Fígaro se divorcia de su pasado

Fuente: Reyes Linera (www.elpais.com)

El divorcio de Fígaro regresa a Madrid un año después de su estreno nacional en la capital. Esta pieza teatral de Odon von Horvath se representará todos los sábados y domingos de septiembre en la Sala Triángulo, un espacio alternativo que apuesta por compañías con ideas renovadoras y arriesgadas. A pesar de que la obra fue escrita hace más de 70 años, para el director Alfonso Lara sigue siendo “un texto de plena actualidad. Los años treinta fueron una época de depresión económica, de grandes movimientos migratorios, de nacionalismos… Enseguida conecté con la realidad que estamos viviendo ahora”, arguye para explicar por qué decidió adaptarla.
La otra razón por la que Lara quiso estrenar El divorcio de Fígaro en España es porque cree que Horvath es “un autor visionario muy desconocido en nuestro país. Aquí se han montado muy pocas cosas de él, mientras que en Europa y en Latinoamérica es un referente del teatro”. El director reconoce una particular atracción no solo por la obra, sino por la peculiar vida del escritor: “Un hombre que nació en el antiguo imperio austrohúngaro, fue perseguido por los nazis y murió a los 38 años cuando le cayó una rama en la cabeza en los Campos Elíseos en París”, cuenta, “no tenía ningún sitio al que pertenecer, su única patria era el pueblo”.
La emigración es uno de los temas principales de la historia, que retoma los personajes de Las bodas de Fígaro de Beaumarchais y los sitúa en un periodo de entreguerras, después de una revolución. Los condes y Fígaro y Susana se transforman en emigrantes forzosos y se produce una inversión de papeles; los primeros se convierten en nómadas con apenas un vestigio de su antigua dignidad y los otrora criados se establecen en una ciudad y llevan una existencia burguesa. “Nosotros no pretendemos dar respuestas ni sacar una moraleja, sino que el público se plantee preguntas”, explica, “Horvath se mantiene equidistante respecto a los revolucionarios, los nobles, los burgueses, etcétera. Plantea que un verdugo se puede esconder bajo cualquier rostro, bandera o idea. Los que hoy son los buenos, mañana serán los malos”. Para Lara la emigración es “un tema importante a tratar, sobre todo en nuestro país, donde ahora, por desgracia, volvemos a ser emigrantes”.
Es la primera vez que se representa esta obra en España, pero eso no supone un motivo de presión para el director. “Para mí es un desafío y un placer dar a conocer este autor a la gente”, asegura. “Además, creo que la hemos montado en las condiciones que a él le gustaría: desde la pobreza, desde la dignidad y desde un compromiso con nuestro trabajo y con la sociedad”, añade. Comenta que le ha dado un aire circense y underground a su adaptación: “Me he inspirado en el circo porque es errante por naturaleza. Como los personajes, dignifica la pobreza y habla de la emigración”. Y añade que, “para transmitir eso, no creo que se necesiten grandes aparatos ni vestuarios fastuosos”.
Lara opina que el aumento de la tasa del IVA del 8% al 21% es una medida “terrorífica” y “otra piedra más en el camino”. Se muestra, no obstante, optimista: “No podrán con nosotros, el teatro seguirá”, afirma con convicción. “Haremos de la necesidad virtud y pondremos el ingenio a funcionar para seguir ofreciendo cultura, porque creemos que es un bien básico”.
Su compañía, subraya Lara, continuará “defendiendo” este texto que, en su opinión, “es tan necesario”. “La gente debería ir a ver El divorcio de Fígaro para comprobar que la cultura, a pesar de los obstáculos, sigue viva en España”, concluye.

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