Sofitel Nueva York, suite 2.806
Fuente: Juan Manuel Bellver (elmundo.es)
El final de culebrón DSK ha sido fijado para el 10 de diciembre en un tribunal del Bronx (Nueva York). Dominique Straus-Kahn y Nafisatou Diallo cerrarán entonces un acuerdo amistoso que pondrá fin a 20 meses de infierno mediático y judicial para el ex director gerente del Fondo Monetario Internacional. La camarera de la que presuntamente abusó en el plano sexual aquella aciaga mañana de abril de 2011 en un lujoso hotel de Manhattan se llevará una cifra compensatoria que se estima cercana a los 4 millones de euros. Y la demanda civil quedará cerrada, pero no así las heridas que el caso ha supuesto para la carrera política del hombre que soñaba con ser presidente de la República.
En plena recta final de este folletín de finanzas y sexo, los medios de comunicación y la industria del entretenimiento apuran los últimos cartuchos antes de que el morbo desaparezca. Lo que ocurrió en la suite 2.806 del Sofitel ha dado pie, en el último año y medio, a un sinfín de obras literarias, escénicas o audiovisuales que evocan lo que el ex ministro socialista de la era Mitterrand definió simplemente como "una relación inapropiada".
A la espera de que el tortuoso realizador Abel Ferrara encuentre productor (nadie parece dispuesto, de momento) para su largometraje sobre el 'affaire', con Gerard Depardieu e Isabelle Adjani en los roles de DSK y su esposa Anne Sinclair, la acción se desarrolla estos días en el escenario del teatro parisino Daudou, donde hasta el 31 de diciembre se representa la obra del joven dramaturgo Guillaume Landrot 'Suite 2806'.
El argumento ya pueden imaginárselo: un afamado político llamado Daniel Weissberg se encierra con una camarera de origen sudanésllamada Evangeline en la habitación de un hotel de lujo en Nueva York y, durante los 55 minutos que dura su encuentro y el espectáculo, queda de manifiesto la adicción al sexo del primero, su violenta interpretación de los ritos de seducción y su idea (errónea) de que los hombres poderosos pueden permitirse casi todo. Dirigida por Philippe Hersen e inspirada indiscutiblemente en sucesos reales, la pieza discurre en un único escenario y tiene sólo dos intérpretes, Eric Debrosse y Jelle Saminnadin, que encarnan magistralmente a la pareja de marras.
"No es una obra dramática en el sentido estricto, sino una tragicomedia sobre el poder, la política y las relaciones de género", explica Hersen. "Landrot me envió el libreto hace un año, pero entonces pensé que era demasiado pronto". Al inicio del proyecto, autor y director ofrecieron los roles principales a actores de primera fila y, ante la negativa generalizada (el entorno de DSK todavía da miedo en el Hexágono), acordaron trabajar con nombres menos conocidos.
'Suite 2806' es la tercera obra teatral que se estrena esta temporada en la capital francesa basada en el caso DSK después de 'L'affaire', programada en verano en La Tempête (Cartoucherie du Bois de Vincennes) y 'Pánico en el FMI' que pudo verse en primavera en el cabaret Deux-Anes. Por encima de la trama (conocida) y los diálogos (ocurrentes a veces), el mayor atractivo del 'show' es ver a Eric Debrosse tan verazmente metamorfoseado en Straus Kahn que la gente se le queda mirando por la calle.
A Debrosse, actor de de 50 años, lo habíamos visto en pequeños papeles en la televisión y el cine. Ahora, ha tenido que cambiar su propio físico para dar el pego. Además del pelo teñido de gris y el maquillaje de las cejas, Debrosse se esforzó en ganar seis kilos de peso "a base de engullir salchichas y patatas fritas".
¿Será él quien aparece en las fotos que esta semana daban vueltas por la red o será el propio economista? No está claro. Lo cierto es que el pasado viernes, DSK o un clon suyo fue fotografiado de madrugada en el Matignon, una famosa boîte del '8ème Arrondissement' parisino, rodeado de tres guapas jovencitas con gorrita. "Llegó a eso de la una, escoltado por sus guardaespaldas, y se quedó media hora", cuenta una de las chicas en Twitter. El político de 63 años (del cual se rumorea que podría presentarse en 2014 a la alcaldía de Sacelles, una vez enterradas todas las demandas que pesaban contra él) se hizo fotos de buen grado con los presentes e intercambió teléfonos con alguna chica.
"Le gustó especialmente nuestro cóctel Sex on the Beach", comentó al día siguiente el encargado del local Jean-Albert Vergnaud. La cabra tira al monte.
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