Calentamiento en Alcobendas
Fuente: Roger Salas (elpais.com)
Como puesta a punto previa al estreno en el Teatro Real de Madrid el 14 de marzo de su nuevo programa con coreografías de corte más académico, la Compañía Nacional de Danza (CND) hace una función única mañana sábado en el Teatro Auditorio de Alcobendas. La velada no será exactamente la misma del Real, pues el programa de mañana contará con una obra de dos jóvenes coreógrafos de la CND que el director artístico, José Carlos Martínez (Cartagena, 1969), no ha incluido en los próximos fastos. Se trata de Descaminos de dos, de los italianos Mattia Russo (Avelino, 1988) y Diego Tortelli (Brescia, 1987), obra en origen creada para una competición y que después fue adherida en el repertorio de la CND. Descaminos de dos obtuvo el primer premio de coreografía en el Certamen de Burgos-Nueva York 2012, y cuenta con músicas de Cliff Martínez y Alexander Desplat.
Russo es miembro de CDN y Tortelli milita en el Ballet Nacional de Marsella. Con la aflorada sensibilidad de los debutantes, los dos jóvenes italianos han elaborado un sentido texto sobre su invención coréutica: “Hay personas a las que, con una simple mirada, comprendes y entiendes el amor que por ti sienten, que están dispuestas a hacerlo todo por ti y que nunca te dejarán solo. Hay distancias, hay incomprensiones, pero lo que hay no se acaba y supera cualquier obstáculo que se le pone delante. Hay personas a las que perdonarías hasta el peor fallo, porque sin ellas tu vida no tendría sentido, porque caminar con ellos a tu lado, de la mano, es la mejor sensación que hay en el mundo, porque así nunca te vas a sentir solo”. Y esto sirve de somero argumento al dúo para hombres que ya se exhibió también en el Mercat de les Flors de Barcelona en octubre pasado.
Cuatro obras
El programa de Alcobendas se compone de cuatro obras, y las tres restantes sí estarán en el Real. Ninguna de ellas es una creación absoluta ni puede considerarse ballet clásico como tal, aunque se emplee en su redacción la técnica académica y las mujeres, en algunos casos, porten las zapatillas de punta. La CND actualmente se encuentra dividida en dos sectores que, a tenor de lo visto, funcionan de manera desgajada. De una parte están los llamados modernos que en su mayoría son herencia de la égida de Nacho Duato y del periodo de transición de Hervé Palito en la dirección y, del otro, los artistas que han optado por volver al redil del reglado académico junto a los nuevos fichajes propios de la etapa de Martínez. Mientras los modernos se ven limitados a un repertorio heredado donde no figuran las coreografías de Duato por su expresa prohibición a que sean representadas en España, los artistas del sector clásico sí participan ocasionalmente de ambos repertorios, todos actuales.
Bajo el eslogan La CND se pone las zapatillas de punta ya ha habido representaciones en Cataluña y la función de Alcobendas es su primer acercamiento a la región madrileña. Las palabras del propio Martínez intentan resumir la nueva apuesta: “La CND sigue avanzando hacia un modelo más abierto, versátil y cercano al público, que combina la elegancia y la modernidad, la vanguardia y el clasicismo, manteniendo en todo momento su compromiso con la excelencia y la calidad artísticas”.
La CND, fundada en 1979 con el nombre de Ballet Nacional de España Clásico, tuvo como primer director a Víctor Ullate; le sucedieron en este puesto María de Ávila y Maya Plisetskaia, hasta que, en 1990, Nacho Duato fue nombrado director artístico de la compañía. La incorporación de Duato supuso un giro estilístico y estructural en la formación titular española. Tras el año de transición bajo la dirección artística de Hervé Palito, José Carlos Martínez fue nombrado director en diciembre de 2010 tras un concurso restringido convocado por el Ministerio de Cultura.
En Alcobendas se verá en primer lugar Holberg Suite, de Toni Fabre (Nantes, 1964) sobre la música de Edgard Grieg, pieza estrenada por la CND en 2000 y que ahora vuelve al repertorio. Le siguen Tres preludiosdel británico Ben Stevenson (Southsea, 1936), creada al mismo tiempo que el Bartok Concerto para el refundado Harkness Joven Ballet en 1969 y estrenado en el Bob Hope Theatter de Dallas (Texas). Esta coreografía ganó en 1972 el premio a la mejor obra moderna en el certamen de Varna (Bulgaria) en 1972 bailada por Kirt Peterson y Christine O’Neal; la reposición en Madrid corre a cargo de Trinidad Vives y al piano estará la concertista Rosa Torres-Pardo, que también acompañará el estreno final de Sonatas coreografiado por Martínez sobre piezas de Domenico Scarlatti y del Padre Antonio Soler.
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