I SI ELLES MARXESSIN A MOSCOU?



CHRISTIANE JATAHY A PARTIR DE "LAS TRES HERMANAS" DE CHÉJOV
ADAPTACIÓN y DIRECCIÓN: CHRISTIANE JATAHY
INTÉRPRETES: ISABEL TEIXEIRA, JULIA BERNAT y STELLA RABELLO
DURACIÓN: 1h 30min
PRODUCCIÓN: CIA VÉRTICE TEATRO
EL CANAL (TEMPORADA ALTA) 

¡Qué gozada es entrar en una sala con los ojos medio cerrados y sin saber qué te vas a encontrar y salir con una sonrisa de oreja a oreja, después de haber vivido uno de esos experimentos escénicos que te dejan enormemente satisfecha de dedicarte a esta profesión. La archiconocida historia de Las tres hermanas, Jatahy nos la desnuda, dejando sólo su esencia, mucho más de lo que hizo Carol López en Germanes, porque aquí no hay secundarios, sólo son ellas. Ellas y el público, ellas y las cámaras, no es un making of aquí está sucediendo.

Entramos en la sala, y la magia nos atrapa. Una de las cosas que más agradezco es que no haya cuarta pared. Aquí el público durante casi toda la obra tiene un papel, a veces, y a pesar de que a alguien le pueda incomodar, hace que te vuelques con el experimento. Unos acaban actuando e interactuando con las hermanas como si estuvieran en el salón de su casa, mientras el resto permanece impávido al siguiente movimiento.

Toda una relojería precisa de movimientos, de cámaras, porque al mismo tiempo que la obra, en la sala de al lado, otros espectadores están viendo una especie de película. Salgamos de plano, volvamos al actor, ¡qué naturalidad! Lejos de ser pretenciosa, como algún otro experimento, el montaje es natural y requiere de un público despierto y con ganas de ser partícipe de él, cada uno a su manera, pero todos formando parte de una especie de comunión. 

Entre el ajetreo, las risas, te explican la historia, sus dramas convencionales, sus frustraciones, sus deseos, y como Irina que acaba de cumplir los 20 años, sueña con irse lejos, pongamos que a Moscú (un largo viaje si tenemos en cuenta que la acción sucede en Brasil), lejos, pero los sueños viajan más rápido.

Brillantes interpretaciones, de las más naturalistas que he presenciado. La puesta en escena, la dirección y hasta el concepto mismo de la obra supura verdad, aquella que o te la crees o no. Me hubiera quedado en la sala horas, mirando atenta el mundo que se me presentaba, sin hablar, simplemente observando el cómo y el porqué de todo lo que pasara delante de mis ojos. Necesito más teatro cómo este que me lleve y me traiga a un Moscú, a veces demasiado lejano.

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