Teatres programará a Pou, Els Joglars y 'Mamma mía!'

El último montaje de Els Joglars, titulado La cena, que bajo dirección de Albert Boadella mezcla un ágape de alta cocina a mandatarios extranjeros con cuestiones climáticas, abrirá en octubre en el teatro Principal de Valencia la próxima temporada de Teatres de la Generalitat. Y será uno de los platos fuertes de la programación junto con History Boys, de Alan Bennet, que dirigirá Josep Maria Pou en enero, y, ya en febrero, Mamma mía! El musical, la obra basada en los grandes hits de ABBA.

La consejera de Cultura, Trini Miró, y la directora de Teatres, Inmaculada Gil Lázaro, presentaron ayer la temporada prevista en los teatros de gestión pública, que incluye un total de 31 espectáculos, entre los que figuran 23 montajes realizados por compañías valencianas. Una programación que abarca "todo tipo de formatos escénicos", en palabras de Miró. Y en ella destacan también la obra L'art de la fuga, de Roberto García, en una producción de Dramatùrgia 2000, o la comedia en tres actos de Lope de Vega montada por la Compañía Nacional de Teatro Clásico ¿De cuándo acá nos vino?, dirigida por Rafael Rodríguez.

Entre las producciones propias de Teatres, destacan Tres sombreros de copa, de Miguel Mihura, dirigida por Antonio Díaz Zamora, El mercader amante, de Gaspar Aguilar, dirigida por Jaime Pujol, y El sí de las niñas, de Leandro Fernández de Moratín, dirigida por Vicente Genovés. Un cartel que se completa con, entre otras muchas compañías, Jácara Teatro (Por culpa de Yoko y Mi amigo Bart), L'Om Imprebis(Calígula) o La Dependent (El somriure de M. O'Hara).

En el apartado de danza, sobresalen Aman, con coreografía de Patrick de Bana, del Ballet de Teatres; y Cascanueces, del Ballet Nacional de Cuba y Alicia Alonso.

Miró también se refirió ayer a las críticas de la Asociación Valenciana de Empresas de Teatro y Circo (Avetid), que calificó de "despropósito" la gala de entrega de los Premis de Arts Escèniques de la Generalitat. La Avetid calificó de "desprecio" al sector una entrega que pasó desapercibida y en la que los profesionales no pudieron hablar. Además, pidió un cambio de formato. Miró calificó las críticas de "ofensivas", explicó que el formato de la entrega es similar al de los premios del Ministerio de Cultura, argumentó que en la gala solo habló Nacho Duato porque su premio era a toda su trayectoria y reconoció que el modelo es "revisable".

Por otra parte, coincidió con las declaraciones del presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, en las que pedía revisar el convenio sobre gastos del teatro Principal, que data de 1983, entre ambos organismos.

Fuente: F. Simón (www.elpais.com)

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