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de WILLIAM SHAKESPEARE
versión y dirección PAU CARRIÓ
intérpretes JOAN AMARGÓS, ENRIC AUQUER, QUIM ÀVILA, CLÀUDIA BENITO, RAQUEL FERRI, EDUARDO LLOVERAS, JAUME MADAULA, LLUÍS MARQUÈS, JOAN SOLÉ, JÚLIA TRUYOL
músicos ARNAU VALLVÉ y PAU CARRIÓ
DURACIÓN 2h 15min (sin entreacto)
fotografías: ROS RIBAS
coproducción: TEATRE LLIURE y GREC 2017 FESTIVAL DE BARCELONA
TEATRE LLIURE DE GRÀCIA

He perdido la cuenta de las versiones de The Twelfth Night que he visto en la última década, creo que es uno de las obras más versionadas en los últimos años del bardo inglés. Por eso, cada nueva propuesta ha de aportar alguna cosa para que la historia ya conocida no caiga en el aburrimiento del espectador. 

Pau Carrió ha vuelto ha hacer brillar a la nueva Kompanyia Lliure. Los elementos made in Carrió están presentes, el ritmo trepidante de la acción, el público situado fuera y dentro de la escena y sobre todo el componente musical, esta vez semi escondido de la vista, y que nos traslada a una Europa de entreguerra, a una de esas fiestas de celebración de todo, sin pensar en lo que está a punto de ocurrir.



Si hay una cosa por la que destaca el montaje es por darle protagonismo a actores que quizás en otras obras lo han tenido menos. Gracias a ello descubrimos a una flamante Raquel Ferri, a la que el físico y la manera de moverse en el escenario nos recuerda alguna que otra 'diva' anglosajona. Ella construye una flamante Olivia que se mueve a la perfección entre las aguas del juego de seducción entre la inocencia y la maldad y las del sueño amoroso.

El vestuario de Sílvia Delagneau es magnífico, y le sienta como un guante tanto a los intérpretes como su combinación con una imponente puesta en escena diseñada por Sebastià Brosa y el mismo Pau Carrió. Un sala de cabaret que fácilmente se convierte en salón de estar o en otro tipo de espacios con el quita y pon de sillas. Otra de las sorpresas de la noche es el movimiento obra de Anna Rubirola.



Nit de Reis (o el que vulguis) también nos devela la infinita vis cómica de Joan Amargós, un extraordinario Malvolio. Suyas son las mejores escenas cómicas de la noche. Destacan también los momentos de la noche más perra, más oscura y más gamberra protagonizados por un deslumbrante y andrógino Quim Àvila (Feste), y los divertidísimos caraduras Enric Auquer (Sr. Andrew) y Joan Solé (Tobias).



A pesar de la potencia actoral exhibida hay alguna pequeña descompensación actoral al inicio de la función, típica en elencos tan grandes que se va compensando a lo largo de la función. Y un dato curioso que, quizás sea cuestión de la versión pero dos de los personajes que en otras adaptaciones  eran protagonistas más absolutos, hablo de Viola (Clàudia Benito) y Sebastian (Lluís Marquès) quedan, en la versión de Pau Carrió, más en un segundo plano.

Con la sala llena, la mitad de la cual por jóvenes (cosa que se agradece ver), la idea de seguir adaptando Shakespeare a los tiempos que corren parece que funciona y Pau Carrió se está convirtiendo en todo un experto en la materia. Next, please!


PS: No sé si existe pero sino habría que crearla porque uno de los puntos fuertes del montaje es la selección musical de Arnau Vallvé y Pau Carrió, y ante la imposibilidad de sacar el móvil y hacer un Shazam, necesito una playlist del montaje. Ahí lo dejo.
@Ros Ribas


Por Elisa Díez (Butaques i Somnis)

La temporada del Teatre Lliure comienza como acabó con una fiesta. La que ha montado Pau Carrió en su versión y adaptación de Nit de Reis (o el que vulguis). Un texto de Shakespeare que nos traslada a una especie de noche de carnaval, o la última noche de navidad como se llamaba entonces, donde todo parecía estar permitido.

En escena toda La Kompanyia Lliure, la oficial y 4 añadidos, pero como bien afirma Lluís Pasqual, no hay diferencias, todos ellos son jóvenes "con el mismo nivel de energía y de talento". Joan Amargós, Enric Auquer, Quim Àvila, Clàudia Benito, Raquel Ferri, Eduardo Lloveras, Jaume Madaula, Lluís Marquès, Joan Solé i Júlia Truyol

@Ros Ribas


Uno de los elementos más característicos de los montajes de Pau Carrió es la música. Para Nit de Reis se han compuesto música para las letras que ya aparecen en el texto original, juntamente con bases de blues con estructuras primarias, afirma Arnau Vallvé, músico y compositor de la banda sonora juntamente con el mismo Carrió.

Nit de Reis nos translada a una isla inventada en el Mediterráneo, que acaba de pasar una guerra, por lo que sus habitantes están todavía en proceso de duelo cuando comienza la fiesta. Hombres, gemelos, travestismo, alcohol, música y amor. Una noche de juerga donde todo puede pasar.


La puesta en escena a tres bandas diseñada por Sebastià Brosa y el mismo Pau Carrió permite que los actores entren y salgan de cualquier sitio. Mientras que el diseño de vestuario, de Sílvia Delagneau, nos transportará a la Europa de posguerra, la cual remarca la ambigüedad sexual que desprende el texto.

Nit de Reis fue estrenada durante el pasado Festival Grec 2017. El espectáculo, sólo se pudo ver durante tres días, "tendría que ser siempre así, hacerlo 2 o 3 días y después dejarlo reposar", afirma Enric Auquer. Las entradas de la primera semana han volado y es que comienza a oler a éxito. Habrá que darse prisa porque la fiesta sólo dura hasta el 8 de octubre en el Lliure de Gràcia.

+INFO AQUÍ


Por Elisa Díez (Butaques i Somnis)

El viernes se acabó el misterio, Temporada Alta ya ha presentado su edición 2017. Como de costumbre muchos nombres catalanes, españoles e internacionales.

Estos últimos son siempre los más esperados, debido a la escasez de programación internacional que los teatreros podemos disfrutar durante una temporada convencional de teatro.

7 espectáculos de TEATRO:

@Polina Koroleva
  • Declan Donnellan presenta su versión de Nit de Reis de Shakespeare con su compañía rusa. Un reparto exclusivamente masculino para una comedia que es una invitación a la confusión y la ambigüedad sexual. ¿Qué es real y qué es apariencia? Un juego de engaños lleno de crueldad. 
@TA
  • Los Colochos Teatro presentan Mendoza, una adaptación de Macbeth de Shakespeare adaptado al contexto de la revolución mexicana. La historia del general José Mendoza, que empujado por los pronósticos de una vieja bruja y persuadido por su mujer comienza una interminable cadena de sangre. Una cruda reflexión sobre la realidad actual mexicana.
@La Camargo Teatro
  • Seguimos en Latinoamérica, con Camargo de La Congregación Teatro, que describe el terror de uno de los asesinos en serie más temidos de América Latina. Entre diciembre de 1984 y febrero de 1986 decenas de mujeres vírgenes, de entre veinte y veintiocho años, fueron encontrados en lugares alejados y solitarios con signos de asfixia e inicios de violación en Ecuador. La obra se sumerge en la vida íntima y mental de su asesino, Daniel Camargo.
@TA
  • Josse de Pauw, icono de la avantguarda belga presenta Demensheid (La humanidad). Tomando como base el texto de Arnon Grunberg, Praise of Mankind (Lloança de la humanitat) donde se erige como abogado defensor de su especie, menospreciada y humillada. Una cantante de ópera, la aclamada soprano Claron McFadden y el músico Kris Defoot completan el reparto.
@TA
  • Desde Gran Bretaña llega Golem de la compañía 1927. El golem es una criatura fantástica de tradición judía, el hombre de barro. Con una estética de las avantguardas de entreguerra, donde la parte visual espectacular es la marca de la casa, nos introduce en un futuro distópico donde parece imprescindible convivir con un ejército de esclavos. 
@TA
  • Guy Cassiers aborda el espeluznante texto de la Nobel Elfride Jelinek, Grensgeval (El cas de la frontera), basado en la tragedia Les suplicants de Esquilo retrata con dureza una sociedad cínica y de un racismo latente. Desde un filtro poético, Cassiers crea un espectáculo de emociones intensas sobre la odisea de los desplazados (refugiados), su sufrimiento y la impotencia de Europa, incapaz de asumir este reto humanitario.
@Tomas Ivanauskas
  • La última pieza teatral internacional viene de la mano de Oskaras Koršunovas y es la adaptación de la obra de Nicolai Gogol Diari d'un boig sobre el perverso mecanismo de explicar cómo un hombre corriente se puede convertir en un dictador.

1 espectáculo de DANZA:

@TA
  • Vuelve Alain Platel, uno de los grandes referentes en los lenguajes coreográficos contemporáneos con Out of Context, un espectáculo homenaje a Pina Baush y concepto danza-teatro. Su lenguaje incluye espasmos, tics y convulsiones. Un espectáculo que es la lucha entre el hombre y el animal, el individuo y la comunidad. Una búsqueda a las raíces y a la infancia. 

2 espectáculos de CIRCO:

@TA
  • Concerto pour deux clowns de la compañía francesa Les rois vagabonds. Un espectáculo para todas las edades que provoca la risa y maravilla con su lenguaje universal lleno de poesía y magia con partituras de Bach, Vivaldi y Strauss.

  • Desde Canadá, Cirque Éloiza presenta 8 acróbatas, 3 músicos y mucha diversión. Saloom nos traslada a un pequeño pueblo en medio del desierto en una América todavía en construcción. El ferrocarril se está construyendo y mientras los habitantes se encuentran en la taberna para reír, explicarse historias y enamorarse.

TODA LA INFO AL WEB DE TEMPORADA ALTA


Font: Michael Paulson (ara.cat) | Foto: J. Persson
La reencarnació teatral de Benedict Cumberbatch en Hamlet -que tindrà lloc al Barbican de Londres a partir de demà i fins el 31 d’octubre- és sens dubte l’esdeveniment més esperat de la temporada teatral de Londres. La productora, Sonia Friedman, afirma que pot ser l’obra que ha venut les entrades més ràpidament de la història britànica: les anticipades es van esgotar en qüestió d’hores -a preus de 40 a 90 euros- i el teatre només ha deixat per vendre a la taquilla 30 seients de 10 lliures per funció. Fins i tot hi ha un grapat d’organitzacions benèfiques que estan subhastant entrades per recaptar fons. 
Cumberbatch, de 39 anys, ha assolit la popularitat gràcies al paper televisiu de la sèrie Sherlock i al film The Imitation Game (Descifrando enigma), pel qual va rebre una nominació a l’Oscar, però no és un estrany al teatre; els seus papers més recents són After the dance i Frankenstein al National Theatre. Ara bé, des de llavors la passió dels seus fans s’ha intensificat, impulsada per dones que fan servir Twitter, Tumblr i altres eines per compartir notícies, fotografies i comentaris sobre les seves aparicions en viu i a les pantalles. Les seguidores li troben un atractiu peculiar però sobretot destaquen la “decència” de la seva vida personal i professional: “És una combinació de la seva manera d’actuar, l’elecció dels papers i un carisma natural”, afirma Ann K. McClellan, directora del departament d’anglès de la Universitat de Plymouth, a Nou Hampshire (EUA). McClellan és alhora estudiosa de Sherlock Holmes i fan de Cumberbatch, i viatjarà a Londres per veure Hamlet com qui va a la Super Bowl.
Dirigida per Lyndsey Turner, l’obra s’està assajant amb total secretisme: cap protagonista en parla, les úniques fotografies són d’assajos amb roba de carrer i als cartells no hi apareix Cumberbatch. Friedman apunta que el muntatge serà “atemporal”, la durada menor que l’original i l’espectacle, “molt accessible, molt entretingut”. “Espero que, per als que mai han vist un Shakespeare, sigui molt rock and roll, realment emocionant, i que vegin que Shakespeare és tan fàcil d’entendre com un programa de tele o una pel·lícula taquillera”, diu la productora. Hamlet ha sigut interpretat abans per estrelles del cinema o televisió, des de Laurence Olivier fins a Jude Law. La companyia del Shakespeare’s Globe té actualment una troupe que volta el món per intentar representar l’obra a tots els països abans del 400 aniversari de la mort del Bard, l’any que ve.
Font: elpuntavui.cat | Foto: Temporada Alta
El festival Temporada Alta ha avançat una part de la programació que es podrà veure entre el 2 d'octubre i el 8 desembre. Entre tot els espectacles destaca el retorn a Girona del director Declan Donnellan amb una versió contemporània de l'obra de William Shakespeare Mesura per Mesura ambientada a Rússia. L'espectacle, protagonitzat per 13 actors russos de la companyia Cheek by Jowl amb la col·laboració del Teatre Puixkin, ha estat qualificat per la crítica del país com “un retrat demolidor de la Rússia actual”.
L'obra que ja ha estat representada amb èxit a Rússia, Gran Bretanya, França, Argentina i Brasil, entre altres països, es veurà per primer cop a Catalunya en dues funcions al Teatre Municipal de Girona els dies 28 i 29 d'octubre.
El festival gironí també ha avançat 9 espectacles més de teatre, dansa, circ i musica. En teatre, Sócrates. Juicio y muerte de un ciudadano, dirigida per Mario Gas estrenada la setmana passada al Festival de Teatro de Mérida i protagonitzada entre altres per Josep María Pou;
Vilafranca, de Jordi Casanovas, i La carta del clown Paolo Nani que va veure's amb molt d'èxit en la darrera edició del Festival. També tres coproduccions de Temporada Alta que es programen en reposició: Terra Baixa i Lluís Homar que torna un any després de la seva estrena al Festival havent rebut el Premi Max al millor actor; 30/40 Livingstone de Segi López i Jorge Picó i Concerts per a nadons, l'espectacle per a nens de 0 a 3 anys amb el repertori titulat Suite núm.1, el batec del cargol.
En dansa, s'hi presenta l'últim espectacle de Cesc Gelabert inspirat en el moviment dels futbolistes del FC Barcelona titulat Foot-ball i en música, comptarà amb la presència d'Albert Pla, Fermín Muguruza i Raül Fernandez Miró Refree que presentaran Guerra, espectacle que s'ha estrenat aquesta setmana al Festival de Grec de Barcelona. També hi seran presents Els Pets, que han preparat un concert especial per celebrar el seu trentè aniversari amb la participació de l'orquestra de cambra Els Pets #trespuntzero De Cambra.
Les entrades s'han posat a la venda avui al web del festival www.temporada-alta.net.
Aquests espectacles, juntament amb els 5 noms que ja es van anunciar el mes passat, són només una petita part de la programació de Temporada Alta 2015 que es donarà a conèixer íntegrament el dilluns 31 d'agost. La programació inclourà espectacles internacionals, estrenes nacionals i propostes de teatre, dansa i música, així com seccions especials dedicades al cinema, a la creació contemporània o als espectacles familiars.

Fuente: Ruben Amón (elmundo.es)
Olivier Py ha desenjaulado a Lear. Ha convertido al rey en un salvaje. Lo ha sepultado entre los huesos y los cráneos de un osario, escarmentando su debilidad y su locura, exponiéndolo a las arenas movedizas que devoran la precaria tarima de madera donde arranca el espectáculo como si fuera el escenario del Globe.
La tierra se traga al rey y se traga a los demás protagonistas de la obra de Shakespeare en el desenlace de una lectura violenta, desangrada, trepidante, más o menos como si la adaptación de la obra del inglés al francés hubiera liberado o exagerado las palabras, redundando en una dramaturgia voraz, intimidatoria y necesariamente polémica.
Polémica porque la crítica de 'Le Monde', por ejemplo, responsabiliza al director francés de haber concebido un espectáculo hermético y gratuito. Hubo espectadores que abuchearon a Py la noche del estreno, como los hubo que abandonaron las localidades del Palacio de los Papas, reprochando el fresco de sangre y esperma con que 'El rey Lear'justifica una extrapolación a la violencia y la ceguera de nuestro tiempo.
Lo escribe Shakespeare en un pasaje visionario del cuarto acto, cuando Edgar conduce de la mano a su padre, Gloucester, en las tinieblas y el exilio: "Es el signo de los tiempos que los locos guíen a los ciegos", poderosa alegoría del mesianismo que Olivier Py, director del Festival de Avignon, subordina al hallazgo conceptual del silencio.
El silencio de Cordelia, hija favorita de Lear que elude emular la coba de sus hermanas cuando el rey se dispone a dividir el reino entre las tres. Olivier Py la amordaza. Le tapa la boca con un esparadrapo. La hace enmudecer y suprime el texto tímido de Shakespeare, exagerando la ira del monarca respecto al laconismo de su Cordelia.
El pasaje demuestra que Py no se limita a traducir el texto. Lo fuerza, lo sobreinterpreta, incluso lo cercena a su antojo para justificar el eslogan en neón que jerarquiza la escena sobre los muros de la residencia pontificia: "Tu silencio es una máquina de guerra".
Adquiere entonces sentido el esfuerzo escénico, brutal y hasta primario con que Olivier Py traslada a los espectadores su concepción del caos y de la destrucción, extrapolando el silencio de Cordelia al mutismo y la pasividad que toleraron los grandes totalitarismos del siglo XX. Y no porque aluda a ellos explícitamente, sino porque 'El rey Lear' alojaría el talento premonitorio de Shakespeare respecto al peligro que implicaba el silencio del lenguaje y de la palabra. Al principio, el Verbo, nos dicen las Escrituras. Y nos lo parece recordar Olivier Py, católico, homosexual, cuando evoca al poeta Yves Bonnefoy en el tránsito de la ontología -Shakespeare en inglés- a la metafísica -Shakespeare en francés-.
No es una mera adaptación. Es una apropiación del texto original para colgarlo en los ganchos del desolladero y exhibir la banalización de la violencia, aunque las intenciones conceptuales de Olivier Py, aclaradas con ahínco pedagógico en el programa de mano, no representan tanto un recurso narrativo como una proyección iconográfica de la brutalidad.
Tanta brutalidad que los actores terminan poseídos al extremar las palabras de Shakespeare. Gritan, se conmueven, se desnudan. Golpean a los espectadores. Y montan al galope la obra de teatro, desdibujando las distancias entre los actos, imprimiendo un perpetuum mobile que Olivier Py dramatiza con la música opresiva de Ligeti y con los brochazos premonitorios de Cy Twonbly en la escena inicial.

Atención y tragaderas

Cordelia la sobrevuela vestida de bailarina, pero su cuerpo de cisne terminará ahogándose en la ciénaga. Que no el agua purificadora del mar ni la catarsis, sino la charca turbia que corrompe a los cadáveres. También el de Lear, un rey timorato y vulnerable que vomita sobre la escena el exorcismo de su hija predilecta.
Tres horas de espectáculo sin pausa ni tiempo para respirar. Olivier Py exige a los espectadores atención y tragaderas. Los implica en la trama como si fueran los súbditos de Lear, expuestos a su proceso degenerativo, ridiculizado por el espejo de un bufón que el director de escena francés traviste de procaz cabaretero.
No ha lugar al destino ni a los poderes cósmicos. De otro modo, la corpulenta dramaturgia de Py hubiera sacrificado el recurso escénico del nihilismo -'Rien', puede leerse en unos tubos de neón- y hubiera evitado que el duque de Cornualles regara al rey con una manguera haciéndole creer que la lluvia lo consolaba.
Es un regate a Shakespeare, pero la versión arbitraria de Py sí respeta el movimiento destructivo con que se embalan las obras teatrales del maestro británico, de tal forma que la primera injusticia de Lear representa el antecedente necesario de todas las demás.
El sueño de la razón produce monstruos, y los esfuerzos argumentales de la trama original -la traición filial, la guerra, el trajín de cartas comprometedoras, el fratricidio- quedan subordinados a las zancadas de una grotesca galería de monstruos que desafinan entre sí para proclamar la muerte de la política y vincular la tragedia del siglo XX al pecado original del silencio. 'El rey Lear', explica Py, "es una profecía de lo que será el mundo moderno y el mundo de la razón, el mundo donde el loco no rechaza su propia locura. El siglo XX ha sido el más abominable de todos los tiempos. Ha sido el siglo de la victoria de la técnica, de la duda del lenguaje y de la banalización del mal".
¿Y el siglo XXI? Tiene sentido hacerse la pregunta porque el propio Olivier Py prolonga en Avignon su concepción oscura y apocalíptica de nuestro tiempo. Esta vez, convirtiendo en materia teatral el primer capítulo de una novela, 'Excelsior', cuyas costuras e interrogantes gravitan sobre la incongruencia de un mundo anestesiado y trivializado que ha renegado de la literatura, de la palabra.
Se titula 'Hacia la alegría' el espectáculo. No en francés, sino en español, precisamente porque la obra responde a una coproducción entre el Teatro de la Abadía y el Festival de Avignon que ya se había estrenado en Madrid y que tenía pendiente asomarse a los espectadores, programadores y críticos del "gran teatro del mundo".
Un salto cualitativo del que se responsabilizó Pedro Casablanc en cuanto actor único y absoluto de un monólogo cuyos extremos escénicos y conceptuales, negro sobre negro, requieren tanta disciplina física como soberanía mental.
"Nunca he realizado un papel tan difícil", nos confesaba el actor español. "Memorizar el texto y realizar un papel tan sumamente físico suponen un tremendo desafío, pero la recompensa de los espectadores ha sido increíble. No sólo por el silencio, por el respeto, por la atención. También por el entusiasmo con que me han acogido".
Hay que desplazarse en coche o en autobús hasta la vecina localidad de Vádene. Y sentarse en un centro cultural de la periferia que bien podría haber construido el arquitecto al que Olivier Py convierte en protagonista de una epifanía anticonsumista. 
Se acuerda uno del mesianismo de Calatrava, aunque el dramaturgo francés no se detiene tanto en un sujeto como en un arquetipo. Y lo somete a un proceso de conversión nocturno, incluso alevoso, que conlleva abjurar del escaparate capitalista.
Igual que una purga, Pedro Casablanc transcurre la obra corriendo sobre una cinta mecánica. Que simula una carretera sin retorno. Y que jalona el desengaño de un mundo amanerado, frívolo, donde los ricos -y no sólo ellos- creen haber vencido la muerte, aunque sea viviendo sin intensidad ni peligros. Aunque sea no viviendo.
Un texto poderoso y también panfletario. Un manifiesto contra la sociedad de consumo. Un camino de expiación que Casablanc recorre de noche hasta purificarse en un vertedero. O no tanto él como el protagonista de su obra, pues Casablanc, aclamado todas las noches, entiende que existen otros caminos menos traumáticos para bajarse del tren de las promesas comerciales: "Mi solución es recogerme en mi huerta de Alicante y contemplar la vida".

LA FRÍA LLAMA DE SREBRENICA

Blanco sobre negro, la 'performance' se llama 'Hope'. Una lápida de colores invertidos. Una reflexión sobre la matanza de Srebrenica que elude el sensacionalismo y hasta los cadáveres, de tanto que se ha banalizado el genocidio. Por eso Haris Pasovic, autor del proyecto aviñonés, ha escogido un mediometraje que recorre los escenarios de la masacre tal como los ha encubierto la naturaleza. Parecería un bucólico documental de La 2 si no fuera porque los bosques y otros parajes naturales esconden las cifras y los cuerpos de un crimen descomunal. Allí donde la naturaleza se ha abierto camino, la memoria permanece sepultada. Y Pasovic opone a cada paisaje los muertos que hubieron de desenterrarse. No todos. Porque un millar aún permanecen enterrados. Hope quiere decir esperanza. En sentido sarcástico. Y no sólo sarcástico, pues las viudas de Srebrenica y los huérfanos conservan una esperanza irracional y otra racional. La irracional fantasea con el regreso de los hombres y adolescentes que se fueron. La racional confía en que los forenses finalicen su trabajo 20 años después de haberse cometido el último gran genocidio de la historia de Europa. Lo recuerda la anciana actriz bosnia que recibe a los espectadores en el vestíbulo de la sala, sujetando en su regazo algunas imágenes de los desaparecidos. Y lo recuerda también el panel donde aparecen los mártires, como si fuera un reflujo de Auschwitz.

Font: Jordi Bordes (elpuntavui.cat) | Foto: Parking Shakespeare
Llàtzer Garcia és un autor i director que reconeix que mai l'havia temptat enfrontar-se a un Shakespeare. Tot i així, demà s'estrena la seva adaptació i direcció d'Al vostre gust, una comèdia estranya perquè arrenca en clau de tragèdia i que posteriorment es desplaça al relat d'aventures i desemboca en una comèdia. Shakespeare proposa que els nobles que han estat expulsats de la cort puguin retornar en el darrer quadre. Llàtzer Garcia prefereix deixar-los en la seva felicitat bestial del bosc d'Arden. No se'ls hi ha perdut res, en aquella cort. Avui no cal ser fidels a la convenció de l'època. Al vostre gust es representarà fins al 2 d'agost al bosc dels til·lers del parc del Notd, a les 7 de la tarda. Només descansen els dies 22 i 29 de juliol.
Ahir al matí, el casal veí estava molt interessat a veure l'acció que es produïa entre els til·lers. Es veu que en els assaigs de la tarda, la canalla els recrimina que comencin tard perquè els encanta veure com creix el muntatge, escena a escena. La proposta, que altra vegada no s'ha volgut incorporar al cartell del Grec, viu una dolça relació amb els seus veïns. El nombre d'espectadors augmenta en cada edició. Ara ja saben quin és el límit de l'espiral on hi ha els til·lers: el miler d'espectadors de la darrera funció de Molt soroll per res. Aquesta és la desena producció de la companyia d'actors, que sempre busca un director que faci l'adaptació dels seus espectacles. A més de les set comèdies de Shakespeare interpretades sota els til·lers, també fan propostes contemporànies al Parking d'hivern en teatres o espais no convencionals.
Llàtzer Garcia, ànima de la companyia Arcàdia, va debutar com a ajudantia de direcció amb la producció d'Al vostre gust que Xicu Masó i Pep Tosar van fer per inaugurar el Grec del 2005. El repte de direcció és doble: perquè ha hagut de fer una dràstica reducció de la traducció de Salvador Oliva i perquè, actuant al carrer, no es pot comptar més que amb el text, la situació i l'actor per modular l'escena. No hi ha possibilitat de destacar res amb la il·luminació, l'escenografia o els tons, “ni tan sols poden seure, perquè si no hi hauria qui no els veuria”.

Fugir de la cort

by on 13:04
Font: Jordi Bordes ( elpuntavui.cat ) | Foto: Parking Shakespeare Llàtzer Garcia és un autor i director que reconeix que mai l'hav...

Fuente: Javier López Rejas (elcultural.com) | Foto: González y Rodrigo Triana

La propuesta de Adrián Vázquez surgió en México el año pasado a propuesta del Instituto Nacional de Bellas Artes para hacer un espectáculo dirigido a un público joven y que estuviera compuesto por una dramaturgia original, ágil y, sobre todo, divertida. "Al inicio sólo sabíamos que había una mesa de cocina como elemento escenográfico y que había una guerra", explica Vázquez a El Cultural. 

Construyeron la historia a partir del escenario y no de la escritura. Poco a poco, la necesidad de hablar de la guerra y de la violencia les fue llevando a Shakespeare: "Una vez establecido el tema teníamos que tomar la decisión de qué Shakespeare hablar. Después de una ardua investigación nos pusimos el reto de contar Romeo y Julieta, Macbeth y Titus Andronicus en una hora, con tres convenciones teatrales distintas y utilizando sólo los elementos que se pueden encontrar en una cocina". Poco a poco, ensayo tras ensayo, fue surgiendo Algo de un tal Shakespeare, que se estrenó en septiembre de 2014 en la Sala Xavier Villaurrutia, dentro del Primer Festival Internacional de Teatro para niños y jóvenes de México D. F.

La idea principal, la que provocó todo, era crear un divertimento para los actores, un juego escénico donde "hicieran" la guerra y fuera tan disfrutable verlo como hacerlo: "Nuestra manera de trabajar es una suerte de prueba-error-prueba-acierto- prueba… Proponemos escenas e ideas y por medio de improvisaciones vamos llegando a un lenguaje en común, descubriendo la convención escénica a tratar de acuerdo con su poética".

Dentro de este proceso de gestación, primero se contó con la actriz Sara Pinet. Con ella surgieron las primeras escenas. Después se vio la necesidad de invitar a un viejo colaborador de la compañía como asistente, Álvaro "Cuco" Zúñiga. Finalmente, fue Rafael Balderas quien llegó para poner música y ejercer de asistente de producción.

De Romeo y Julieta se explora el lenguaje escénico de teatro de objetos. Las verduras de una cocina se transforman en los personajes de la más grande historia de amor de todos los tiempos. Podemos ver cómo las frutas y verduras se convierten y dan vida a los diferentes miembros de las familias Montesco y Capuleto. En Macbeth asistimos a la tragedia de la imaginación, del horror de su propia imaginación o de la imaginación de su propio horror. El lenguaje escénico del cuentacuentos es intervenido aquí a dos voces que se alternan y que a la vez generan metáforas con el fuego como elemento escénico. Por su parte, en Titus Andronicus los actores transfiguran su cuerpo para representar esta sangrienta tragedia y para crear, sobre una mesa de trabajo metálica, la guerra y el horror.

La irreverencia es uno de los sellos de la dramaturgia de Adrián Vázquez y de las puestas en escena de Los Tristes Tigres. "Sintetizar a Shakespeare es ya una irreverencia y llevarlo a un lenguaje coloquial lo es aún más", reconoce el director. "Desde la escena, los actores son una especie de atletas marciales que, con coraje y fortaleza, nos cuentan las obras como si la vida les fuera en ello". 

La vigencia de Shakespeare y de su discurso fue una de las chispas que encendieron este montaje. "Creo que en la época en la que nos toca vivir, en el mundo, pero principalmente en mi país, México, Shakespeare tiene una vigencia asombrosa". El odio, la venganza, la sangre por la sangre, los excesos del poder, sus abusos y ambiciones es, para Vázquez, la triste rutina actual de nuestras vidas: "En México tenemos un gobierno que no nos merecemos. La corrupción es descarada y está avalada legalmente en todos los niveles, desde el presidente de la República hasta un policía de calle. Pienso que la diferencia de los personajes de Shakespeare con los personajes de nuestra vida política estriba en que mientras él concibió sus creaciones como seres honorables a los que les ocurren estas tragedias, nuestra clase política carece de cualquier sentido de honorabilidad, y el resultado de sus acciones en búsqueda del poder desmedido rayan más en la farsa y la ridiculez que en la tragedia".

"Nuestra realidad -puntualiza Vázquez- nos hace estar en medio de pueblos que se levantan contra otros pueblos, de sangre y violencia en las calles, en las escuelas, de gobiernos cobijados en la impunidad... El ensayista Harold Bloom concibe a Shakespeare como inventor de lo humano, de lo que nos conforma como seres humanos. Si él pudiera ver el México actual creo que vería con horror cómo sus propuestas más violentas y terroríficas parecen un cuento de niños".

La recepción de la propuesta de Los Tristes Tigres en Almagro es una incógnita. Han dado un paso más allá con respecto a las interpretaciones que se han hecho de Shakespeare y con dos elementos nuevos: México y la vanguardia. "No sabemos si los puristas del isabelino verán con buenos ojos nuestra versión, pero confiamos en poder contagiar de nuestro humor y discurso al público español".

Shakespeare a fogonazos

by on 14:48
Fuente: Javier López Rejas ( elcultural.com ) | Foto: González y Rodrigo Triana La propuesta de Adrián Vázquez surgió en México el a...

Fuente: Álex Vicente (elpais.com) | Foto: Anne-Christine Poujoulat (AFP)
Para entender en qué consiste Aviñón, basta con presenciar dos escenas distintas. Una es diurna y la otra, nocturna. La primera exige instalarse en un punto estratégico de la Rue de la République, que une la muralla de la ciudad con el Palacio Papal, para ver pasar a las decenas de compañías que aspiran a seducir al transeúnte, espectador potencial de las cerca de 1.500 obras que Aviñón propone hasta el 25 de julio. Se enfrentan así a un rito iniciático para todo actor francés: quemarse bajo el sol —la ciudad presume de tener más de 300 días soleados al año— repartiendo octavillas y enunciando sus eslóganes a grito pelado por calles, plazas, restaurantes, claustros y capillas, esperando ser descubiertos por alguno de los programadores que barren la ciudad en busca de un diamante en bruto al que poder pulir. El programa es de calidad variable —seamos educados— y cubre un amplísimo espectro, de una versión de Las preciosas ridículas en el París actual hasta una adaptación de Los Miserablescon marionetas. “¡Una comedia musical para un solo intérprete!”, vociferan unos. “¡Una adaptación de Sartre en el espacio exterior!”, responden los demás.
La segunda escena acontece algunas horas más tarde, pasada la medianoche, en el llamado bar del in. Allí, las compañías que conforman la programación oficial —responsables de las 39 obras que pretenden condensar lo mejor del teatro y la danza de nuestros días— se dan cita al terminar sus respectivos espectáculos. La entrada a este patio arbolado es con invitación. Suele reunir a algunas de las compañías más reputadas de toda Europa, compartiendo botellas de vino y pintas de cerveza en escasos metros cuadrados, satisfechos por el aplauso recibido o digiriendo todavía el abucheo escuchado, pero siempre conscientes de haber alcanzado una cima en su carrera: presentar una obra en el mayor festival teatral del mundo, con el permiso de su archienemiga Edimburgo. Allí se encuentran, por ejemplo, los actores del genio polaco Krystian Lupa, que triunfa estos días con su enésima adaptación de su admirado Thomas Bernhard, Wycinka Hölzfallen, ácido retrato de los círculos intelectuales vieneses que el director ha convertido en un feroz alegato de cuatro horas y media en favor del poder insobornable del arte. Algo más allá, se vislumbra al joven director franconoruego Jonathan Châtel, que adapta a August Strindberg en Andreas, atravesada por la crisis de fe del dramaturgo sueco y convertida ya en otra de las revelaciones de un festival que, en el pasado, ha encumbrado a nombres como Jeanne Moureau, María Casares, Philippe Noiret, Robert Wilson, Peter Brook, Merce Cunningham o Pina Bausch.
Estos dos colectivos representan a las dos esferas que contiene Aviñón, donde el teatro popular convive con el culto, pero no frecuenta los mismos lugares. Aquí, el teatro es un gesto poético —y, a menudo, también político, vista la historia del certamen—, pero también alimento para la industria del espectáculo, que ve en Aviñón un fructuoso mercado anual. “Aviñón es la fiesta de la inteligencia y de la conciencia”, resume su director, el poeta y dramaturgo Olivier Py, personaje fundamental del teatro francés de las últimas décadas, que se enfrenta a su segunda edición al frente del certamen. Sobre el papel, tendría que ser más tranquila que la primera, cuando la aguerrida huelga de los trabajadores eventuales logró suspender la inauguración. “¿Tranquila? Aviñón nunca es un lugar tranquilo. Las obras se encargarán de crear alboroto”, desmiente el director.
Su pronóstico quedó validado desde el día de la apertura, a cargo del mismo Py, que resucitó a El rey Lear con división de opiniones en el patio de honor de la antigua residencia papal, grandilocuente recordatorio de los tiempos en que Aviñón fue capital del mundo cristiano y centro neurálgico del certamen desde su creación en 1947. Sesenta y nueve ediciones atrás, su impulsor fue un joven actor y director teatral llamado Jean Vilar, decidido a despertar la vida cultural en la ciudad y a recomponer así la cohesión social que la guerra había hecho añicos. Vilar fue un gran renovador de la anquilosada escena francesa, partidario de un teatro intelectualmente elevado pero apto para el gran público, que decidió desempolvar los textos clásicos favoreciendo lecturas compatibles con las preocupaciones de su tiempo. Py, a quien le gusta presentarse como hijo espiritual de Vilar, apuesta por esa misma aproximación al ejercicio teatral. “Un festival no es solo una lista de espectáculos, sino un acontecimiento político. Es el lugar donde la cultura toma la palabra y dice lo que piensa sobre el estado del mundo”, reza el director.
Por la ciudad provenzal tendrían que pasar este mes hasta un millón de espectadores, lo que convierte esta cita en principal motor de la economía local. “La cultura ha sido el petróleo de esta región”, afirmó en su día Alain Crombecque, que comandó Aviñón durante los ochenta. En la edición de 2014, hubo 108.000 en el in y unos 750.000 en el off, por un total de 1,3 millones de entradas en tres semanas, que generaron beneficios de 22,9 millones de euros en la ciudad, y entre 40 y 45 millones en todo el departamento, según datos de la Cámara de Comercio. En 2015, el presupuesto del certamen es de 13,3 millones de euros (a título comparativo, el Festival de Mérida cuenta con 3,5 millones de presupuesto). La dotación, financiada al 52% por el Estado y las instituciones locales —el resto procede de los recursos propios del certamen—, se encuentra este año a la baja, lo que ha obligado a reducir la duración en dos días menos. “Un error estratégico, político y económico”, según Py.
Pero la importancia de la cita en el paisaje cultural francés sigue dando fe de la importancia que los autóctonos otorgan a la creación artística. El presidente François Hollande acudirá el viernes a Aviñón para inaugurar una exposición dedicada a otro de los hijos pródigos del certamen, el desaparecido Patrice Chéreau.

“Aviñón no es la Europa de los bancos”

Desde que Olivier Py tomó el control de este certamen dejó clara su voluntad de explorar el teatro de la cuenca mediterránea y los países árabes. "El año pasado invitamos a Grecia y este año nos hemos centrado en Portugal. Tenemos que abrirnos a esos países, aunque sea más fácil seguir programando solo a compañías de Berlín y Ámsterdam", ironiza el director del festival, en referencia a la habitual preferencia de los certámenes por esas ciudades. "Aviñón debe tomar conciencia de la Europa del sur, que es la Europa de la cultura, y no solo centrarse en la del Norte, que es la de los bancos. Una Europa sin Grecia no es Europa", sentencia Py.
Sin embargo, el programa también abarca otras esferas. Hasta tres espectáculos -el Rey Lear del mismo Py, pero también el Ricardo III de Thomas Ostermeier, estrenado anoche en la Ópera de Aviñón, y una adaptación minimalista de Antonio y Cleopatra por Tiago Rodrigues, nuevo director del Teatro Nacional de Lisboa- reexaminarán hasta finales de julio la herencia del bardo inglés. Por otra parte, Isabelle Huppert recitará el jueves distintos textos del Marqués de Sade en el patio de honor del Palacio Papal, mientras que Fanny Ardant hará lo propio con un escrito de Christa Wolf. El coreógrafo Angelin Prejolcaj regresa a Aviñón con Retour à Barratham, y el director Kirill Serebrennikov ha despertado expectación con una adaptación de Los idiotas, de Lars von Trier, en la Rusia de hoy.
Pedro Casablanc será el único representante del teatro español con el monólogo Hacia la alegría,primera coproducción entre Aviñón y el Teatro de la Abadía, que ya pudo verse en Madrid a finales de 2014. Tres directores argentinos completan el programa: Sergio Boris (El síndrome, a partir del 8 de julio), Claudio Tolcachir (Dinamo, a partir del 16 de julio) y Mariano Pensotti (Cuando vuelva a casa voy a ser otro, a partir del 18 de julio).

Fuente: Álex Vicente (elpais.com) | Foto: Christophe Raynaud de Lage
El poeta y dramaturgo Olivier Py inauguró anoche el Festival de Aviñón, gran cita europea del mundo de la escena de la que él mismo es director desde 2014, con una adaptación turbia y violenta de El rey Lear de William Shakespeare, acogida con división de opiniones en el patio del Palacio Papal de la antigua capital del cristianismo, escenario habitual de trifulcas y polémicas desde finales de los años 40. Empezaban así tres semanas de teatro, danza, ópera y circo, en un surtido programa formado por cerca de 1.500 espectáculos, tanto en el sofisticado in –38 obras seleccionadas por Py, que aspiran a resumir lo mejor del teatro contemporáneo– como el polimórfico off, que este año cumple medio siglo de vida.
La presente edición empieza con una atípica variación del universo de Shakespeare, trasladado por Py al siglo XX en una versión del texto que parece emparentada con el teatro del absurdo y que responde “a una larga meditación de treinta años sobre su obra”. En su día, el gran teórico Jan Kott ya comparó a Shakespeare con Ionesco y detectó los primeros gérmenes de la radical propuesta de Beckett entre los versos de El rey Lear, como si el relato de este monarca que pierde la cabeza al abdicar constituyera “la profecía de lo que iba a suceder en Europa tres siglos después de su escritura”, según el propio Py.
El director y dramaturgo fuerza hasta las últimas consecuencias esta lectura del texto, que presta especial atención al misterioso silencio de Cordelia, esa hija que no logra declarar el amor incondicional por su padre y desencadena así su locura y el caos en todo el reino. En el centro del escenario, donde los neones blancos y contemporáneos contrastan con la solemnidad de la piedra medieval, Py ha colocado un cartel luminoso que reza Rien. Una decena de personajes erraran sin rumbo fijo, durante dos horas y media, alrededor de esa nada. “La obra nos habla de forma muy precisa sobre lo que sucedió entre 1914 y 1989”, añade Py. Es decir, la transformación de la guerra en exterminación masiva, acompañada de la desaparición de los puntos de referencia que erigió el humanismo, de la banalización del mal y la “prostitución del lenguaje”, en palabras del responsable de esta adaptación.
Py refuerza aún más esta trasposición a los tiempos de conflictos mundiales y devastadas posguerras sirviéndose de una escenografía que remite a las rupturas estilísticas del siglo pasado, con un panel abstracto en medio de la escena que bien podría haber trazado Cy Twombly y sobre el fondo de la música dodecafónica de compositores como György Ligeti, George Crumb y Philippe Hersant. Una vez más, Py logra trazar una exploración novedosa de los personajes shakesperianos, como ya hizo en su montaje de Romeo y Julieta en 2012, donde convertía a sus protagonistas en dos adolescentes descerebrados. Aquí, Lear es un rey chocho, desconcertado y literalmente desnudo, temblando sobre un escenario que también se tambalea: a partir del segundo acto, las tablas desaparecen y dejan lugar a una fosa circular de tierra negra que no tardará en tragarse, uno a uno, a una serie de personajes hundidos en las arenas movedizas de la modernidad.
Las brillantes ideas de Py no siempre están trasladas con acierto en un montaje marcado por su gusto habitual por el exceso, la afectación y una teatralidad abarrocada, por momentos algo contraproducente, lo que explica el hastío y el disgusto de algunos espectadores. No se produjo, en cualquier caso, el éxodo masivo de espectadores que había marcado otras aperturas y los aplausos superaron a los silbidos. Pero la apertura anuncia una edición que será, como casi todas las precedentes, obligatoriamente agitada.

Mucho Shakespare y tres argentinos

El rey Lear es solo el primero de los tres espectáculos consagrados a reexaminar la herencia de William Shakespare en esta edición. El alemán Thomas Ostermeier, director del prestigioso Schaubühne de Berlín y presencia fija de este certamen, estrenará su adaptación de Ricardo III este lunes, mientras que el portugués Tiago Rodrigues hará lo propio a partir del 12 de julio con Antonio y Cleopatra.
Isabelle Huppert protagonizará una lectura de los textos del Marqués de Sade en el Palacio de los Papas, mientras que el coreógrafo Angelin Prejolcaj vuelve a Aviñón por primera vez desde 2001 con Retour à Barratham, orquestada con el novelista Laurent Mauvignier y el artista contemporáneo Adel Abdessemed. Jóvenes directores de la escena francesa como Samuel Achache, Benjamin Porée y Jonathan Chatel completan el programa con sus últimas propuestas. En el plano internacional, el veterano director polaco Krystian Lupa se estrenará en Aviñón con una adaptación de En la linde de los árboles, relato de su padre espiritual Thomas Bernhard. Y el ruso Kirill Serebrennikov adapta Los idiotas, de Lars von Trier, transponiéndola a los días de la Rusia de Vladimir Putin.
En el programa también figuran tres directores argentinos: Claudio Tolcachir (Dinamo, a partir del 16 de julio), Sergio Boris (El síndrome, a partir del 8 de julio) y Mariano Pensotti (Cuando vuelva a casa voy a ser otro, a partir del 18 de julio). Por su parte, Pedro Casablanc estrenará el martes 7 el monólogo Hacia la alegríala primera coproducción entre Aviñón y el Teatro de la Abadía dirigida por el mismo Olivier Py, que ya pudo verse en Madrid a finales de 2014.