Mario Gas: "Me voy del Español sin acritud a pesar de los golpes bajos"
Fuente: EFE vía www.lavanguardia.es
Mario Gas deja hoy, tras ocho años al frente, la dirección de ese "emblema" del teatro que es el Español y lo hace con elegancia y sin "espinitas" clavadas aunque haya tenido que padecer los últimos meses "golpes bajos de muy mal gusto", como las "falsedades" sobre el presunto "blindaje" de su contrato.
El que será "ciudadano Gas" a partir de mañana se ha hecho hace poco análisis médicos y, "menos de la cabeza", bromea en una entrevista con Efe, está de todo "estupendamente", por eso está tan lleno de energía positiva como repleta su agenda.
Cuando vuelva de su "tiempo de tranquilidad" le esperan proyectos "muy deseados" como dirigir a Miguel Ángel Solá y Daniel Freire en El veneno del teatro, a Carmen Machi en "algo" que no quiere revelar aún, "otra cosa" en el Centro Dramático Nacional (CDN), cine...
¿Ha sido elegante su salida del teatro Español?
Soy una persona elegante y me he preocupado de salir de esta casa de esa forma porque me pesan más los ocho años que he estado aquí que lo que ha pasado y me parece absurdo plantear un conflicto. Hemos hecho un pacto de caballeros y ahora a otra cosa, mariposa.
"Lo que ha pasado" es que se dijo que la anterior delegada de las Artes del Ayuntamiento de Madrid, Alicia Moreno, había "blindado" su contrato para que si le echaban a usted fuera "a cambio de mucho dinero". ¿Le ha afectado lo que se ha dicho?
Es repugnante que se intenten utilizar falsedades para indisponer a alguien con la opinión pública o con la profesión. La realidad muestra que no era verdad nada de lo se decía. ¿Quién lo dijo?. ¿De dónde salió?. Nunca lo sabremos y no dudo de la buena fe de quienes gestionarán ahora estos teatros, pero da mucha pena que se recurra a eso. En el momento que Alicia (Moreno) anunció que se iba supe que, más tarde o más temprano, yo iba a abandonar estos teatros, pero lo digo sin acritud, sin rencor, ni actitud de pérdida, a pesar de los golpes bajos.
¿Qué se lleva?
Un trato y un funcionamiento optimizado al máximo en una fábrica siempre en acción. Grandes profesionales y grandes amigos.
No puedo decir que no haya habido salidas de tono de muy mal gusto y golpes bajos, pero no me han sorprendido porque sé en qué país vivo. Cuando se acepta una responsabilidad así hay que tener claro que te van a dar por muchísimos lados.
Estoy muy orgulloso de haber integrado el teatro en la ciudad, de haberlo abierto a público que jamás había ido. Me llevo también la inmensa alegría de haber abierto la Sala Pequeña del Español y las naves del Matadero.
¿Qué se le ha quedado en el tintero?
Me hubiera gustado crear una Fonoteca Poética, haber llegado a un pacto con el Ayuntamiento y el Instituto Cervantes para grabar, con otras entidades, algo como el "Estudio 1" de TVE. Digitalizar documentos, hacer la historia del teatro...
¿Con qué de todo eso se habría quitado la "espinita"?
No tengo ninguna "espinita". Espero que los nuevos gestores lleguen con energía, ilusión y sin miedo a equivocarse y que mantengan las esencias de este hermoso, fantástico y enorme teatro.
¿Le hubiera ido mejor si no hubiera dicho siempre lo que pensaba?
No soy consciente de que haya dicho cosas que han recaído luego sobre mí, pero hay que decir lo que se piensa, no ocultar la ideología, aunque eso no significa ser partidista.
Con la subida del IVA reducido del 8 al 21 por ciento para los teatros, ¿está en el fondo contento de irse?
No. Otras personas tendrán que sufrir en su gestión esta descomunal, irresponsable, terrorífica y demencial subida.
Se despide del Español con un "taquillazo", Follies. ¿Qué otras medallas se pone de su gestión en este tiempo?
Me siento responsable de todo. Tanto de que La Zaranda haya tenido una presencia estable, como de Homebody/Kabul, Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny, Un tranvía llamado deseo, Muerte de un viajante, La diosa de la bohemia o Sweeney Todd.
Follies es un trabajo fantástico pero también estoy encantado de haber hecho El Proyecto Laramie o de traer a Wajdy Mouawad. De lo que estoy satisfecho, en suma, es de la línea vital recorrida en ocho años.
Pero si llega a terminar con algo que no hubiera sido un éxito...
A toro pasado podrían decir que Follies no era un riesgo, que estaba cantado, pero no hay nada cantado en el teatro. Es un obús de energía, pero si hubiera ido mal los de siempre se hubieran puesto las botas, otros se hubieran compadecido y otros hubieran dicho que estaba acabado.
¿Qué no haría nunca?
Teatro que no habla de nada, el que se hace para que alguien gane mucho dinero, el de los instintos tontos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario