Viajeras del tranvía llamado deseo


Vicky Peña y Ariadna Gil son dos de las pasajeras principales de ese tranvía llamado deseo que conduce Mario Gas y cuya próxima parada es el teatro Español, donde estará desde mañana y hasta el 10 de abril. Vicky Peña, de hecho, es la piedra angular de este proyecto, puesto en pie por el productor Juanjo Seoane, que pensó que la única actriz en España que podía interpretar a Blanche DuBois en la obra de Tennessee Williams era ella. Alrededor de Vicky Peña se creó un reparto que Mario Gas define como «adecuadísimo y extraordinario». En él está Ariadna Gil, que interpreta a Stella, la hermana de Blanche, en lo que supone su regreso al teatro después de una larga ausencia.

Ninguna de las dos actrices tenía en mente interpretar esta obra. «Realmente, el personaje de Stella ha sido para mí un descubrimiento —dice Ariadna—; no tenía fresco ni el texto ni la película, y mucho menos aún mi papel. Ha sido al leerlo cuando he visto que el personaje de Stella es igual de rico y de complejo que el de Blanche o Kowalski (Roberto Álamo), y que es importantísimo en las chispas que saltan en escena. Es un personaje precioso, parece el tapado, intenta mediar y que las cosas no exploten y funcionen... Todos son personajes muy ricos, bien escritos y construidos».

Vicky Peña y Ariadna Gil son hermanas en escena. Dice la primera que «todos los personajes se hermanan con otros, incluso con los antagonistas, y lo que es interesante es explorar esa distancia que hay entre tú y tu contrario, que en este caso es tu hermana. Hemos intentado más o menos conscientemente encontrar los puntos en común que puedan mostrar las afinidades, ese pasado común, pero son dos hermanas que han recorrido unos caminos muy distintos, y también nos hemos empeñado durante los ensayos en mostrar cómo ha evolucionado Stella o cómo Blanche ha seguido por su lado. Son tan interesantes los puntos de contacto como los puntos de divergencia. Estos muelles que hay entre los personajes siempre son bonitos de explorar».

Hacía diez años que Ariadna Gil no se subía a un escenario, pero la actriz asegura que no se ha sentido extraña. «En el cine, una vez has hecho una secuencia y está en la lata, no hay más preguntas. En el teatro, todos los días me surgen dudas y preguntas, y todos los días hay representación, con lo que lo de ayer puede no servir ya para hoy. Para un actor que disfruta con lo que hace, es un placer... Perturbador, pero un placer. El oficio, la búsqueda, es similar: quieres borrarte y ser fiel al personaje y a la mirada del director, y crear una verdad».

Búsqueda es una palabra que emplean los actores a menudo para definir el proceso de creación de un personaje. Una búsqueda en la que tanto Vicky Peña como Ariadna Gil confiesan estar todavía. «Durante los ensayos la voluntad es llenar el personaje al cien por cien —dice Vicky—, y que cuando llegue al estreno está en ese porcentaje máximo... Pero luego, durante las representaciones, van saliendo cosas; cada día los personajes te ofrecen cosas nuevas... Son en cierto modo un pozo sin fondo».

A las dos actrices les cuesta responder a la pregunta de qué les llama más la atención de sus personajes... Cuando se les formula, se miran entre ellas y dejan transcurrir unos segundos antes de excusarse: «A veces, poner un nombre a un personaje es matarlo —explica Ariadna—. Es como cuando te piden que te definas a ti mismo. ¡Es tan difícil! ¡Depende de tantas cosas!» ¿Se encuentran lejanas a sus personajes?... «Sí, claro que me encuentro lejana —contesta Vicky—. No me parezco nada a Blanche DuBois, pero sí la comprendo. Perfectamente, en muchas cosas, que no comparto». E insiste: «Espero estar lejana, claro. Soy una persona más centrada, no estoy dominada por la bebida, mi vida emotiva y sentimental es mucho más serena y mucho más normal, he tenido mucha suerte en los afectos... Pero la entiendo muy bien, la puedo seguir muy de cerca en su devenir y en su vibrar. Espero que no me parezca mucho, pero en algo debo parecerme, o en algo sé pillar qué le pasa». Eso es ser actriz. «No siempre hay que simpatizar con los papeles —añade Vicky—. Mrs. Lovett, mi personaje en Sweeney Todd, era una asesina calculadora con la que yo no tengo nada que ver... Aunque era muy divertida y con un gran sentido del humor. No tienes que parecerte a un personaje para interpretarlo».

Ariadna Gil tercia para decir que la premisa para interpretar a un personaje es no juzgarlo. «Tú vas a ser esa mujer, vas a decir lo que dice ella y tendrás que hacer, aunque no te guste, lo que hace ese personaje. En vez de irte, quedarte. En vez de decirle una cosa, callarte. En vez de callarte, decírsela o gritársela. Tú vas a seguir una pauta. En el momento en que te planteas que tú te comportarías o reaccionarías así, empieza a interferir tu propia forma de vivir, de pensar, de actuar, de ser, tu carácter... Y esas interferencias hacen que no seas plenamente fiel al personaje. Cuando leo el texto, no me planteo cómo actuaría yo. Me es más fácil interpretar unas escenas que otras o decir unas cosas en vez de otras, porque yo sigo estando ahí, pero intento no juzgar y entender por qué mi personaje hace lo que hace».

Fuente: Julio Bravo (www.abc.es)

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