¿Justiciera o sanguinaria?
Medea y Electra, dos grandes y sanguinarias trágicas de la mitología griega, son desde 1934 las grandes protagonistas de uno de los pocos festivales que quedan en el mundo cuya especificidad hará que siempre sean recibidas con las puertas abiertas: el Festival Internacional de Teatro de Mérida.
Son las más asiduas del impresionante y bien conservado Teatro Romano con que cuenta esta muestra y curiosamente, y sin que nadie haya provocado que se dé esa circunstancia, son las dos y las únicas heroínas trágicas que llegó a representar en este escenario la gran actriz Margarita Xirgu, gracias a la cual nació este festival. Fue a raíz de que ella descubriera la existencia de este teatro, cuando un día que iba de gira paró en el coche a repostar gasolina en la ciudad emeritense y mientras estiraba las piernas avistó este singular espacio (recuperado desde 1910) y, según los testigos, empezó a gritar “¡Es un teatro!, ¡es un teatro!”. Desde entonces se le metió en la mollera que allí se debía representar teatro. Y así fue, al margen de pequeños altibajos por la terrible Guerra civil, por la terrible posguerra. Esperemos que así siga siendo a pesar del terrible panorama que le espera al mundo del teatro al que le han subido el IVA del 8% al 21%. Sin tan siquiera manejar la posibilidad de subirlo al 10% y que se quedara con el mismo tipo impositivo de que goza el futbol.
Xirgu inició en 1933 lo que hoy es el festival con una Mérida de Unamuno. Un año después trajo a Mérida uno de los grandes personajes que más enganchada la tuvieron a lo largo de su carrera:Electra, esta vez en versión de Eduardo Marquina. Ahora, 76 años después, regresa una vez más Electra de la mano de la actriz Ana Belén, con dirección de José Carlos Plaza y en versión de Vicente Molina Foix.
“Yo presento el drama familiar de dos mujeres, Electra y Clitemnestra, que han amado a dos hombres, Agamenón y Orestes, en distinto grado, y no pueden escapar de esa red de afectos, deseos carnales, celos mutuos, traiciones y abandonos”, señala Molina Foix, quien considera que el personaje es tan rico, que tiene mil aspectos en los que fijarse y no acabar de cerrarla del todo. “La mujer política, la mujer amante de dos hombres inalcanzables (o incorrectos), la hija memoriosa y rival, y ante todo la mujer que da no solo elocuencia sino conciencia a sus propósitos de venganza, que ella ve como actos de justicia”. Por su parte Plaza señala que esta es “una versión más humanista, más cercana a los hombres que a los dioses, a los sentimientos y emociones que rigen el comportamiento humano”. Una Electra, la que se estrena esta noche y permanecerá en Mérida hasta el día 29 de julio, cuya acción puede acontecer igual hace 20 siglos que dentro de veinte años: “Aquí se convierte en una defensa a ultranza de la justicia, porque la injusticia es lo peor que puede sufrir el ser humano”.
Electra (en griego antiguo Êléktra) o Laódice era una Atrida, como se llamaba a los descendientes del rey Atreo, e hija de Agamenón y Clitemnestra. El gran amor que profesaba a su padre, hizo que esta se llenara de deseos de venganza cuando Agamenón fue asesinado por Egido, amante de su madre Clitemnestra y quien pasó a ocupar el trono paterno. Ese desmesurado afecto por el padre hizo que, con el pasar de los siglos, las teorías freudianas dieran el nombre de ‘complejo de Electra’ a aquellas féminas que padecen, o gozan, un enamoramiento enfermizo hacia el padre.
También Engels reflexionó y señaló este mito como el que marca el paso de una sociedad matriarcal (algo normal en los pueblos preestatales) a una patriarcal, algo que explica detalladamente en El origen de la familia, la propiedad y el estado.
Otra sonada Electra que ha pasado por Mérida fue la que dirigió, en 1984, Santiago Paredes y con Ana Marzoa de protagonista. La versión era de Manuel de Lope, para quien esta tragedia griega “es un crimen de crónica de sucesos elevado a la potencia mitológica”. Su texto era especialmente fiel a la letra y al espíritu de Eurípides, ya que dio un gran relieve a la potencia de la venganza femenina: “Los hombres la subestimaban y a mí me gustaba esa Electra dispuesta a todo. Aquí Orestes era un bragazas”, recordaba ayer el escritor. Ana Marzoa recordaba ayer que su Electra le impactó mucho. “Estas obras que parecen tan lejanas en el tiempo son más modernas que muchas de las que se escriben este año”, señala la actriz quien tiene claro que Electra no es tan mala, “no es un bicho, su problema se recoge algo en el Siglo de Oro, con el tema de las cuestiones de honor, son fuerzas sobrenaturales, como los héroes, los dioses y los semidioses; en todo el teatro de la antigüedad, las féminas son tan fuertes e importantes como las figuras masculinas”.
En 1997 el director Eugenio Amaya puso en pie una Electra que versionó Fermín Cabal. “Hice una versión nueva donde estaba el arranque de Giraudoux, pero añadí al de Sófocles y cosas mías. Las obras de los griegos son muy emocionales y se asocia el teatro griego a algo frío, y no es así, como en su día señaló Nietsche, que vio la lucha entre lo apolíneo y lo dionisiaco”, señala Cabal quien cree que hoy no interesa el teatro clásico griego: “Solo a la gente que le interesa el teatro, porque las raíces de lo que hacemos están ahí, pero el teatro para los griegos era una ceremonia religiosa y estamos muy lejos de eso, aunque tenemos una nostalgia con el regreso a las raíces, pero es una nostalgia imposible”, concluye.
El hoy afamado director Mario Gas, ha estado en Mérida con varios montajes, entre ellos dos electras, una como actor y otra como director. Habla la que puso en escena en 2008, A Electra le sienta bien el luto, un texto en el que Eugene O’Neill recreó el texto grecolatino: “La grandeza del autor está en coger el mito y trasplantarlo a una sociedad expresionista y freudiana, con todos los fantasmas interiores. Con ese material crea una tragedia palpitante y tremenda; consigue resucitar el mito de manera muy contundente, lleno de hondura trágica y psicoanalítica, era una potente translación moderna del mito”, señala Gas quien deja claro que los griegos son los primeros que definen los componentes freudianos y psicoanalíticos posteriores. También guarda un grato recuerdo de su intervención como actor en la Electra de Antonio Simón, montaje en el que trabajó, entre otros actores, con Viky Peña, actriz con la que tiene dos hijos y uno de ellos se lama, casualmente, Orestes. “En la versión de Sanchis Sinisterra yo representaba a ese maestro-pedagogo que incita a los hermanos a la venganza y es un personajes muy enjundioso”, señala Gas de esta Electra que fue muy aclamada y bien recibida.
Entre las muchas electras que han desfilado por el Teatro Romano de Mérida hay una muy rara, la Electra de Benito Pérez Galdós, estrenada en 2010, en versión de Francisco Nieva. Esta es la hora que aún nadie se explica y nadie explica qué hacía ese montaje en un festival grecolatino. No hay más remedio que sospechar que alguien la programó por aquello de que el título de la obra era el que era. Y no fue el director del festival por aquel entonces, Francisco Suárez, quien ya dijo en su momento que se la habían impuesto “políticamente”. Debían desconocer que la obra galdosiana se llama así porque la protagonista, una joven criada en un convento, estaba llena de energía y además se enamoraba de un profesor que investigaba en la electricidad. El propio Nieva declaró entonces: “No tiene nada que ver con las electras griegas y no sé por qué está en Mérida, ¡qué disparate!”
Son muchos los dramaturgos que a lo largo de la historia han escrito partiendo de esta tragedia de este mito. Ahí están Sófocles, Esquilo, Eurípides, varias óperas entre las que destaca la Elektra de Richard Strauss, basada en la pieza teatral del mismo nombre de Hugo von Hofmannsthal (la que tomó Maquina par la electra de Xirgu) y la de Martin Levy, Eugene O’Neill, Jean Giraudous, Jean Paul Sartre (la llamóLas moscas), Marguerite Yourcenar (Electra, o La caída de las máscaras), Segio De Cecco (El reñidero), Luis Alfaro, Benjamín Galemiri, David Foley y Yael Farber, entre otros, sin olvidar las películas de Michael Cacoyannis (Con Irenes Papas) y de Luchino Visconti.
- 1934, Electra
Versión: Hugo von Hoffmansthal
Traducción: Eduardo Marquina
Director: Cipriano Rivas Cherif
Intérpretes: Margarita Xirgu, Enrique Borrás, Pilar Muñoz, Eloisa Vigo, Amalia Sánchez Ariño, Enrique Guitart, Fernando Aguirre, Pedro López Lagar y Enrique Álvarez Diosdado
- 1963, Electra, de Sófocles
Compañía Piraikon Theatron, de Atenas
Traducción: J. Griparis
Música: K. Kydoniatis
Director: D. Rondiris
Intérpretes: A. Papathanassiou, D. Veakis, G. Saris, D. Malavetas, A. Xenaquis, J. Mallas y D. Volanaki
- 1984,Electra, de Eurípides
Compañía Estudio de Teatro
Versión: Manuel de Lope
Director: Santiago Paredes
Intérpretes principales: Ana Marzoa, Pedro Mari Sánchez, Encarna Paso, Fernando Chinarro, Juan Calot y Juan Echanove
- 1987,Electra, de Eurípides
Anfiteatro Romano
Compañía Théâtre du Lierre, de París
Versión: Yves Plunian
Música: Marc Lauras
Director: Farid Payá
Intérpretes: Alooal, Vincent Audat, Luciana Castellucci, Marie-Claire Davy, Brigitte Cirla, Valerie Joly, Jean Yves Peñafiel, Nsjila Pour y Marie-Claude Vallez
- 1997,Electra, de Jean Giraudoux
Versión libre: Fermín Cabal
Dirección: Eugenio Amaya
Intérpretes: María Luisa Borruel, José Vicente Moirón, Memé Tabares, Miguel Gallardo, Leandro Rey, Ana Trinidad, Charo Feria, María Velardiez, Beli Cienfuegos, Esteban G. Ballesteros, Eugenio García y Nieves Rebolledo
- 2003,Electra, de Sófocles
Versión: José Sanchis Sinisterra
Dirección: Antonio Simón
Intérpretes: Angels Bassas, Mario Gas, Vicky Peña, Pep Molina, Anna Güell, Ricardo Moya, Joan Carreras, Susana Egea, Oscar Pino, Anabel Moreno y Orianna Bonet
- 2005,A Electra le sienta bien el luto
Autor: Eugene O’Neill
Dirección: Mario Gas
Intérpretes, por orden alfabético: Adolfo Fernández, Emilio Gutiérrez Caba, Iván Hermes, Maruchi León, Mónica López, Anabel Moreno, Ricardo Moya, Constantino Romero, Albert Triola y Maru Valdivielso
- 2007,Electra
Espectáculo multimedia
Lugar: Ribera del Guadiana (Molino de Pancaliente)
Director escénico: Pizarro
Danza: Elena Lucas y Juan Luis Leonisio
Gesto: Javier de Torres, Tano Andrades y Amparo Vinagre
Música: Leandro Alonso y Pizarro
- 2008,Electra, de Sófocles y Eurípides
Versión y dirección: Mihai Maniutiu
Compañía: Teatral Nacional Radu Stanca de Sibiu
Intérpretes: Mariana Presecan, Ioana Craciumescu, Marian Ralea, Doru Presecan, Dan Glasé, Ofelia Popii, Florin Cosulet y Adrian Mático.
- 2012,Electra, de Eurípides
Versión: Vicente Molina Foix
Dirección: José Carlos Plaza
Vestuario: Pedro Moreno
Música: Mariano Díaz
Intépretes: Ana Belén, Julieta Serrano, Fran Perea, Carlos Álvarez-Novoa, Juan Fernández, Alberto Berzal y José Antonio Lucia.
Fuente: Rosana Torres (www.elpais.com)
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