Alejandro Roy protagoniza el primer "bis" de zarzuela en los últimos 30 años


Fuente: Susana Gaviña (abc.es)

En los últimos años se ha puesto de moda ofrecer, a petición del público, un «bis» durante la representación de una ópera. Algo que había sido desterrado por los directores de los teatros hace décadas por considerarlo demasiado frívolo. Sin embargo, la necesidad de revitalizar la atención mediática de este género, puestas en escena aparte, parece que relajó la prohibición.
Así, hace varias temporadas el tenor peruano Juan Diego Flórez tuvo que hacer un bis en el Met de Nueva York y también en la Scala de Milán, dos de los teatros más importanes del circuito lírico. Así tuvo que repetir «Ah mes amis» (la famosa aria de los nueve Do de pecho) de «La Fille du Regiment» de Donizetti.
Menos repercusión mediática tuvo el «bis» del tinerfeño Celso Albelo, que en la Fenice de Venecia repetió «Una furtiva lágrima» de «L'elisir d'amore». La misma que tuvo que repetir en la la temporada de ópera de la ABAO. El Tetro Real también se sumó a la fiebre de los «bises», protagonizzado por el barítono Leo Nucci en «Rigoletto» de Verdi.
Un hecho insólito en la zarzuela
Lo que muy pocos recuerdan es que algo similar sucediera en otro género, como es la zarzuela. El tenor asturiano Alejandro Roy entró ayer a formar parte de la historia de la lírica y del Teatro de la Zarzuela por tener que repetir, a petición del público, «La canción húngara», uno de las romanzas más exigentes de la partitura de «Amor de Dios» del maestro Serrano, que hasta ayer se representaba en el teatro de la calle Jovellanos en un programa doble que completaba «La reina mora».
A través de un comunicado, la Zarzuela calificaba hoy el hecho de «insólito» pues «en zarzuela, según los mas viejos del lugar, no se recuerda un "bis" desde hace mas de 30 años cuando se tuvo que repetir el “Coro de repatriados” de "Gigantes y Cabezudos"», señala la nota.
Este mismo escenario sí ha visto «bises» más recientes, pero en el repertorio operístico. Así, en 1996, con motivo de la celebración de los 40 años del debut de Alfredo Kraus en este teatro interpretó un fragmento de «Werther» de Massenet, y tuvo que repetir el aria de «Porquoi me reveiller».
Esta petición ahora de repetir en una obra de zarzuela demuestra que el público de este género, aunque mucho lo duden, está tan vivo en algunas ocasiones como el de la ópera.

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