Riesgo, humor y tensión
Fuente: Rosana Torres (elpais.com)
La comunicación entre el circo y el teatro es algo que se ha dado desde siempre, especialmente en el siglo XX, cuando diversas salas escénicas, casi siempre cercanas o entroncadas con el teatro de variedades o el music-hall, acogían artistas circenses y cuando las carpas, adictas al nomadismo y el riesgo, implicaban a creadores escénicos en sus repertorios.
Uno de los ejemplos más llamativos que encontramos del trasvase del mundo del circo, con su riesgo y sus especialísimas características técnicas a un espacio totalmente teatral, aunque de diseño muy contemporáneo, es Eoloh, espectáculo, pensado también para ver en familia, que anoche se estrenó en la sala verde de Los Teatros del Canal, de Madrid, en el que contorsionistas, acróbatas (de diferentes países) y clowns (Los Quixotes Brothers) invitan, con sus habilidades, su humor, una potente música y una espectacular coreografía (de Teresa Nieto), a todos los espectadores a un disparatado vuelo en un avión que nunca termina de despegar a pesar de normas de seguridad, reparaciones urgentes, intensa colaboración con azafatas, pero un pertinaz tornado trastoca todos los objetivos, aunque al final, el propio Eoloh, el mismísimo dios del viento, ofrece un final sorprendente, del que además no sólo puede disfrutar el público que ha acudido a la sala, sino también el que se encuentre por la calle cuando termine el espectáculo.
La producción de Letsgo (la misma que ha puesto en pie The Hole) ha tratado de reunir sobre un escenario, un espectáculo de circo que fuera más allá de lo convencional, sin animales y con coreografías aéreas y efectos especiales de nieve, agua, fuego, viento, a lo que sumar la proyecciones de vídeo. Para coordinar y dirigir el espectáculo se ha contado con Coronado, un profesional de larga y reconocida trayectoria en el mundo del cine, del teatro y de los grandes eventos, considerado un pionero en la integración de nuevas tecnologías y efectos especiales con la actuación teatral, premiado en múltiples facetas en el área del espectáculo y la comunicación. El director ha abordado también el argumento y la dramaturgia del montaje, y ha contado con el espacio escénico y vestuario de Miguel Brayda y la iluminación de Juanjo Llorens.
Coronado cuenta como el título de Eoloh surgió al unir la idea de un viaje: “Que sea sideral y planetario, y que tenga un impulso vital, como lo que ofrece la mitología en torno a este dios positivo, que trae corrientes de todas clases, desde el amable levante, aunque puede ser duro, al intenso cierzo, o que se pone macarra con nosotros y nos manda un tornado, ese abanico de posibilidades que ofrece Eoloh, con su hálito de vida, hace que estos artistas se unan a ese suspiro con muchísimos matices”, comenta Coronado, quien sostiene que el montaje es especialmente puntero dados sus grandes números circense con las mejores especialidades que existen históricamente ee el mundo del circo. “Lo que más me ha interesado como autor y director, y espero que igualmente al público, es esa necesidad social que existe de crear algo con valentía, solidaridad, generosidad… me siento involucrado emotivamente con esos valores, con las metáforas que surgen en un espectáculo en el que si las cosas salen bien, el final es muy gozoso”.
Eoloh ofrece números de cama elástica, payasos, acrobacias, aros, contorsionismo, trapecio, y la gran rueda de la muerte, todos ellos ejecutados por 25 artistas de circo que provienen de producciones de gran trayectoria circense como Cirque du Soleil, Afrika Afrika y de espectáculos de Franco Dragone y de Robert Lepage.
Todos ellos conforman una pequeña Torre de Babel donde conviven profesionales de Colombia, Etiopía, Ucrania, Francia, Polonia, Rusia y España, quienes viajarán durante un largo tiempo por diferentes ciudades españolas con este montaje.
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