Juan Mayorga: "El libro más bonito que me han hecho nunca"
Fuente: Luis Alemany (elmundo.es)
"Tengo tres hijos, de seis a 13 años. Supongo que sí, que el teatro ha sido y es una forma de relacionarme con ellos. Desde pequeños los hemos llevado a salas, nos oyen hablar de actores y de obras, y, a su manera, ellos también juegan al teatro. El niño piensa en inventarse obras y las niñas, en interpretarlas. En los cumpleaños, de siempre, hay marionetas y cuando viajamos por carretera, la que conduce es mi mujer, a mí me toca entretenerloscontándoles historias que, más o menos, dramatizo. Se han acostumbrado, aunque les resulte un poco enojoso, a salir del cine y vernos jugar a eso de 'yo hubiera cambiado tal personaje o tal escena'.... Y yo mismo recuerdo con mucho cariño la imagen del chico en brazos de María Jesús Valdés".
"Tengo tres hijos, de seis a 13 años. Supongo que sí, que el teatro ha sido y es una forma de relacionarme con ellos. Desde pequeños los hemos llevado a salas, nos oyen hablar de actores y de obras, y, a su manera, ellos también juegan al teatro. El niño piensa en inventarse obras y las niñas, en interpretarlas. En los cumpleaños, de siempre, hay marionetas y cuando viajamos por carretera, la que conduce es mi mujer, a mí me toca entretenerloscontándoles historias que, más o menos, dramatizo. Se han acostumbrado, aunque les resulte un poco enojoso, a salir del cine y vernos jugar a eso de 'yo hubiera cambiado tal personaje o tal escena'.... Y yo mismo recuerdo con mucho cariño la imagen del chico en brazos de María Jesús Valdés".
El orgulloso papá que habla es el escritor teatral Juan Mayorga (Premio Nacional de Teatro en 2007, Valle-Inclán en 2009 y Max en 2006, 2008 y 2009) y el párrafo tiene justificación: 'El elefante ha ocupado la catedral', recién editado por 27 Letras, es la primera obra infantil que escribe y publica el autor de 'Cartas de amor a Stalin'. "Es el libro más bonito que me han hecho nunca y eso es una cosa que tengo que agradecer al ilustrador Daniel Montero Galán y a mis dos editoras".
Sinopsis: un elefante entra en una catedral y se queda atascado. Los vecinos del lugar (Alcaldesa, Sargento, Fontanero, Aprendiza, Organista y compañía) intentan descubrir cómo ha podido colarse en la catedral y cómo sacarlo de allí. Y para ello, emprenden un viaje fantástico desde la trompa del bicho.
¿Qué tiene que ver 'El elefante ha ocupado la catedral' con el resto de la obra de Mayorga? "Mmmh. De pequeño, mi animal favorito era un elefante al que veía en la Casa de Fieras del Retiro. Se llamaba Perico y me encantaba, a lo mejor, porque fui un niño de orejas grandes y separadas... '¿Qué es el viento? / Las orejas de Mayorga en movimiento'... También me gustaba un oso que andaba por ahí. La verdad es que yo tengo mucho animal en mi obra, el mono de 'Últimas palabras de Copito de Nieve', la tortuga de 'Darwin' y en 'La paz perpetua' está el perro. Yo no quería escribir más sobre animales, pero este libro apareció como un reto, como un 'pique' con un familiar. Yo tenía la zozobra de que se me pasaba la infancia de mis hijos sin haberles escrito un libro, algo hecho para ellos, y entonces...".
'El elefante...', antes de ser libro, fue un divertimento para la pandilla del barrio de Mayorga, con sus hijos en el reparto. Y ahí superó el control de calidad. ¿Qué separa la buena literatura para niños, el buen teatro para niños del malo? "Está esa tentación pedagógica y sermoneadora, que hay que evitar. Porque uno puede tener convicciones fuertes y, si las tiene, plasmarlas, pero sermonear... Me producen mucho disgusto esas obras infantiles con moraleja ecologista o humanitaria obvia. Los niños son valientes, son imaginativos, tienen mucha capacidad para entrar en el juego. Pero también son muy sinceros y si una obra les aburre, lo expresan muy clarito. Me costó muchísimo escribir esta obra".
Última pregunta: ¿qué piensan los pequeños Mayorga del trabajo de su padre? ¿Lo entienden? ¿Están orgullosos de él? "Supongo que el oficio de escritor les parecerá un poco misterioso. No suelo trabajar en casa pero a veces me ven allí, sentado en una mesa, sin ni siquiera escribir sino con la mirada en el vacío. Vienen, me dan un beso, 'Hola, Papá' y me dejan... Me imagino que es más fácil tener un padre arquitecto o profesor o taxista. 'Papá hace casas'. No sé si presumirán con sus amigos de tener un padre escritor... Eso ni idea, la verdad. Si presumen, me imagino que será menos de lo que va a presumir el hijo de Messi".
No hay comentarios:
Publicar un comentario