José Carlos Martínez: "Mi objetivo es dar una nueva identidad a la Compañía Nacional de Danza"
Fuente: Javier López Rejas (elcultural.es)
Decir que algo se mueve en la Compañía Nacional de Danza sería redundante si no fuera porque su director, José Carlos Martínez (Cartagena, 1969), ha empeñado su impresionante currículum en dinamizar y acercar al gran público un género que habitualmente se mueve en circuitos especializados. Y es que la Compañía Nacional de Danza Clásica, dependiente de la CND, se presenta el próximo jueves en el Teatro Real con la pianista Rosa Torres-Pardo y los bailarines Lucía Lacarra y Marlon Dino como artistas invitados. Martínez presume de haber armado un collage preñado de “calidad y excelencia” en el que podrá contrastarse el guiño a la danza en “Tres preludios”, de Ben Stevenson, la modernidad de “Holbert Suite”, de Tony Fabre, y el lenguaje único de George Balanchine en “Who Cares” con el academicismo de “Sonatas”, llevado a cabo por el propio director, y el toque clásico de “El Cisne Blanco”, de Ray Barra. El Bailarín Estrella de la Ópera de París y Premio Nacional de Danza 1999 defiende el programa elegido para la ocasión.
¿Considera “Sonatas” un ejemplo de su impronta en la institución?
Esta pieza marca una evolución en el rumbo de la compañía. Con este ejercicio de estilo sumamos un nuevo tono a la paleta de colores de la CND. Mi objetivo es darle una nueva identidad. La que considero que debe tener una verdadera Compañía Nacional. “Sonatas” es una pieza coral basada en "Scarlatti paso a dos" que teníamos en el repertorio durante la temporada pasada. Ese trabajo ha evolucionado y he ido integrando a los nuevos bailarines, trabajando directamente con ellos para crear una pieza a medida de la CND. "Sonatas" está basada en el vocabulario académico y la relación entre la música y el bailarín.
¿Consideraría “Tres preludios” un homenaje a la danza?
No sé si un homenaje pero sí un guiño a ese momento tan importante en la rutina diaria de un bailarín. “Tres Preludios” es una pieza neoclásica que se sitúa en una clase de danza. Los dos intérpretes ejecutan sus ejercicios de barra y esa cercanía, esa pasión común, hace que poco a poco los sentimientos de ambos vayan evolucionando hasta mostrarnos un sentimiento romántico. En la CND hace más de veinte años que no se pone en escena una coreografía con vocabulario académico y me parecía una bonita imagen la de empezar el espectáculo con dos bailarines y una barra de ballet. El momento de agarrarse a la barra y empezar a trabajar es muy importante en la vida de un bailarín.
Vuelve Tony Fabre a la Compañía. ¿Consideraría “Holberg Suite”, de Grieg, un título fetiche?
Tony Fabre fue director de la CND2 durante años. Hizo varias coreografías para la compañía y me ha parecido importante incluir una de ellas en este estreno, ya que no quiero destruir el trabajo que se hizo en la CND antes de mi llegada, es nuestro patrimonio y no hay que ignorarlo. “Holberg Suite” se ha bailado en la CND desde el año 2000, pero esta vez los bailarines que interpretan la pieza tienen un perfil diferente, son bailarines "clásicos" que bailan una pieza de hoy. La música de Grieg ofrece a Fabre el acompañamiento ideal a un trabajo abstracto donde las imágenes se suceden sin una relación argumental. La ausencia de escenografía hace de la música y la coreografía los únicos protagonistas de este viaje.
¿Es “El cisne blanco” un salto sin red? ¿Abre la puerta de la Compañía a los grandes títulos del repertorio?
El paso a dos del “Cisne Blanco” es un dúo extremadamente difícil que representa la esencia de la danza clásica. Dentro de nuestro espectáculo es una puerta abierta hacia el futuro. Una gran parte de nuestro público está esperando que la CND interprete "los grandes clásicos" pero queda mucho trabajo por hacer... He bailado los "príncipes" del repertorio clásico durante años y sé el trabajo que eso representa. Cuando artísticamente estemos listos, lo haremos.
Y mientras, ¿se refugia en la modernidad con George Balanchine y Gershwin en “Who Cares”?
Bueno, lo que pretendo sobre todo es traer de vuelta a Balanchine a la CND. “Who Cares”, inspirado en Broodway y en las comedias musicales, es una pieza ligera, llena de vida y de humor. En los tiempos que corren le diría que es una buena terapia.
Lucía Lacarra, Marlon Dino, Rosa Torres-Pardo... ¿Qué aportarán al conjunto del programa?
Lacarra es una bailarina extraordinaria que ha defendido el repertorio clásico por todo el mundo. Tenemos una extraordinaria relación hace mucho tiempo y, como desde el principio se mostró interesada en colaborar en esta nueva etapa de la compañía, me pareció importante poder traerla a esta gala. Estoy seguro de que el público del Real disfrutará muchísimo con “El Cisne Blanco”, que interpretará junto a Marlon Dino. Además, como Lucía siempre se ha mostrado abierta a colaborar con la CND, también podremos verla en una parte de “Sonatas” junto a los miembros de la compañía. Hemos estado ensayando en Múnich y creo que el resultado de su colaboración en el Real será muy positivo para todos. Los bailarines españoles que trabajan fuera están deseando poder bailar con la CND y, en la medida de lo posible, intentaré irles dando un sitio... Respecto a Torres-Pardo le diré que además de una excelente pianista es una gran mujer. Nos va a dar toda su energía. Gracias a ella el espectáculo será mágico.
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