FIRA TÀRREGA. VIERNES 8 DE SEPTIEMBRE


MÀTRIA | TEATRO | 70min | CAT
Dirección y dramaturgia: Carla Rovira Pitarch | Intérpretes: Marc Naya Diaz, Àngela Pitarch Isart, Carla Rovira Pitarch | Ayudante de dirección: Ramon Bonvehí Rosich |

Carla Rovira vuelve a Tàrrega para buscar sus raíces. Como titular funcionaría, y en cierto modo es así, porque la memoria histórica que los nietos y biznietos de aquellos que sufrieron la guerra está más que presente hoy en día. El silencio de otras décadas se ha roto y toca poner las cartas sobre la mesa para saber, para que no se olvide.

Màtria es un espectáculo documentado, muy bien documentado. Nada de fascímiles de poca monta, aquí hay un proceso de investigación previo y propio, de la familia de la Carla, que daría para más de una obra. Una historia particular la de Enrique Isart, tío-abuelo de Carla, fusilado por los franquistas con 23 años. Partiendo de este caso concreto, la historia pasa a ser general. Las reflexiones entorno a su vida y muerte nos hacen reflexionar sobre que no fue un caso único.

Los espectáculos de Carla Rovira tienden a congujar la realida más seria con el humor. Por eso tras un inicio más parecido al teatro documental, que se irá percibiendo a lo largo de la obra, la obra gira hacía un tono más casual y humorístico con la parte del Skype. El contraste entre el mundo de entonces, representado en forma de las cartas de Enrique, con el de ahora vía vídeoconferencia pone al espectador en la tesitura de que no será el mismo 'cuento' de siempre.

Otro acierto, que al principio puede resultar extraño, es convertirnos todo en femenino genérico. Un toque de frescura y naturalidad, humor y reivindicación a partes iguales. Porque Màtria es una historia de mujeres. Las de tres generaciones pasadas, algunas ya muertas otras vivas, que cargan el peso del silencio. De callar lo que saben. Dos de ellas en escena. Magnífica la incorporación de la figura materna dentro de la obra. La naturalidad del momento es tan aplastante, que te llegas a preguntar si siguen un guión o si es lo que les sale en ese momento.

A pesar de todo ello y de que el punto de partida sea el adecuado y sorprenda, el final no es el adecuado. Una vez destapadas las cartas. Las dos últimas escenas finales quedan como un pegote con respecto al resto de la obra. La historia de Genoveva, más allá del valor sentimental, no sería conveniente que pasara del mero titular, ya que no aporta nada al conjunto de la historia.

El espacio escénico en forma circular, donde al entrar parece que se va a celebrar un ritual, es ideal para que tu atención sólo se fije en la escena. Durante 80 minutos sólo existe la historia de Enrique, la historia de la familia de Carla. Màtria es un dramaturgia de memoria, feminista, un diálogo intergeneracional lleno de preguntas sin respuestas y lo malo es que el tiempo no pasa en balde y los testimonios caerán en el silencio para siempre. De momento ya tenemos una historia, la de Enrique Isart Alonso, ¿quién es el siguiente?




MY BABY IS A QUEEN | DANSA | 40min | CAT
Autoría y dirección artística: Eva Vilamitjana y Albert Vilà | Dramaturgia: Albert Vilà | Interpretación: Miquel Fiol, María Hernando / Eva Vilamitjana, Raquel Gualtero y Guido Lucas (Bailarines); Asier Suberbiola, Nil Villà, Nico Sánchez (Músicos) | Compañía La petita Malumaluga |

Aunque hace tiempo que dejé de ser un bebé, tenía ganas de descubrir qué era eso de espectáculos para personas de 0 a 3 años. Con música en directo la compañía La Petita Malumaga intentan que estos pequeños seres se sientan libres de vagar por su escenario. Música, danza, luces y acción.

Quizás no fue su mejor función, o que no eran demasiado atrevidos, pero los bebés de mi función se resistieron a participar en el acto. Desconozco las habilidades que un artista/actor/bailarín tiene que tener para ser capaz de motivarles de tal manera que cooperen en el espectáculo. En este sin duda disfrutamos más los adultos que los niños.

La música y la danza se complementan a la perfección, pero no acompañan los efectos lumínicos demasiado acentuados para la percepción de un bebé, que más que invitarles a entrar les hacen llorar o querer marchar y ni falta de elementos dramatúrgicos para animarlos a participar.




a X amor o Mujeres áureas | TEATRO | 60min | CAT
Dirección: Txell Roda | Intérpretes: Pilar Martínez, Mònica Lucchetti, Laura López, Manuel Veiga | Dramaturgia: creación colectiva a partir de una propuesta dramaturgica de Jonay Roda sobre los textos de las autoras del Siglo de Oro: María de Zayas y Sotomayor, Feliciana Enríquez de Guzmán, Anna Caro de Mallen, Lope de Vega y Carpio | mvmproduccions |

Encontrarse con el Siglo de Oro en medio de los espectáculos de Fira Tàrrega resulta curioso. Quizás por eso de ser una propuesta que no encajaba del todo con lo que estamos acostumbrados a encontrar la marcamos con un imperdible. La realidad no estuvo esta vez de nuestro lado.

En escena Lope de Vega, pero él no será el protagonista sino la víctima de la dialéctica de las mujeres, a las que hasta ahora han acallado por motivos de género las que llevarán las riendas de la obra. Entre los clásicos de la literatura española, por querer darle un toque 'moderno', se cuelan un sinfín de anacronismos. Debe ser que el 1600 nos queda lejos y necesitamos una cercanía.

Uno de sus principales problemas está en la dramaturgia, dispersa, que busca una complicidad con el público que no encuentra, pobres de ellos sumidos en un aburrimiento que no recordábamos desde los años de algunas lecciones de la escuela. En búsqueda de hacer pedagogia, que sí, que está bien, nos perdemos en una malgama de nombres, de ellas, que no sabemos si son reales o inventados, y que deberían ser una raiografía de la situación de la mujer de la época, pero se quedan en simples trozos de obras, más anecdóticos que otra cosa.

La dirección de Txell Roda ha optado por unas interpretaciones con más que una brizna de pretenciosidad, que si cabe alejan más aún al espectador. Es verdad que existe la tendencia a hacer grandilocuentes las palabras de los clásicos, pero hoy en día tal dicción y entonación es demasiado impostada, al menos para el ámbito catalán.

La decisión más acertada fue el encuadre del espectáculo, que más bien es una felicitación para la organización de la Fira Tàrrega. El enclave de la plaza dels Albers le caía que ni pintada al espectáculo. Una verdadera lástima que el resto no fuera a juego.




NINGÚ VA ALS ANIVERSARIS A L'ESTIU | TEATRO | 70min | ILLES BALEARS
Dramaturgia: Lluki Portas | Intérpretes: Diego Ingold y Lluki Portas | Assessor de dirección: Ernesto Collado | Hermanos Picohueso |

Estamos invitados a un aniversario muy especial. Lluki lleva más de tres meses esperándonos, desde aquel día que no invitó por primera vez y nadie se presentó a su fiesta de cumpleaños. Decepción absoluta que prevemos que nos hará pagar de una manera u otra.

La terraza del Museu Comarcal es el lugar elegido para el evento. Fresca noche en Tàrrega. Esto se avisa, no estaba especificado en ninguna parte. Es el día de Lluki y por ella, espectadores activos y los más tímidos se esconden, porque no hay huída.

Un espectáculo basado en la pura anécdota, llevada a situaciones a veces demasiado surrealistas, otras más comunes e incluso alguna de patio de colegio, aguanta lo que el público esté dispuesto a dejarle. Era viernes, es Tàrrega y quién no se apunta a una fiesta. Más allá de que hay montajes 'made in Tàrrega' como éste, una servidora no tenía el cuerpo para aniversarios. La consistencia de la obra pierde la gracia a la media hora, donde todavía no ha llegado ni la tarta.

Algunos intrépidos que consiguieron empatizar con la propuesta, quizás vivieron la fiesta de su vida. Los que buscan algo más que la pura anécdota nos quedamos con la experiencia y poco más.




D-CONSTRUCTION | DANZA | 35min | FRANCIA
Dirección artística: Souhail Marchiche y Mehdi Meghari | Coreografía: Menhdi Meghari | Intérpretes: Elias Ardoin, Evan Greenaway, Samir El Fatoumi, Yohann Daher, Vanessa Petit, Émile Tarpin-Lyonnet | Compañía Dyptik

Finalizo la segunda jornada con un toque de danza urbana donde la estructura metálica representa el poder, aquel que les atrapa, les condena a vivir encerrados en su propia prisión, y al mismo tiempo, les espone a los ojos de un mundo cruel. 

Vibrante ejercicio corporal con público en los dos bandos de la valla, mirando se las caras. La cuarta pared no existe en un pieza donde bailarines entran y salen de 'escena'. Caminan entre un público que sólo mira. La Plaza de las Naciones vuelve hacer honor a su nombre y se vuelve reivindicativa, en un alegato al no-mundo, donde las fronteras no existen.

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