Mostrando entradas con la etiqueta Lluïsa Cunillé. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Lluïsa Cunillé. Mostrar todas las entradas


de LLUÏSA CUNILLÉ
dirección XAVIER ALBERTÍ
intérpretes JORDI ORIOL, PAULA BLANCO, ABEL RODRÍGUEZ, ORIOL GENÍS, JOAN ANGUERA, LURDES BARBA, ALBERT PRAT, JOAN CARRERAS, ALBERT PÉREZ y ÀUREA MÁRQUEZ
duración 2h
fotos MAY CIRCUS
producción TEATRE NACIONAL DE CATALUNYA
SALA PETITA (TNC)

Durante unos años, desayunábamos, comíamos y cenábamos con la crisis. Esa que ahora se nos presenta como terminada (sic) y que Lluïsa Cunillé ha tomado como telón de fondo o punto de partida de esta historia. En ella un chico emprende la búsqueda de su madre, cuál Marco, de su Islandia natal a Nueva York.

Fue en Islandia donde hace más de diez años que estalló la economía y para muchos se hizo añicos sus sueños de grandeza. Pero la historia de este chico parece alejado de los problemas que ocurren a su alrededor, él sólo busca a su madre, y quizás las respuestas que en su corta edad, quince años, nadie le ha dado.

Una estética totalmente neoyorquina, ya que está ambientada en una reproducción de los bajos fondos de la Gran Manzana que lo mismo sirve para representar un metro, que una perrera o incluso la catedral de Saint Patrick. Eso sí, la dureza la crisis se pone de manifiesto en una escena excesivamente fría, donde transitan personajes tan o más gélidos que ella.



La dramaturgia de Lluïsa Cunillé, claramente identificada en las dos primeras escenas y que en las posteriores se queda más difuminada, nos regala en cada personaje un conjunto de perlas, que a modo de titular servirían para describir la obra. Son pequeñas frases que caen en medio del hastío existencial como pequeñas pullas. 

Islàndia es una obra muy coral donde el máximo protagonismo lo tiene Abel Rodríguez que interpreta al chico que busca a su madre. Un actor desconocido proveniente del teatro amateur y al que de momento le cuesta encontrar su ritmo y entonación. Debe ser su corta edad, pero todas sus réplicas suenan igual, sin importar si está contento, triste, preocupado. No hay una profundidad, su personaje es monótono y que esté todo el rato en escena contribuye a que el ritmo general de la obra no sea el adecuado.



Por suerte para el espectador el resto del reparto es de gran altura. Entre ellos destaca con una magistral voz e interpretación de Joan Anguera, que sería capaz de vender humo a cualquiera. De la misma manera que una más que soberbia Lurdes Barba, sin duda su escena es una de las más aplaudidas del montaje. Y una Àurea Márquez que le está cogiendo el gusto a los personajes extravagantes.

Las dos horas de duración son excesivas para el óptimo desarrollo de la acción. Algunos silencios comunican más que algunas réplicas y entre tanto personaje, alguno de ellos del todo prescindible, se pierde la esencia, el porqué de todo junto. Lo que comienza como un viaje de búsqueda, se convierte en un viaje de pérdida de la inocencia ya que como bien afirma el personaje de la mujer mayor (Lurdes Barba), "los justos acaban pagando por los pecadores".


ISLÀNDIA

by on 18:46
de LLUÏSA CUNILLÉ dirección XAVIER ALBERTÍ intérpretes JORDI ORIOL, PAULA BLANCO, ABEL RODRÍGUEZ, ORIOL GENÍS, JOAN ANGUERA, LURDES...


Por Elisa Díez (Butaques i Somnis)

En medio de la era de la sobreexposición permanente de todos, cuesta creer que alguien pueda triunfar a la sombra de todo y todos. Hay un nombre en el teatro que lo consigue, Lluïsa Cunillé. Y aunque los profesionales y algún teatrero consiga ponerle rostro al nombre es una gran desconocida para el gran público, ella y su teatro, a pesar de llevar ya más de 50 obras estrenadas.

Xavier Albertí ha decidido ponerle solución y dedicarle todo el epicentre de este año. Lo que va más allá de la puesta en escena de Islàndia. Esta temporada tenemos dos opciones: conocer a Lluïsa Cunillé sí o sí

Las principales actividades del epicentre son: 

  • Lectura dramatizada de su obra Boira el 24 de octubre a las 20h a cargo de nombres como Nao Albet, Mercè Arenga, Ricard Borràs, Montse Germán y Lluís Soler.

  • Convertir su obra Après moi, le déluge en opereta con la dirección de Jordi Prat i Coll.

  • Seminarios internacionales sobre la autora que han organizado diversas universidades como Queen Mary University of London (GB), University of Chicago (US), University of Richmond (US), University deli Studi di Milano (IT), Scuola d'Arte Dramatic Paolo Grassi (Milà, IT) y la Université Grenoble-Alpes (FR).




Uno de los centros del epicentre será Islàndia, que se estrenó ayer (5 de octubre) y que estará en cartel hasta el 5 de noviembre con un reparto espectacular de 10 actores: Jordi Oriol, Paula Blanco, Abel Rodríguez, Oriol Genís, Joan Anguera, Lurdes Barba, Albert Prat, Joan Carreras, Albert Pérez y Àurea Márquez. Todos ellos dirigidos por Xavier Albertí.

En sus 2 horas de duración, Islàndia explica la historia de un chico, Abel Rodríguez, que se marcha a buscar a su madre. De Reikiavik a Nueva York. En el camino deja atrás el estallido de la crisis islandesa para toparse con la macroeconomía de Wall Street, al mismo tiempo que se encuentra con numerosos personajes. En la obra nos encontraremos el chico de 15 años y su versión adulta, Jordi Oriol.

Xavier Albertí destaca la manera de escribir de Lluïsa Cunillé, llena de momentos apocalípticos, que después alguno ya se ha convertido en realidad, pero que en ningún caso significa el fin de algo sino su resurgimiento.

Las utopías son motores para que los ciudadanos sintamos la necesidad de cambiar la sociedad (Xavier Albertí)

Y es que la utopía también está muy presente a la obra, sobre todo el concepto del hombre puro como en las leyendas bíblicas. En este caso, el hombre adulto no será quien explique la historia sino su mismo yo de 15 años. 



Islàndia es una obra muy coral, el único que está siempre en escena es Abel Rodríguez, el resto va entrando y saliendo, lo que Albertí alaba ya que las escenas (7 en total) son de una gran complejidad para los actores. 

Cuesta mucho encontrar una obra de la que te enamores. Es lo que pasa con Islàndia. Cada personaje tiene muchas capas, pero el trabajo lo tiene que hacer más el espectador que el actor (Joan Carreras.)

Parece ser que el espectador también jugará su papel en el final. No porque vaya a decidir nada, en modo participativo pero cada espectador definirá si el futuro brilla o si es más oscuro, afirma Joan Carreras.

Lo que sí que está claro es que la dramaturgia de Lluïsa Cunillé no tiene nada de banal, no como en una primera lectura pensó Oriol Genís, que después entendió que de la frase más simple se podía extraer oro. A lo que Albertí puntualiza que en Islàndia se notan numerosas influencias y guiños como a Kafka, Lorca o Soros.

Escenográficamente se ha buscado que un mismo espacio pueda representar todas las escenas de la obra. Como dato peculiar, los bancos se parecen a los del metro de Nueva York y servirán para crear los diferentes ambientes: desde la Catedral de Saint Patrick a una perrera.

El TNC vuelve a poner de relieve que el teatro no es sólo para ser visto, sino también leído. Por ello, los espectadores podrán comprar el texto de la obra por 3€ mientras ésta esté en cartel.


+INFO AQUÍ


DRAMATURGIA: LLUÏSA CUNILLÉ
DIRECCIÓN: JOSEP MARIA MIRÓ
INTÉRPRETES: XAVIER ALBERTÍ, MONTSE ESTEVE, ORIOL GENÍS, LINA LAMBERT y XAVIER PUJOLRÀS
DURACIÓN: 1h 10min
FOTO: DAVID RUANO
PRODUCCIÓN: TEATRE NACIONAL DE CATALUNYA y GREC 2015 FESTIVAL DE BARCELONA
SALA PETITA (TNC, GREC 2015)

Actualmente, el drama de los desahucios, por desgracia, está a la orden del día. No lo estaba tanto cuando Lluïsa Cunillé escribió El carrer Franklin, entonces sólo era una cosa puntual pero su visión apuntaba que sólo era el comienzo. Pero tranquilos, el drama ha quedado reducido al hecho de estar en la calle porque a partir de ese momento comienza la "fiesta". 

No se ha desahuciado a gente del montón. Un travesti (Xavier Albertí), y todo su arte, con un background muy particular y una historia que merece la pena ser contada, y su piano se quedan en la calle. A partir de entonces numerosos personajes aparecen en su trocito de calle. El gobernador del Banco de España (Oriol Genís), la sobrina de la Margaret Thatcher con la parte de las cenizas que le corresponden (Lina Lambert), una activista (Montse Esteve) y la pareja del travesti (Xavier Pujolràs). Un girigai sólo a la altura de los personajes made in Lluïsa Cunillé, que está vez ha dejado la oscuridad para sumergirse en un submundo diferente, donde la lucha por la vida y la vitalidad no hay desahucio que la pare. 

Una magistral Lina Lambert consigue conjugar delicadeza, resignación, la decadencia de que tiempos pasados fueron mejor... y mientras tanto la vida pasa. Desternillante Xavier Albertí que borda su personaje gracias a una gran capacidad de comunicación. Sus ausencias del escenario son tristemente notadas, sus reapariciones suben el nivel del espectáculo. Sólo un pero interpretativamente hablando, Oriol Genís, con alas o sin alas, en los últimos papeles no hay diversidad, ha quedado estancado en un personaje estereotipado sin más, lástima.

Precisa la dirección de Josep Maria Miró en un cuadro que parece salido de una película ochentena de Almodovar. Por desgracia, los tiempos no han cambiado tanto. Con una escenografía que llena la calle de enseres y recuerdos de una vida, los personajes entran y salen de esta vía con más problemas que soluciones. Y la vida sigue y en El Carrer Franklin, de vida, queda poca, un montón de casas vacías mientras seres errantes buscan un presente mejor. La realidad ha vuelto a superar a la ficción. El de donde venimos y a donde vamos queda suspendido en 70 minutos de duración. Al salir de la sala, cada uno toma un camino diferente. Vivir. 

EL CARRER FRANKLIN

by on 11:42
DRAMATURGIA: LLUÏSA CUNILLÉ DIRECCIÓN: JOSEP MARIA MIRÓ INTÉRPRETES: XAVIER ALBERTÍ, MONTSE ESTEVE, ORIOL GENÍS, LINA LAMBERT y X...

Font: Sílvia Miramon (ara.cat)
Aquest any, per primera vegada, la Festa de les Lletres Catalanes ha volgut guardonar textos dramàtics. I el primer premi Frederic Roda de textos teatrals se l’ha endut Lluïsa Cunillé (Barcelona, 1961) amb Boira, una obra sobre uns personatges que han viscut els efectes devastadors del règim comunista en un país de darrere el Teló d’Acer, i que ara mateix pateixen els del capitalisme més depredador. “És una lúcida construcció de l’Europa contemporània”, assegura Frederic Roda, que amb Xavier Albertí, Guillem-Jordi Graells, José Sanchis Sinisterra i Núria Santamaria ha format part del jurat. L’obra se situa en un lloc -mai se’n revela el nom- a prop de Berlín. “Els canvis de règim provoquen canvis dràstics en la vida dels personatges, com un astronauta que està a punt d’anar a l’espai i com que cau el Mur perd la feina”, detalla Roda. El director teatral assegura que és fàcil de produir i que es treballarà perquè es pugui estrenar. 
La guanyadora, una de les autores més reconegudes i silencioses de l’escena catalana i espanyola -escriu en les dues llengües-, no va voler parlar de Boira i va reiterar la seva voluntat de no parlar ni d’ella ni de la seva obra. El 1995 Cunillé va fundar amb Paco Zarzoso i Lola López la Companyia Hongaresa de Teatre, i l’any 2009, amb Xavier Albertí i Lola Davó, la companyia La Reina de la Nit. Ha portat dalt dels escenaris, entre d’altres, Rodeo (1992), Accident (1996), Aquel aire infinito (2003), Barcelona, mapa d’ombres (2004), El bordell (2009), plena de metàfores de la Transició espanyola, i Fronteres (2014). 
No és el primer premi que reconeix la seva obra. Cunillé ha sigut guardonada amb el premi Calderón de la Barca del 1991, el premi de la Institució de les Lletres Catalanes del 1996, el Premi Nacional de teatre de la Generalitat de Catalunya del 2007, la Lletra d’Or al millor llibre en llengua catalana del 2008 i el Premio Nacional de literatura dramàtica del 2010.


Font: ara.cat
'Aquel aire infinito', del tàndem Lluïsa Cunillé i Paco Zarzoso, serà a l'Obrador de la Sala Beckett del 27 de febrer al 3 de març. L'obra és guanyadora del Premio Nacional de literatura dramàtica 2010 i arriba després de la reestrena a València el setembre passat.
Lluïsa Cunillé va escriure la peça per la companyia Hongaresa de Teatre, de la qual ella n'és fundadora amb Zarzoso, i es va estrenar per primera vegada l'any 2003 a Madrid. 'Aquel aire infinito' recupera els mites grecs i les tragèdies clàssiques i els incorpora a la realitat. Una història d'amors, relacions personals i mort, amb l'odissea d'un Ulisses convertit en immigrant que intentarà sobreviure en un món en contínua transformació, que deixa indefens i aterrit l'individu. Ulisses serà un enginyer que es trobarà amb quatre dones de la Grècia clàssica que seran les seves heroïnes: Electra, que torna de l'enterrament de la seva mare, Fedra, que es va enamorar d'ell, Medea, acabada de sortir de la presó per l'assassinat dels seus fills, i Antígona, germana d'un terrorista perseguit.


Font: Begoña Barrena (elpais.com)
Avui mateix s’estrena oficialment la nova versió d’Una història catalana, de Jordi Casanovas, al Teatre Nacional. Després de l’èxit que va tenir la primera versió, quan es va estrenar el 2011 dins del projecte T6 de la Sala Tallers, i a causa de l’abast d’unes trames que recorren dues dècades de la història recent del nostre país, des de la Transició fins a la Barcelona postolímpica, Casanovas l’ha reescrit ampliant-la i millorant-la per tal que no decebi ningú. Amb un repartiment gairebé tot nou (a excepció d’Andrés Herrera, Pep Cruz i Borja Espinosa), una segona part diferent i uns últims 45 minuts trepidants que són la gran traca d’aquest ambiciós western català, la nova història catalana manté l’eslògan d’advertència: “Catalunya, terra d’acollida, vés amb compte”.Una història catalana. Teatre Nacional de Catalunya, Sala Gran. Fins al 7 d'abril.
Lluïsa Cunillé recupera els mites grecs i les tragèdies clàssiques en una història que, des de la contemporaneïtat, inclou uns quants dels seus protagonistes. Ara Ulisses és un enginyer emigrant que es troba amb quatre dones de la Grècia clàssica: Electra, Fedra, Medea i Antígona. La primera torna de l’enterrament de la seva mare, la segona havia estat enamorada d’ell, la tercera acaba de sortir de la presó per haver matat els seus fills i la quarta és la germana d’un terrorista buscat per la justícia. La nova odissea deixa de ser èpica per limitar-se a la supervivència. Escrita el 2003 per a la companyia Hongaresa de Teatre, el nou muntatge d’Aquel aire infinito compta amb la direcció de Paco Zarzoso, un dels grans aliats de la Premi Nacional del Literatura Dramàtica 2010. Aquel aire infinito. Sala Beckett. Fins al 3 de març.
Pel que fa a la nova història de Josep M. Benet i Jornet, només ens avança que es tracta de la tercera peça de la trilogia iniciada amb Soterrani (Sala Beckett, 2008) i seguida de Dues dones que ballen (Lliure, 2011). Com les anteriors, aquesta és també una obra de cambra, és a dir, amb pocs personatges i màxima tensió dramàtica, i que s’estrena en un teatre de Gràcia sota la direcció de Xavier Albertí. La primera va ser per a dos homes, la segona per a dues dones, i aquesta, per a un home, interpretat per Jordi Boixaderas, i una noia, Clàudia Benito, que coincideixen sota la pluja. Com dir-ho? Teatre Almeria. Des de l’1 de març al 28 d’abril.
La vida es sueño de Calderón de la Barca, en canvi, és d’aquelles peces que, malgrat la seva condició filosòfica, tothom coneix. Ara arriba al Teatre Lliure en versió de Juan Mayorga i direcció d’Helena Pimenta en una producció de la Compañía Nacional de Teatro Clásico que va acaparar tots els titulars quan es va estrenar al Teatro Pavón de Madrid durant la tardor. Blanca Portillo es va endur els millors elogis fent de Segismundo. La vida es sueño. Teatre Lliure de Montjuïc. Del 7 al 17 de març.
I adreçada als més petits, torna una història de geòlegs i éssers diminuts que va tenir molt bona acollida la temporada passada, quan es va programar dins del cicle El Lliure dels Nens. Lava és un espectacle de creació belga que es representa en una carpa situada a la plaça Margarida Xirgu, que és l’espai on els tres geòlegs, interpretats per Pol López, Carla Rovira i Neus Umbert, treballen en la construcció d’un aparcament subterrani. Una recerca arqueològica viva i en directe que demana la participació activa dels espectadors. Lava. Teatre Lliure. Plaça Margarida Xirgu. Del 5 al 24 de març.

Tot tipus d’històries

by on 14:40
Font: Begoña Barrena ( elpais.com ) Avui mateix s’estrena oficialment la nova versió d’ Una història catalan a, de Jordi Casanovas, a...

Els dramaturgs catalans de la primera dècada del segle XXI han gaudit d’unes condicions més òptimes que els predecessors per fer-se conèixer. El seu camp d’acció s’ha ampliat. Algunes iniciatives institucionals, com el T6 del TNC; l’aposta pedagògica de l’Institut del Teatre; l’esforç de projectes artístics, com el de la Sala Beckett; el canvi de predisposició dels programadors teatrals o l’interès teoricocrític de l’acadèmia han jugat a favor de la dramatúrgia indígena. La successió d’autors revelació ha estat trepidant. El fetitxisme per la novetat i el culte a la joventut eterna s’han imposat, com arreu, en el sistema teatral. Els nous noms s’encavallen amb els que continuen escrivint teatre en llargues llistes de nàufrags i supervivents...
Malgrat els avenços, els dramaturgs continuen ocupant, en realitat, un espai més aviat marginal en el marc d’una indústria escènica molt condicionada per les instàncies públiques. La seva presència en les cartelleres de les capitals catalanes esdevé, en comparació amb altres teatres europeus, insuficient. No han superat tampoc l’enllaç natural amb el repertori clàssic, ni han atès la projecció social que convindria. La literatura dramàtica catalana ha aconseguit arribar a més espectadors d’aquí i de fora, però paradoxalment no s’ha situat en paràmetres d’igualtat i d’homologació respecte als altres gèneres.
Sigui com vulgui, tot un reguit-zell de dramaturgs ha pres el relleu al tan canonitzat duo Sergi Belbel-Lluïsa Cunillé i epígons, i ha irromput amb força en els escenaris. S’ha generat una autèntica inflació d’esperances blanques, que el temps confirmarà o refutarà sense pietat. Sota l’imperatiu de l’èxit, al voltant de diversos noms fa la sensació que s’ha bufat una bombolla amb un relat, ordit des de dins, retroalimentatiu, autocomplaent, endogàmic, que tendeix a sobredimensionar els propis ídols i mites. A tort i a dret, s’han dissenyat, fins i tot, preceptives hegemòniques o referents canònics internacionalitzables.
Estèticament, el fenomen més rellevant és la superació de l’atzucac a què havia conduït la dramatúrgia formulària dels anys vuitanta i noranta del segle XX. En lloc d’amagar-se darrere d’ambigüitats insolubles, la nova dramatúrgia sembla que s’obre a les problemàtiques del present. Aquesta virada cap a la realitat ha permès superar l’entotsolament de la dramatúrgia relativa i derivacions. El problema és que s’ha fet d’una manera massa tènue, sense la radicalitat que caldria. S’ha caigut en un reduccionisme superficial, frívol o banal, perfectament integrat en el mercantilisme i l’espectacularització mediambientals. La reflexió i el debat d’idees només és l’embolcall reclam de les històries: el culte excessiu a l’entreteniment, al presentisme, a l’emoció-xoc els ha deixat sovint en un molt discret segon terme.
Sigui quina sigui la tendència triada (teatre postdramàtic, vampirització audiovisual, melodrama enculebrotat, neonaturalisme surrealista argentinitzant, comèdia absurdodelirant...), la dramatúrgia d’aquesta darrera dècada té també, en general, un altre tret comú: ha fet cas als cants de sirena de la pretesa desideologització del teatre entonats pel discurs hegemònic. Com si la dramatúrgia pogués separar-se de la ideologia, i com si el teatre d’idees s’hagués aturat en el temps de Bertolt Brecht. O, encara més pervers, com si es pogués prendre com a mirall Thomas Bernhard, Harold Pinter o Bernard Marie Koltès, buidant-los prèviament de la càrrega ideològica que contenen.
Quedem-nos amb la bona nova que la dramatúrgia catalana ha superat la febrada del formulisme minimalista, tan apte per a l’exportació i tan innocu al poder. Curiosament, els dramaturgs hegemònics dels vuitanta i noranta han pres dreceres ben reveladores. Belbel ha passat de l’experimentació més refistolada a la comercialitat més cínica. Josep Maria Benet i Jornet s’ha refugiat en els gèneres o subgèneres més neopopulars (com el melodrama o el thriller). Cunillé ha injectat temes d’actualitat candent en les obres i hi ha concretat els referents espaciotemporals en una ciutat marca com Barcelona i en uns esdeveniments fundadors de pedigrí històric.
Afortunadament, el panorama és més ric i complex. Molts dels autors supervivents del segle XX han aportat textos de primera —o segona— categoria a la literatura dramàtica: Manuel Molins, Toni Cabré, Joan Cavallé, per citar-ne alguns. S’escapaven també de la tònica formulària amb propostes originals Gerard Vàzquez i Albert Mestres, per exemple. Dels més nous, que xifrem en una tria d’una trentena llarga, costa de fer-ne una selecció restrictiva que, aliena al soroll mediàtic i a la recerca de valors borsaris, atengui a criteris de qualitat literària i de gosadia estètica i de pensament. Molts potser són massa.

Més a prop de la realitat



La focalització cap a temàtiques més acostades a la realitat esdevé l’aspecte més remarcable de les noves fornades que han contribuït a enriquir la literatura dramàtica del segle XXI. Es tracta d’una inflexió que marca un canvi temàtic, però també d’enfocament i d’estètica respecte a les dècades precedents, i que entronca amb les dramatúrgies dissidents a l’hegemonia formulària.
Un dels dramaturgs que cal destacar, com a botó de mostra, és Jordi Faura (Sabadell, 1982), el qual, a més dels estudis teatrals, té una formació filosòfica que es fa notar en les obres. Del 2005 al 2010, Faura ha publicat cinc textos de valor desigual, inspirats en fets reals, que permeten d’aprehendre a manera de paràbola les patologies humanes del nou segle o abordar temes punyents en clau al·legòrica i metafòrica. No cal oblidar l’aportació del gènere teatral a allò que la novel·la ja fa temps que indaga: la reflexió sobre els “usos del passat” (Enzo Traverso), com demostren les peces de Joan Cavallé (Alcovere, 1958) o de Joan Carles Bellviure (Vinaròs, 1963).
Altres dramaturgs coincideixen a manifestar una preocupació més o menys conscient per la vida social. Enric Nolla (Caracas, 1966) ha explorat el fenomen migratori i de l’alteritat des de l’òptica dels més vulnerables. Guillem Clua (Barcelona, 1973) ha intentat escriure un teatre polític mundialitzat que sovint es queda en l’epidermis. Josep Maria Miró i Coromina (Vic, 1977) ha maldat per superar el llast dels corrents formularis amb punts de mira més vitalistes. Pau Miró (Barcelona, 1974) ha inquirit, en forma d’al·legories, les zones sòrdides de les urbs contemporànies. Etcètera.
Tot un altre filó se situa en una òrbita més immanentista. Hi ha dramaturgs —Jordi Casanovas o Marc Rosich, per exemple— que presenten un grau de consciència literària baix, que escriuen a raja ploma textos fungibles i que s’adrecen a l’eficiència escènica més immediata. Proliferen, d’altra banda, fórmules còmiques molt filoamericanitzades que cerquen el gran èxit comercial amb una bona factura teatral —Jordi Galceran (Barcelona, 1964), Carles Alberola (Alzira, 1964)—. No hi falten tampoc un gavadal de peces estilísticament insubstancials i temàticament irrellevants, bona part de les quals pateixen la inoculació de guionatge televisiu, comèdia situacional nord-americana i/o patronatge estilístic de sèrie o de gènere —David Plana (Manlleu, 1969), Sergi Pompermayer (Barcelona, 1967), Mercè Sarrias (Barcelona, 1966), Albert Espinosa, Pere Riera..
El gran repte de la dramatúrgia catalana avui és doble i complementari. Un: elevar el llistó d’exigència en la qualitat estètica. Dos: obrir més el ventall cap a un teatre de pensament que tracti les problemàtiques contemporànies d’una manera apassionada i compromesa. En definitiva: prendre partit.

Font: Francesc Foguet I Boreu (www.elpais.com)

Trepidant succesió

by on 15:09
Els dramaturgs catalans de la primera dècada del segle XXI han gaudit d’unes condicions més òptimes que els predecessors per fer-se conèix...


Amb una presentació molt teatral i a la qual va assistir la plana major de les arts escèniques, ahir els responsables de la Sala Beckett van explicar amb pèls i senyals com serà el continent i el contingut de la nova seu que els acollirà al barri del Poblenou, al carrer Pere IV 228. Fa més d'un any que l'Ajuntament va cedir-los l'edifici de l'antiga Cooperativa Pau i Justícia, i la Sala Beckett vol que el projecte no quedi només en paraules i s'aparquisine die. "Som conscients que, en els moments de dificultats que vivim, pot semblar que gairebé pixem fora de test, però per això volem explicar que tenim un projecte clar, una il·lusió i ganes de fer coses", deia el director de la Beckett, Toni Casares.
El primer pas ha estat constituir-se com a Fundació Sala Beckett / Obrador Internacional de Dramatúrgia, una entitat que està presidida per Josep Maria Benet i Jornet i integrada exclusivament per tretze autors dramàtics que tenen un lligam històric amb la sala, des del fundador Sanchis Sinisterra fins als autors consagrats Sergi Belbel, Jordi Galceran i Lluïsa Cunillé, o cares més joves com la de Marta Buchaca i Pau Miró. "La Beckett és un projecte de societat i país, no d'un equip artístic. Hi ha molta gent coresponsable de la qualitat de la nostra escriptura. Amb la fundació subratllem la voluntat no mercantil del projecte", deia Casares.
El segon pas, que també ja han assolit, és enllestir el projecte executiu de la rehabilitació de la nova seu. El despatx d'arquitectes Flores & Prats va presentar ahir la maqueta d'un edifici espectacular, de quatre plantes, on hi haurà una sala polivalent per a 200 persones i un altre teatre de 80 localitats i, per a les activitats de l'Obrador, tres sales d'assaig i cinc aules, a més del bar restaurant a la planta baixa.
Aquest serà l'embolcall d'un projecte tan ambiciós com necessari, segons Benet i Jornet. "La Beckett ha quedat petita, s'ha de fer un pas més per trencar barreres i aconseguir que els autors joves catalans arribin a l'estranger. Les portes estan obertes, el teatre català és reconegut", afirmava. El repte no és poca cosa: "Quan teníem un teatre escarransit i somiàvem tenir un teatre com el de fora, pensàvem que era una utopia. Avui el teatre ha augmentat la presència al país, el públic respon i tenim unes instal·lacions que llavors no es podien ni somiar. El projecte de la Beckett també sembla una utopia en uns moments foscos, però confiem que mereixi respecte i ajut. És una utopia que pot fer-se i es farà", va sentenciar.
El cert, però, és que el que Casares qualificava de "semibogeria" no té definides les vies de finançament ni els calendaris, que es podrien concretar a la primera meitat del 2012. Serà feina de la fundació trobar els suports econòmics de les institucions. Ahir tant el conseller de Cultura, Ferran Mascarell, com el tinent d'alcalde de l'Ajuntament de Barcelona Jaume Ciurana van refermar el seu suport a un projecte que consideren cabdal, però sense entrar en detalls.
El contingut de la futura Beckett sí que està ben definit. A part de mantenir l'activitat de formació, assaig, producció i exhibició, es plantegen quatre nous camins: obrir una agència de representació d'autors, fer residències creatives, impulsar un espai dedicat al teatre jove i implicar el barri del Poblenou.
Font: Laura Serra (www.ara.cat)

TEXTO: LLUÏSA CUNILLÉ
DIRECCIÓN: CARLOTA SUBIRÓS
INTÉRPRETES: JORDI DAUDER y VICKY PEÑA
PRODUCCIÓN: TEATRE LLIURE y CENTRO DRAMÁTICO NACIONAL
ESPAI LLIURE (TEATRE LLIURE)


Después de casi tres años de andadura, el Teatre Lliure vuelve a programar esta obra, una de las más aclamadas de la dramaturga Lluïsa Cunillé. Dos actores de renombre y que formaron parte del primer reparto de la obra, Jordi Dauder y Vicky Peña, se vuelven a subir al escenario.

En un ambiente de crisis mundial, África vuelve a recordarnos que ella siempre ha sido la protagonista de las peores crisis. Allí no se hunde ninguna bolsa, ni los datos de paro les preocupan, allí decenas de miles de niños se mueren de hambre cada día. Pero tranquilos, Cunillé utiliza esta imagen, presente en miles de informativos, para jugar con ella usando la inteligencia y el pudor, sin mostrársela en ningún momento al espectador.

El público se entretiene durante ochenta minutos, dos personas 'encerradas' en la habitación de un hotel. Hablan, beben, se ríen. De repente entra un tercer sujeto (imaginario) que por boca de la intérprete, Vicky Peña, intenta convencer al hombre de que se lleve a su hijo con él. A través de este tercer sujeto, viajarán sin darse cuenta y pasito a pasito por la realidad africana. En el minuto ochenta del viaje, todo será desvelado.

Magnífico ejercicio de conciencia social el que propone Lluïsa Cunillé, donde nada se ve, pero todo es mostrado. Magníficas interpretaciones de dos 'bestias' escénicas, Jordi Dauder y Vicky Peña. Esta última con personaje doble, mantiene en vilo a los espectadores, que se quedan atónitos al descubrir el desenlace.

No estamos ante la típica obra denuncia de los abusos de los blancos a los negros. Toda la obra es un sueño, un ataque contra la propia consciencia, pero al bajar el telón la realidad resulta todavía más monstruosa.

APRÈS MOI, LE DÉLUGE

by on 17:49
TEXTO: LLUÏSA CUNILLÉ DIRECCIÓN: CARLOTA SUBIRÓS INTÉRPRETES: JORDI DAUDER y VICKY PEÑA PRODUCCIÓN: TEATRE LLIURE y CENTRO DRAMÁTICO...