En el corazón sur del drama
Buenos Aires, una de las ciudades con más teatros del mundo, ha inaugurado más de 20 salas el año pasado. Ya supera las 200. Pero no es solo cantidad lo que ofrece esta capital del teatro de habla hispana. La escena porteña cuenta con una rica variedad que lleva a que los dramaturgos, directores y actores del circuito alternativo sean cada vez más conocidos por el mundo y que extranjeros de diversos orígenes vengan a ver o a aprender teatro a la megalópolis argentina.
“El teatro under es el de mayor vitalidad, con una versatilidad que va desde el realismo a ultranza hasta trabajos experimentales casi ininteligibles, y si suman todas sus expresiones, se llega a un número inesperado de público”, cuenta el dramaturgo Roberto Perinelli, una de las personas que más obras de teatro ve en Buenos Aires, a razón de cinco por semana. “En 2011 se inauguraron por los menos 20 salas, algunas muy bien equipadas, ya no en casas particulares”, se entusiasma Perinelli.
“Algunos entendemos que Buenos Aires es una capital importante de teatro, después de Londres y Nueva York, por la gran penetración que tiene el llamado teatro independiente”, destaca Carlos Rottemberg, uno de los empresarios más importantes de la escena comercial de Buenos Aires. “En centenares de espacios escénicos se distribuyen talentosos intérpretes y una media interesante de espectadores a precios de butacas más reducidas. Defender el teatro independiente es hacer valer a futuro el llamado teatro comercial o profesional”, añade Rottemberg.
Perinelli también destaca el crecimiento del género musical. Antes Buenos Aires buscaba copiar a Broadway, pero ahora se hacen espectáculos con textos y pautas argentinas, con actores que saben actuar, bailar y cantar, según el dramaturgo y maestro de teatro.
La capital argentina aún se encuentra de vacaciones de verano austral, por lo que aún no ha comenzado la temporada fuerte de 2012. Sin embargo, en el recuerdo de los aficionados porteños quedan los mejores espectáculos de 2011. Uno de ellos fue Hamlet, la metamorfosis, que dirige Carlos Rivas, y que por estos días se presenta en el Café Rivas. Esta obra ganó el premio ACE, uno de los más importantes de la escena teatral porteña, al mejor espectáculo del off. El ACE a la mejor obra de autor argentino fue para Vuelo a Capistrano, de Carlos Gorotiza. La comedia galardona fue Toc-Toc, de Laurent Baffie, un éxito de público que dirige Lía Jelín y que por el verano se presente en Mar del Plata. “El teatro comercial se ha convencido de que las buenas obras son buen negocio”, comenta Perinelli. El mejor drama fueEl precio, de Arthur Miller, que bajo la dirección de Helena Tritek también se ha mudado a las playas marplatenses.
Otro de los premios importantes de la escena teatral porteña, el Trinidad Guevara, bendijo el año pasado a los dramaturgos Agustín Mendilaharzu y Walter Jakob por su obra Los talentos. "Aquí el teatro independiente no da buenos dividendos, sino que se gana para el pancho [perrito caliente] y la Coca-Cola", cuenta Mendilaharzu, uno de sus exponentes. "En cambio, si conseguimos viajar al exterior, ahí sí se consigue mejor dinero", añade el también cineasta. El Trinidad Guevara al mejor director fue para Ciro Zorzoli, por Estado de ira, que se presenta en un teatro de la comercial avenida Corrientes, el Metropolitan.
“El paso para el prestigio es hacer buen teatro independiente y luego, teatro comercial u oficial (el que se representa en salas del Estado)”, explica Pablo Gorlero, crítico y editor del periódico La Nación. “Hay directores que dan cuenta de eso: Daniel Veronese, Javier Daulte, Claudio Tolcachir. Muchos grupos de teatro independiente circulan por los más prestigiosos festivales de todo el mundo, y eso les genera muy buenos ingresos y prestigio. Hace muchos años era impensado para un actor del off que se pudiera vivir de su profesión”, comenta Gorlero. Veronese está dirigiendo una obra que adaptó de Mark St. Germain, La última sesión de Freud, en el Multiteatro de la avenida Corrientes. En el Metropolitan se puede ver Mineros, de Lee Hall, adaptada y dirigida por Daulte. Si alguien quiere ver una obra escrita y dirigida por Tolcachir, solo debe irse a Boedo, barrio de tangueros y poetas, a la sala Timbre 4, donde se presenta Tercer cuerpo. Los autores, directores y actores del under que triunfan en el circuito comercial en general no abandonan sus orígenes y siguen participando de alguna obra alternativa los días que les quedan libres, los lunes o los miércoles. Por eso en Buenos Aires es posible ver buen teatro cualquier día.
Entre los actores destacados se pueden mencionar los galardonados por los ACE en 2011: Belén Pasqualini (por Sweeney Todd), Daniel Casablanca (Toc-Toc), Gabriela Toscano (Hamlet, la metamorfosis), Osqui Guzmán (El bululú), Victoria Almeida (Espejos circulares), Paola Barrientos (de la elogiada versión de Un tranvía llamado deseo), Alejo Mango (Kalvkott), Mariano Chiesa (Avenida Q) y algunos consagrados en los medios audiovisuales como Virginia Innocenti (Dijeron de mí), Soledad Silveyra (Espejos circulares), Pepe Soriano (El precio), Claudia Lapacó (Viaje de un largo día hacia la noche) y Joaquín Furriel (La vida es sueño). El Trinidad Guevara consagró a Vanesa Maja (Rosa brillando), Federico Salles (Despertar de primavera), Laura Ortigoza (Las primas o la voz de yuna), Verónica Oddó (Bodas de sangre) y los reconocidos Patricio Contreras (La vida es sueño) y Daniel Fanego (Viaje de un largo día hacia la noche).
Los premios Hugo, dedicados al teatro musical porteño, distinguieron el año pasado a Avenida Q, Drácula yCuando callan los patos. Los directores de Drácula, Pepe Cibrián y Ángel Mahler, ahora han estrenadoExcalibur en el teatro Astral.
En el ámbito de la lírica, el Teatro Colón, uno de los más importantes en el género en el mundo, cumplirá este año dos años desde su reapertura. Lo hará con una programación ecléctica y novedosa, que incluye en la primera mitad de 2012 a las óperas La Pasión según San Marcos, del compositor argentino Osvaldo Golijov, La Forza del Destino, bajo la dirección musical de Renato Palumbo, yEdipo, de George Enescu. El Colón ofrecerá al mismo tiempo ballet:Carmen, con la coreografía de Mauricio Wainrot, y La Sylphide, con la de Pierre Lacotte, según Filippo Taglioni.
En el circuito de las salas públicas ha logrado un éxito de afluencia conSalomé de Chacra, de Mauricio Kartun, que se presenta en el teatro San Martín. Kartun es el mismo director y dramaturgo que alguna vez dijo: "No es que acá a la gente solo le guste ver obras. Ir al teatro y hacer psicoanálisis son los dos signos identitarios más fuertes de la clase media porteña".
Fuente: Alejandro Rebossio (www.elpais.com)
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