Un genio del joven teatro japonés



Fuente: Rosa Rivas (elpais.com)
A Takahiro Fujita le consideran en Japón un dramaturgo de la generación cero (los emergentes de la década del 2000). Es un joven (tiene 27 años) que escribe y dirige para jóvenes, pero que también adapta sus montajes a cada audiencia. “En cada sitio que estrenamos reviso cada mínimo detalle para ajustar la obra al nuevo público”, afirma.
Asimismo la actualidad le sirve para hacer revisiones. Cuando estaba escribiendo su adaptación de El extranjero, de Albert Camus, ocurrió el terremoto y posterior tsunami (marzo de 2011) y cambió el personaje central. El existencialismo trasladado a una localidad costera devastada fue simbolizado en una chica que vuelve allí tras morir su madre pero encuentra a un joven a quien perdió de vista hace tiempo. “Crecí junto al mar en Hokkaido y el océano siempre ha sido para mí un símbolo de un horizonte brillante”,dice. Aunque confiesa que le perturba ver aún a “la gente traumatizada viviendo en casas temporales”. Ha estado en Iwaki, en la zona afectada, y se siente “incómodo en la vida confortable de Tokio”.
Su compañía, con base en Yokohama, junto a la gran metrópolis nipona, presentó allí en febrero El extranjero, dentro de un encuentro internacional de artes escénicas, y estrenó a principios de marzo (en un teatro de barrio de Ikebukuro) una obra que explora el sentido de la escapada que inspira el mar abierto y las circunstancias que lo impiden.Tierra-Huida, Vista marina-Ciudad Superviviente es el título (todo un resumen del argumento) del montaje, basado en el limbo en el que viven los habitantes de una ciudad que vivía de la industria. Fujita se impregnó del ambiente de la urbe retratada e incluso fichó actores locales. Las referencias a la actualidad social japonesa y a los desajustes personales y generacionales son eje de sus obras.
Mum and Gypsy, el grupo teatral que Takahiro Fujita fundó en 2007 (cuando todavía estaba en la universidad), está formado por intérpretes que comparten la visión del autor-director y cuya aportación completa todo el proceso creativo que pretende este talento de la nueva escena nipona. Lo suyo, según la crítica, es “un teatro posdramático”, que provoca la interacción de la audiencia con los actores.
El público de Mum and Gypsy (Mum to gipushi pronunciado en japonés) siempre rodea a los intérpretes, que ejecutan sus producciones en pequeños teatros, sin la estructura convencional de butacas frente al escenario. Tampoco sigue los patrones convencionales de lenguaje ni de estructura dramática. Los parlamentos de las obras de Fujita repiten frases, como salmodias, y también se suceden los movimientos, generalmente intensos. La trama está contada desde las distintas perspectivas de los personajes. Elementos de danza, cine, televisión y artes visuales se trenzan con los diálogos y monólogos. Y la música es un ingrediente habitual. El pasado año, Fujita trabajó con el músico de jazz Yoshio Otani, con el artista experimental Norimizu Ameya y con la dibujante de manga Machiko Kyo. “Con ellos he creado performancesde una hora que exploran las posibilidades de mezclar géneros. Es una inspiración para el futuro”, ha declarado Fujita a Japan Times.
Y el futuro de este autor no puede ser más prometedor. En 2012 (con 26 años) obtuvo el premio más prestigioso de las artes escénicas japonesas, el Kishida Kunio, por una trilogía (Señal en dirección a casaLa mesa preparada te esperaUn mundo de sal derramada) en la que abordaba asuntos de pertenencia y aislamiento, una especie de termómetro de lo que sus coetáneos viven en sus relaciones familiares y afectivas.
La crítica de su país le mima y ya ha recibido ofertas de estrenar sus obras (en las que a veces incluye subtítulos en inglés) fuera de Japón. “Siempre busco algo nuevo”, asegura Fujita. “Creo firmemente que el teatro es la más interesante y la más libre de las artes. Tiene tantas posibilidades de expresión y tanto potencial para desarrollar nuevos métodos que te fuerza a romper límites”.

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