Homenaje teatral a los maestros

Después de un par de semanas de cargas policiales y protestas estudiantiles, Historia de 2 no puede ser más oportuna. Precisamente, esta obra se presenta como "un homenaje a todos aquellos profesores anónimos que día a día hacen posible el milagro de la educación y el aprendizaje". Unos maestros que lidian con decenas de alumnos y que están viendo su trabajo desbordado y menospreciado. Para representar este texto, escrito por Eduardo Galán y dirigido por Gabriel Olivares, se ha contado con la actriz Ana Ruiz (Cámera Café o Amar en tiempos revueltos) y Jesús Bonilla, que regresa a lasa tablas después de 19 años.

Historia de 2, que se representa en el teatro Flumen de Valencia hasta el 4 de marzo, tiene un planteamiento sencillo: dos personajes, un maestro y una madre, y un denominador común: Dani, el hijo de esta. Dani es un alumno problemático que provoca, sin aparecer jamás, que dos personas de su órbita más próxima lleguen a enamorarse. "Es una historia de amor sorprendente que yo nunca he visto antes", explica su guionista, Eduardo Galán, que- además- trabaja como maestro de secundaria en un instituto madrileño: "Tengo la excusa de que la escribí en un periodo en que no ejercía", expresa.

La obra incide en retratar a "aquellas personas que, con generosidad, se entregan a diario, que luchan por algo más allá que las notas: las personas", según reseña su autor. "Ahora, lamentablemente, el fracaso escolar es muy actual", añade, "pero sigue siendo fundamental el papel del maestro, que es un modelo". No obstante, el tema se ha tratado con una óptica muy cómica: "Lo importante es la sonrisa", resume Galán.

El espectáculo se estrenó a principios de año en Albacete "con una acogida excepcional", según asegura con alegría el guionista, y llegará en septiembre a Madrid. En Valencia, la obra estará en el teatro Flumen hasta el domingo con una decoración calcada de un instituto real: "Es necesario reflejar de todas las expresiones artísticas posibles la educación", insiste Eduardo Galán, "porque una sociedad que no se sustenta en ella está condenada al fracaso".

Fuente: www.elpais.com