Claudio Tolcachir presenta 'Todos eran mis hijos'

El joven director argentino Claudio Tolcachir estrenará este jueves en Barcelona Todos eran mis hijos, una obra del norteamericano Arthur Miller que bajo su óptica será más corta - de tres horas a una y media - y muy viva, pues su forma de entender el teatro huye de los efectismos y busca la mayor verdad posible, han explicado los actores.

El montaje se verá hasta el 31 de julio en el Teatre Poliorama en el marco del Festival Grec, y aunque Tolcachir no ha viajado hasta Barcelona, el elenco de actores, que estrenaron la obra en Madrid el septiembre pasado, lo ha tenido muy presente y se ha desecho en elogios hacia su forma de entender el teatro.

Carlos Hipólito, Gloria Muñoz, Fran Perea, Manuela Velasco y Jorge Bosch son los protagonistas de un montaje coral que habla de los secretos que esconden todas las familias, y en concreto del de los Keller, llenos de remordimientos después de que 21 soldados murieran a causa de unas piezas defectuosas que ellos vendieron.

La acción transcurre unos años después de la Segunda Guerra Mundial, y aunque Tolcachir ha respetado esa referencia temporal - la estética de la obra es muy realista - se han eliminado referencias directas y se habla sencillamente de guerra, pues la problemática de la que habla el texto tiene muchos paralelismos con los conflictos armados de hoy, ha recordado Hipólito.

Para el actor, Todos eran mis hijos es de una vigencia absoluta, porque además de que no hay una moraleja, los personajes son seres humanos complejos, alejados de lo arquetípico, y gracias a la mano de Tolcachir tienen una frescura que los hace enormemente reales a los ojos del espectador.

La intención del director, ha dicho Hipólito, es que el espectador se olvide de la butaca y sienta que está viendo lo que ocurre en la casa de al lado, como el que aparta disimuladamente la cortina: "Cuando ensayábamos en Madrid nos decía: 'Está muy bien, muy bien, pero queda un poquito de teatro, a ver si podemos quitarlo", ha recordado el actor.

Una de las cosas que consiguen ese efecto - y que se ha convertido en una seña de identidad en el teatro de Tolcachir-es que los actores hablan a la vez y se pisan al decir sus frases, igual que en la vida real, en que una persona no espera a que acabe el otro para decir lo suyo, ha recalcado Velasco.

La actriz también ha destacado que al inicio la obra parece una comedia costumbrista, luego coge tintes de thriller y acaba convertida en un drama total, momento en el que el espectador ya está "totalmente agarrado" y no le queda más remedio que recurrir a los kleenex.

En ese recorrido, no exento de humor, los actores son los únicos protagonistas, ya que la música apenas subraya las escenas y tanto la escenografía como el vestuario y la luz están "para que no se note que estén", ha destacado Perea.

El joven actor malagueño interpreta al hijo del matrimonio Keller, que interpretan Muñoz e Hipólito: Ella es una madre aparentemente trastornada obsesionada con mantener la unidad familiar por encima de todo, mientras que el cabeza de familia es un padre cariñoso pero cobarde; "un mal tipo con apariencia de buena persona", según ha reconocido el propio actor.

Tolcachir, aclamado por la crítica y el público con su debut como dramaturgo, La omisión de la familia Coleman, encara con Todos eran mis hijos su primer reparto formado por actores españoles, un elenco que completan Nicolás Vega, Amanda Recacha, Alberto Castrillo-Ferrer y Ainhoa Santamaría.

Fuente: www.lavanguardia.es

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