El hombre orquesta monta su propio espectáculo



Fuente: Sílvia Hernando (elpais.com)
Juan Pablo Di Pace le gusta actuar. Y cantar, y bailar, y crear historias. Entretener. Hacer soñar. Por eso, si los papeles no van a él, el irá a ellos. A este argentino de 33 años, afincado en España desde hace casi cuatro, no le para ni la crisis, ni los recortes, ni el ivazo, ni un huracán que se le ponga de por medio. Si tiene un talento innato -y pulido en la London Studio Central-, y un plante diseñado por la naturaleza para acaparar fans, -especialmente del lado femenino, donde ya acumula unas cuantas, sobre todo desde su paso por la serie Física o Química-, algo tendrá que hacer con lo que la vida le ha dado.
Por eso escribió Primer acto, en el Teatro Arenal de Madrid el 27 de septiembre y el 4 de octubre, un monólogo musical minimalista en el que repasa su carrera desde los ocho años hasta hoy, y que ya ha pasado por un café-teatro madrileño y por la sala Clamores. “Hablo de las personas que me han incitado a seguir, de los golpes que he recibido, y además canto canciones que quería interpretar, pero que nunca había podido porque eran de papeles muy grandes, de otro sexo, o no se habían hecho".
Él solo sobre un escenario. Él y un piano de cola. Él y multitud de historias, anécdotas, canciones, bailes. Él y muchas risas. "A través de la directora, mi hermana [Victoria di Pace], pude sacar una parte cómica que no había explorado, porque siempre me habían dado papeles más serios, o más heroicos, o intensos", explica en el sofá de una cafetería madrileña, todo encanto y verbosidad argentina. De su país natal saltó a Italia, de donde ostenta la nacionalidad. Italia dio paso a Reino Unido, y de allí, a España, aunque no por mucho tiempo, ya que pronto marchará a Nueva York "a hacer un trabajo con una marca de champán".
“Trato de moverme a nivel internacional. Somos una generación para la que las barreras quieren decir muy poco”, explica. Aquí llegó tras recibir una llamada para participar en el casting del musical Fiebre del Sábado Noche, para el que consiguió el papel principal, el de Tony Manero. Después: Más de cien mentiras, el musical basado en las canciones de Joaquín Sabina; en televisión, Física o Química, Ángel o demonioSupercharly y El don de Alba, que se emitirá a partir del año que viene.
Más allá de la frontera, ha trabajado en producciones como la películaMamma Mia, protagonizada por Meryl Streep y Pierce Brosnan, donde tuvo un pequeño papel. “Fue espectacular”, asegura. No tan emocionado le dejó su otra incursión en Hollywood, el filme Survival Island (Three), con Billy Zane, que rodó hace 10 años. “Pensaba que iba a ser una obra maestra, pero en el rodaje se torció todo”.
De las buenas y malas experiencias ha sido capaz de extraer enseñanzas, que no solo pondrá en práctica sobre las tablas o ante las cámaras. También ha escrito su propio guion, una comedia negra sobre el mundo del espectáculo en la que él representará “solo un papelito”. “Me encantaría grabarla para la primavera que viene. El presupuesto será reducido, pero será un proyecto personal, y la idea es hacerlo alternativo, en Internet”.
No le importa arriesgar en el cine, ni tampoco en el teatro. Por eso, en vez de quedarse en casa esperando a que suene el teléfono, ha montado el espectáculo que ahora le ocupa, Primer Acto. “Nunca es bonito que no haya presupuesto, es un problema”, razona. “La subida del IVA es horrible, pero nosotros la hemos asumido porque sabemos que el público está asustado”. Su propuesta, aunque humilde a nivel de puesta en escena, pretende paliar toda carencia. ”Es un momento raro económicamente, y esta es una oferta barata donde están todos los elementos de un musical”.

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