¿De Ramón o de Federico?



Estudiados en los libros de texto, son dos básicos de nuestra escena. Como un 'blazer' y un 'little black dress' en todo guardarropa que se precie. Esperpento y tragedia. Dos caras de la misma España negra y grotesca. Lorca y Valle-Inclán. Tanto monta, monta tanto don Federico como don Ramón. ¿O no? Si hay un consenso en declarar a Buero Vallejo como nuestro dramaturgo esencial de la segunda mitad del siglo XX, ¿quién de los dos ocuparía este puesto en el periodo anterior a la Guerra Civil?
Ambos han coincidido esta temporada en la cartelera madrileña. De Lorca, los Teatros del Canal exhibieron dos de sus obras más desconocidas y originales Comedia sin título y El público mientras que del gallego el CDN sigue agotando las localidades para Luces de bohemia, su obra cumbre. Su director, Lluís Homar, abrió el debate hace unos días en una entrevista concedida a El Mundo: "Luces de Bohemia es como la Biblia". Tranquilidad, no hay que ir confesados al María Guerrero. "Hay una espiritalidad laica en esta ella, como de ritual. Respetando a Lorca, la veo como la obra fundamental de nuestro siglo XX".
Obviamente, él es parte interesada, así que hemos preguntado al resto de la compentencia para ver por quién se decantan nuestros teatreros. Andrés Lima, cabeza pensante de Animalario que tiene sobre las tablas Elling (Teatro Galileo) y el Montaplatos (Teatro Español) lo tiene claro: "Yo soy 'vallisoletano' hasta la médula", dice con sorna. "Para mí, su obra es el mejor teatro que se ha escrito en la historia de España. Construye unos personajes a la altura de Shakespeare. Me gusta más porque su estilo esperpéntico, mezclando comedia y tragedia, es la esencia de nuestro país. Es más original que Lorca que, por supuesto, es un grandísimo poeta y un símbolo de la Guerra Civil".

Muy, pero que muy español

También José Sancho, a punto de estrenar su versión de Los intereses creados, de Benavente, se sube al carro del gallego. "Prefiero a Valle igual que en poesía prefiero a Miguel Hernández sobre Lorca. El granadino me parece muy estético pero don Ramón está más enraizado en la realidad y me parece más de verdad. Retrata la España de su época como nadie y es un país que no se diferencia mucho del que tenemos ahora". Precisamente, su siguiente proyecto tras Benavente, será un montaje de los Cuernos de don Friolera.
El dramaturgo Jordi Galcerán, quién ha triunfado este año con Burundanga y La fuga, también apunta al noventayochista como una figura más trascendental a la hora de estudiar el teatro del siglo XX español. "Literariamente, se puede discutir largo y tendido, pero me quedo con Valle-Inclán porque es más moderno y abre puertas a nuevas formas teatrales. Lorca, como todos los genios no tiene quien le siga. Es como Gaudí, nadie puede imitarle. En cambio Valle-Inclán abre caminos por los que luego transitar".

Algo en la piel

La victoria del gallego parece hecha pero aún quedan lorquianos de pro. Reconociendo que Valle-Inclán pueda ser un dramaturgo más complejo, el Premio Nacional de Literatura Dramática, Paco Bezerra que en breve estrenará a las órdenes de José Luis Gómez Grooming (Teatro de la Abadía) se desmarca de los vallistas. "Seguramente, Valle sea un autor mucho más completo y complejo teatralmente que Lorca, pero, qué duda cabe, la escritura de Federico tiene algo que se diferencia de la de cualquier otro dramaturgo español. Cuando uno lee a Lorca, la piel, los huesos y los músculos, se ponen en movimiento, hay algo que te atraviesa, que se te instala en el interior, se te agarra y te acompaña para siempre".
El director escénico Ángel Gutiérrez, máxima eminencia del teatro ruso en nuestro país y artífice de ese templo en peligro de extinción que es el teatro de Cámara Chejov, también pertece a los partidarios del granadino. Él lo conoce bien porque llevó a escena Bodas de sangre en EEUU. "En la Unión Soviética, a veces discutía con mi amigo el cineasta Andrei Tarkovsky sobre a quién nos llevaríamos a la luna: ¿Bach o Mozart? Esto es parecido. Valle-Inclán es una maravilla y hace años que tengo una idea para llevar al teatro 'Luces de bohemia', pero mi corazón está con Lorca y su poesía".
De hecho, no hay misión espacial planeada por España, así que no hay que fantasear con quién llevaríamos a la luna como hacían Tarvokvsky y Gutiérrez. La veterana Alicia Hermida, quien ha encarnado igualmente obras de Valle-Inclán (Divinas palabras) como de Lorca (Doña Rosita la soltera), no ve la necesidad de elegir. "Lo dos son los más grandes. Valiosos y modernos, aún son la vanguardia de nuestro teatro". Y punto.
Fuente: José Luis Romo (www.elmundo.es)

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