teatro es una mentira que es verdad, el teatro documento es una verdad que es verdad".
Y para ello existe un público también, "que se quiere enfrentar a un espejo que refleje la realidad, con sus virtudes y defectos, sin maquillajes. Un público tan minoritario como exigente", ha explicado Amestoy.
Y un ejemplo de ello podría estar en Madrid, evidente por las distintas programaciones de los teatros públicos y privados, o de esas salas alternativas que emergen por muchos rincones de la capital. Como Fringe en el Matadero. Autores, directores, músicos, escenógrafos, figuristas, técnicos... que se ensamblan en una transversalidad "que hace un teatro en sintonía con la sociedad que vivimos". Y de ahí tres funciones imprescindibles que "hablan de lo que no habla el teatro en nuestros días".
La inmigración aparece en 'Un trozo Invisible de este mundo' de Juan Diego Botto, el Teatro del Barrio, aquel que nace del hambre de la realidad es posible en 'Ruz-Bárcenas', y la banca, los partidos políticos, los sindicatos, un análisis actual de la mano de 'Autorretrato de un joven capitalista español', ambas de Alberto San Juan. Porque, al final, el gran espectáculo no es otro "que propia la vida".

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