"Hacer teatro me ayuda a saber porqué me dedico a esto"
Desde hace unos años, Amar en tiempos revueltos es una de las series de mayor éxito de la televisión española. Ahora, una de sus tramas se desgaja y se convierte en obra teatral; en ella, la actriz Estela del Val pone en pie, con muchas dificultades, El diablo sobre la cama. Cayetana Guillén Cuervo encarna a Estela del Val, el personaje que ya hiciera en televisión.
Debe de ser un poco extraño repetir en el teatro un papel que ya se ha hecho en televisión.
Podría parecerlo, pero hay que tener en cuenta que Benet i Jornet, Sirera y Onetti, los guionistas de la serie, son tres de los más importantes dramaturgos españoles vivos. Ellos querían desde el principio hacer una función teatral con el espíritu de la serie, y esta trama les ha parecido la más adecuada. Han hecho un homenaje al teatro, a los escritores que no tuvieron libertad para escribir durante el régimen de Franco, a la evolución del mundo de la mujer, que tenía que pedir la autorización de su marido para moverse por el mundo. No es un experimento comercial en el que se cogen tres cositas de la serie, se pone a tres o cuatro actores conocidos y adelante... No, es una función de teatro con una entidad propia, muy sólida.
Para usted, siendo de familia de actores, será especial...
Es especialmente emocionante, sí, porque me encuentro en escena diciendo cosas que he oído en mi casa toda la vida. A mis padres les pasaban cosas parecidas durante la dictadura, cuando tenían compañía, cuando hacían el espectáculo Sartre... El personaje se parece a mi madre...
¿Cómo es Estela del Val?
Es una mujer muy fuerte, que funcionaba como un hombre, porque en los años cincuenta no tener pareja, no tener familia, ser empresaria, construir tu vida llena de mentiras para que el régimen te permitiera sobrevivir... Imagínese lo que era eso. Estela es una mujer que acaba casándose con su íntimo amigo homosexual para acallar habladurías, que no le metan en una lista negra y le lleven a la cárcel, para que ella pueda parecer todo lo convencional que la sociedad pretende y siga trabajando... Es de una modernidad enorme.
Es inevitable que su madre sea su referencia más clara.
Claro, pero es que aunque no se parezca a mi personaje, mi madre ha sido una mujer muy fuerte, muy luchadora, obsesivamente trabajadora, perfeccionista, tiene muchas cosas en común con Estela del Val.
¿Es muy distinto un mismo personaje hecho para la televisión o hecho para el teatro?
Aquí hemos partido de cero. En el trabajo de mesa, Onetti nos dijo que nos olvidáramos por completo de la serie y de los personajes. Vamos a volver a construirlos y a dibujarlos. No tienen nada que ver. Es una función de teatro de una hora y tres cuartos con una evolución propia.
¿En el teatro, cualquier tiempo pasado fue peor?
Cada época tiene sus cosas. Ahora vivimos mejor. Antes eran dos funciones diarias, no había día de descanso... Hasta la huelga de actores de 1975 no existía el día de descanso y ahora hacemos dos funciones los viernes y los sábados, si es teatro privado; si es público se hace una. Viajamos en condiciones estupendas, vamos a buenos hoteles, tenemos dietas... Todo eso no existía...
Pero...
Pero también había... No sé cómo decirlo para no ser injusta con nuestra generación; iba a hablar de entrega, pero también hay entrega hoy en día; el hecho de hacer teatro entraña una entrega muy tremenda, y de los tres medios creo que es el más duro. Hacer esta obra ayuda a recordarnos por qué nos dedicamos a esto. Para mí está siendo muy gratificante esta función, aparte de por la respuesta del público, que es impagable, porque es una función muy tierna, un homenaje al teatro. Recordar quiénes somos sin olvidar quiénes fuimos.
¿Lo que le impulsó a ser actriz fue el teatro?
Al crecer en una familia de actores, o lo odias o lo amas. Yo crecí en las piernas de actores y directores de teatro y de cine, y para mí ése era el mundo de los adultos. Es lo que le pasa a mi hijo, que viene a los platós, que está conmigo en los camerinos...
¿Interpretar a una actriz tiene algo de dificultad añadida?
Estela del Val es absolutamente diferente a mí. Tiene mi misma profesión y por eso la entiendo quizá mejor que a otro personaje. Pero no tengo su carácter, no reaccionaría como ella ante determinadas cosas pero me da ternura, la sé querer y perdonar porque sé de qué está hablando. Esta función es doblemente emocionante porque la siento como un homenaje a mis padres.
Ha dicho que el teatro es el medio más difícil, ¿pero es también el más gratificante?
Tiene momentos muy álgidos de emoción que no existen en el cine o la televisión. Hay que buscar todos los días una verdad, un contacto con el público...
Fuente: Julio Bravo (www.abc.es)
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