Teatro en el baño, danza en el respiradero



Fuente: Antonio Nieto (elpais.com)
Fringe significa algo así como alternativo, marginal, del submundo. Que un festival con este nombre y, por tanto, estas aspiraciones, llegue a partir de una iniciativa municipal… “Es una gran paradoja”, subraya el equipo organizador de esta cita, que en su segunda edición llevará las artes escénicas a las entrañas de Matadero Madrid, del 5 al 27 de julio. Una contradicción en forma de propuesta ecléctica con más de un centenar de espectáculos: microteatro, danza, instalaciones, pintura, robots, marionetas, polipoesía, performance, por enumerar solo algunos. La programación fue presentada este jueves por Natalio Grueso, director de Artes Escénicas del Ayuntamiento de Madrid; Manuel Lago, director de Actividades Culturales de Madrid Arte y Cultura (Macsa) y el equipo de Fringe.
Este homenaje a la contracultura nació en Edimburgo en 1947, a raíz de una iniciativa de las compañías cuyas obran no eran admitidas en el programa oficial del festival de esta ciudad. De eso, lo que llegó a Madrid el año pasado recoge solo parte del espíritu. “La organización es diferente. Es un modelo de apoyo claro a las compañías. En Edimburgo no hay selección y hay que pagar para poder actuar. En Madrid, la organización pone los medios y si la cosa no va bien se garantiza unos ingresos de 600 euros”, explica un portavoz del equipo.
Este año, la convocatoria recibió 500 propuestas de todos los géneros. El criterio para filtrar las mejores se basó en que las propuestas fueran site specific, es decir, que estuvieran pensadas y personalizadas para algunas de las 26 salas de Matadero. Esta es una de las novedades de la segunda edición: la singularidad de los escenarios. Un ejemplo. Un patio de luces que funciona como respiradero, de unos cinco metros cuadrados, con el zumbido de un transformador de fondo que los artistas deberán integrar de alguna forma en su espectáculo de danza para no más de 15 espectadores. De ahí se podrá pasar a la Cantina, al plató de la Cineteca o a la Nave 16. De espacios minúsculos y oscuros, a escenarios amplios y diáfanos; de un monólogo en el tejado a una obra de microteatro en el baño.
“El espacio se vuelve una propuesta en sí misma, el diálogo entre espacio y actriz, se elimina todo hasta la mínima expresión”, reza la carta de presentación de Lo único que necesita una actriz es una gran obra y ganas de triunfar, del grupo mexicano Vaca 35, una de las obras de teatro contemporáneo que se podrá ver por 10 euros en Fringe. Aunque quien lo prefiera podrá elegir algo más interactivo. "¿Qué se siente al ponerse en la piel de otro?", se pregunta Teatro OJO a partir de su instalación Ponte en mi pellejo, que desde el día 6 moldeará pieles de látex para que se las ponga el público interesado. Algo más que simplemente observar la mirada de "el otro", que no es poco.
Con respecto a la primera edición, el festival ha ganado en tamaño, aunque haya perdido una semana. Ha pasado de 37 a 43 estrenos y de 5 a 26 espacios que serán transformados por 20 compañías de Madrid, 16 del resto de España y 14 internacionales. En un baño, en un tejado o en un callejón.

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