Ramon Simó: “¡No hagáis de la cultura una moneda de cambio!”


Font: Jacinto Antón (elpais.com) | Foto: Massimiliano Minocri
Ramon Simó (Tarragona, 1961), director del Grec, recibe en el teatro de Montjuïc, centro vital, simbólico y si se quiere anímico del festival que no en vano lleva su nombre. Nos sentamos en las escaleras, arriba de todo. Es de día, en el escenario trajinan los técnicos y la entrevista la puntean a todo volumen, haciéndonos pegar algún bote, las pruebas de sonido. Los asientos de las gradas permanecen envueltos en bolsas de plástico rojas, lo que arroja una imagen desacostumbrada. El miércoles se inaugura aquí, en esta gran boca expectante, la nueva edición del festival de verano de Barcelona (del 1 al 31 de julio) con el estreno de Vorònia, espectáculo de danza de La Veronal. El día antes, el martes, se celebra en la plaza de Margarita Xirgu la acostumbrada fiesta popular gratuita que preludia la inauguración oficial y que este año cuenta con Obeses, la Banda Municipal y Oques Grasses. En total, el festival ofrece un centenar de propuestas de música, danza, teatro y circo, con varias producciones que mezclan varios de esos géneros. Una verdadera avalancha de sensaciones en busca de su público.
¿Qué tal de ánimos en estas vísperas? “Bien, muy bien, soy bastante optimista este año”, responde Simó, que parece feliz (en realidad siempre lo parece) aunque suda copiosamente. ¿Cree que tiene bastante visibilidad este año el festival? “No está mal, hemos retrasado un poco la campaña, para no coincidir con el Primavera y el Sónar, pero ahora ya estamos a plena marcha. Tenemos una campaña muy potente en la Red, que llega mucho a la gente”. El director considera que el festival ocupa el lugar que querían. “Somos la fuente de creación en verano, ese es nuestro espacio, desgraciadamente no hay mucha más oferta que la nuestra”. ¿No es eso contradictorio?: a menos oferta, más público para el festival. “No es ese el objetivo, competir, y de hecho, con más oferta artística en la ciudad nosotros podríamos ser más específicos”.

El presente como tema

El festival presenta muchas coproducciones. “Mi idea es que en época de crisis como la que vivimos, el Grec ha de jugar en red, colaborando”, señala Simó. Sin embargo, afirma, eso no supone desvirtuar el concepto de un festival homogéneo artísticamente. “El 90 % de las propuestas tienen su origen en el propio Grec y entonces buscamos colaboradores, socios, para impulsar esas ideas, somos los impulsores”. Esta edición, apunta, las líneas directrices generales son las mismas. “Yo no soy ortodoxo precisamente, pero insisto mucho en esos principios básicos. Muchos espectáculos, de distintos géneros, tienen el presente como tema; producciones tanto de aquí como de fuera que hurgan en la historia reciente. Otra característica es que tienen lenguajes contemporáneos y una tercera es que son susceptibles de interesar tanto aquí como fuera”.
De la relación con la nueva administración municipal, el director dice que aún no ha tenido contacto y que aprovechará el festival “para irnos conociendo los que no nos conocemos”. Mirándole el pendiente de oro en la oreja izquierda, la coleta y las zapatillas rojas, le digo que en realidad parece más cercano a Colau que a Trias, con el que mostraba un notable contraste de look en las presentaciones del festival. “Sí”, ríe, “ideológicamente está claro, aunque he trabajado con Gobiernos de diferentes colores y honestamente he de decir que con Convergència no he tenido ningún problema”. La idea de fiesta popular de apertura también le pega más a Colau. “Sí, pero la tuve yo cuatro años antes”. A Simó, por contrato, le quedan este Grec y el próximo (cuatro años más una prórroga ya firmada para el quinto). “No sé qué pasará luego, habrá que hablar, y si les gusta el proyecto…”. Tiene planes, entre ellos dotar al escenario del anfiteatro de un telar que lo cubra —con el reto de no estropear las vistas— y que permita colgar decorados y una mejor iluminación escénica.

"Mi nombramiento fue deportivo"

¿La presencia de Jordi Martí en el equipo de Colau podría suponer un contratiempo para su continuidad? Martí se quejó en 2011 desde el PSC de su nombramiento “a dedo” —y no por concurso— por parte de CiU. “Por consenso solo se ha nombrado una vez al director del Grec, en el caso de Ricardo Szwarcer, mi predecesor. Y se me ofreció el cargo tras una ronda de consultas. Fue bastante deportivo”.
Simó subraya que ha intentado “acercar el Grec a la gente”, acudiendo personalmente a las Bibliotecas para explicarlo o haciendo uso de canales en Twitter. Se ha esforzado “en hacer entender que hay cosas de la cultura más elevada que no están tan lejos de la gente corriente, que son más suyas de lo que ellos mismos se piensan; esta es una de mis obsesiones, acercar esa cosas a la mayoría del público”. Recuerda que en su época de director de Tàrrega, “recomendé a la gente de la localidad ir a ver algo como La pantera imperial de Carles Santos y me lo agradecieron mucho”. Afirma que el Grec “no es Peralada ni Pedralbes ni un festival de la costa brava; ha de notarse que somos un festival público y no privado; aspiro a atraer a mucha gente sin hacer cosas tan populares”.
En la programación de este año, ¿faltan cabezas de cartel? “No creas, quizá no son los más conocidos, pero ahí están nombres como los de Alain Platel, Ivo Van Hove, Peeping Tom… Evidentemente faltan los más famosos, hay que ir combinando, el año pasado estaban, el año que viene, que es el 40 aniversario del festival, volverá a haberlos. Pero insisto, los Peeping Tom han ganado el Premio Olivier. Hemos ido creando una confianza en el público con gente como ellos. No están los Complicité, ni Declan Donnellan. Ya volverán”.

Teatro necesario

¿Hay competencia con Temporada Alta de Girona? “No, me encanta que haya un festival de otoño allí, y me gustaría que hubiera uno de invierno aquí, y de primavera. No juego nunca a la competencia, ese no es el objeto de la cultura. Salvador Sunyer en Temporada juega más a los grandes nombres, yo soy más osado y busco más descubrir cosas. Es bueno conocer cosas buenas. Este año vuelve MIlo Rau con la historia de un salafista belga que parte a luchar por el califato: historias de la nueva Europa. Costará que sea un éxito pero es teatro necesario, que abre perspectivas. Esas cosas me tientan”.
¿Cómo hay que acercarse a este festival que empieza? “Pensando que hay de todo, una parte lúdica muy importante, y no me refiero solo a la música, hay espectáculos de danza y de teatro también muy para pasarlo bien. Pero me gustaría que la gente entienda que para tener una experiencia completa del festival ha de tratar de ver asimismo esa parte que a priori parece más seria, más exigente, cosas susceptibles de llegarte más adentro. Es como combinar en una cena dulce y amargo para lograr una experiencia placentera. La duración del festival permite eso, reír, el compromiso político, la experiencia íntima y personal. Ha de ser posible ese recorrido”.
En tiempo de crisis, ¿es el Grec algo que nos podemos permitir? “Debemos hacerlo. Es absolutamente necesario. Considero la cultura tan importante como la sanidad. La una sana el cuerpo, la otra el alma. Hay un verdadero riesgo de aculturización, un desprecio general por la cultura que me entristece y enfurece. La cultura no es algo accesorio y secundario”. Simó aboga por dejar la cultura en manos de las personas que la conocen y no negociar políticamente con ella. “La cultura la ha de llevar la gente que se dedica a ella”, sostiene y clama mirando al cielo azul sobre el anfiteatro: “¡No hagáis de la cultura una moneda de cambio!”.

A no perderse

El año pasado la inauguración del Grec con Wonderland no convenció. “Era un buen espectáculo pero no necesariamente para inaugurar”, confiesa Simó. Explica que la inauguración prevista era Bartabas con su último espectáculo ecuestre Golgota, pero falló. “Esas cosas pueden pasar”, dice. De la programación de este año afirma que el montaje de La Veronal —de nuevo abre con danza— es algo “que no debe perderse nadie”. Admite que hay muchos estrenos, “lo que comporta siempre un riesgo”, pero recalca que hay cosas estupendas “pequeñas y grandes”. Cita En avant, marche!, de Platel, La voix humaine, de Van Hove, À louer, de Peeping Tom. “Pero hay otras cosas, como la obra que trae la compañía chilena La Re-sentida sobre la caída de Allende, una visión ácida de la memoria, o Milos Rau, o el circo de la compañía XY, una maravilla, en la que la acrobacia habla, o Pals de Leandro Mendoza”.
En cuanto a la producción “de aquí”, el director señala el espectáculo sobre Neus Català, interpretado por Mercè Aranega, We Women, de Sol Picó, el Bangkok de Antonio Morcillo en la Villarroel… “Todos son mis hijos”, recalca abriendo las manos en un gesto de impotencia para hacer justicia a tantos espectáculos. No obstante, esas noches mágicas del Grec… las de Sylvie Guillem, Inferno, Ute Lemper… “Las vamos a tener con XY, con Joan Manuel Serrat, sin duda; con Amor & Shakespeare”.¡Shakespeare!, del que había renegado en su primer Grec. “Sí, jajaja, pero poco ortodoxo. Tenemos otro también muy recomendable, y también en gran formato en el anfiteatro, Ninet’inferno”.

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