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TEXTO ORIGINAL: NOËL COWARD
VERSIÓN: JUAN CAVESTANY
DIRECCIÓN: NORBERT MARTÍNEZ y DAVID SELVAS
INTÉRPRETES: MARTA MARCO, DAVID SELVAS, MIMA RIERA y JAVI BELTRAN
DURACIÓN: 1h 30min
FOTO: FELIPE MENA
PRODUCCIÓN: LA BRUTAL
TEATRE BORRÀS

No seré yo quien se queje de sacarle la naftalina a los textos que requieran una limpieza al ser sacados del fondo del cajón, pero hay algunos a los que sólo les han dejado los puntos y seguido. Es más o menos lo que le ha pasado a la versión de Vides Privades de Juan Cavestany. Se nos ha ido de las manos la contemporaneidad, el convertirlo en una comedia de parejas de la burguesía más simplona catalana que sólo se preocupa de su ego y de lo feliz que será cuanto más posesiones tenga. Pero bueno tampoco es que fuera al Borràs esperando que tras la cortina saliera Noël Coward, así que mejor dejemos la queja para otro día.

Comedia de salón, con dos parejas que esperas que les pase algo porque tanto amor no da para una hora y media. Y pasa, no lo explicaré, se hace bastante evidente en los primeros minutos de obra, quizás tampoco hayamos llegado hasta allí para que una historia nos sorprenda. Mientras tanto disfrutemos de la magnífica banda sonora, en algunos momentos, recurrente, que ya viene siendo marca de la casa, La Brutal y sus ambientes sonoros. Y en esto que sientes "A la mierda l'amor" y el reloj deja de contar y la acción se precipita. 

A parte de la banda sonora, lo que sabe hacer muy bien La Brutal es escoger repartos. Sensacional Marta Marco, la histeria de su personaje es lo mejor que sucede en el escenario durante la representación. Es de aquellas veces que sientes que la naturalidad que se desprende supera a la interpretación. Vides Privades es una obra de mujeres, porque Mima Riera se vuelve a reivindicar con un papel que podía haberse quedado en una simple joven medio tonta, pero ella lo da la vuelta y poco a poco le cambia el rumbo y acaba siendo más heroína que una simple inocente "niña rica".

Vides Privades es una comedia donde ríes de situaciones que en mayor o medida nos ha pasado a todos, pero no da para mucho más. Vas te ríes, y sales a continuar con tu vida, el poso ha quedado bastante diluido. Lo que sí que es cierto es que el giro tan comercial de los últimos proyectos no se si benificia al público más fidel de La Brutal, aquellos que vibramos con su trilogía a Lliure y que disfrutamos con su Don Juan al TNC y que nos quedamos indiferentes delante de un Coward-Cavestany. 

VIDES PRIVADES

by on 20:23
TEXTO ORIGINAL: NOËL COWARD VERSIÓN: JUAN CAVESTANY DIRECCIÓN: NORBERT MARTÍNEZ y DAVID SELVAS INTÉRPRETES: MARTA MARCO, DAVID ...

Fuente: Andrea Aguilar (elpais.com)
El contenido y recto capellán que visita al enfermo sin nombre en la obra Tres en coma afirma airado que "las cosas no son lo que son y nada más". Su comentario viene al hilo de la extraña situación que se produce en la trama cuando el paciente comatoso —"el sujeto en cuestión"— arranca a contar chistes en morse a través de los pitidos de las máquinas que controlan sus constantes vitales, pero esa misma idea también podría usarse para explicar esta obra. En ella hay chistes y dudas existenciales, interpretados por actores no profesionales que sin embargo actúan desde hace tiempo en escenarios; hay canciones, sin ser esto un musical, y hay vídeo, a veces como acelerado zapeo para recrear los pensamientos del moribundo paciente, y en otros casos para dar voz a bustos parlantes, doctores convertidos en una especie de muñecos de goma, que hacen avanzar el argumento.
Escrita y dirigida por Juan Cavestany e interpretada por los componentes de Canódromo AbandonadoTres en coma surgió a partir de una conversación de chat. Transcurrió poco más de un mes desde que plasmaron la primera idea hasta que la obra llegó al escenario de Matadero, casi con la misma inmediatez que el servicio de mensajes instantáneos. Este mes de agosto recala hasta el 7 de septiembre en el Teatro del Barrio de Madrid. “Creo que suena homogénea y coherente por esa misma intensidad, no ha habido segundos pensamientos”, señala el músico Aaron Rux.
Cavestany y el trío de Canódromo se habían conocido en los circuitos del cine independiente. Julián Génisson, Lorena Iglesias y Aaron Rux presentaron el pasado otoño su película La tumba de Bruce Lee y participaron en la cinta de Cavestany Gente en sitios, pero esta vez se trataba de elaborar algo juntos desde el principio, una función que integrara sus peculiaridades. Porque, ¿qué diría un cómico en coma si pudiera comunicarse? “Nosotros nos hemos sentido bastante en coma”, explica Julián Génisson al recordar cómo han ido probando sucesivas cosas en escena que no acababan de “funcionar”. “Hasta ahora hemos trabajado a partir de un tema, de forma caprichosa y con mucha improvisación, pero esta vez es teatro y la diferencia es Cavestany”.
Pensaron juntos un esqueleto que presentaron al Fringe, y al recibir el visto bueno escribieron y diseñaron el montaje el pasado junio. “Teníamos una intención consciente de meter en una batidora la películaPatrick de Richard Franklin, los chistes de casete de Arévalo y esa fórmula melodramática que es ‘cura con crisis de fe conoce a mujer con la que quizás en otra vida podría haber sido feliz”, dice Cavestany.
El chiste que han compuesto no arranca con el encuentro entre un francés, un alemán y un español. Querían escapar de viejas fórmulas y se marcaron como reto no usar ningún chiste conocido. Así que cuando se sube el telón de Tres en coma aparecen una peluquera en prácticas, radioaficionada —con buenas intenciones y mucha soledad—; un joven capellán que busca trascendencia y desprecia lo mundano, y un paciente en coma que encuentra en el humor una vía de comunicación. “Se trataba de presentar a personajes marginalmente relacionados. Al ser interpretados por actores no profesionales buscaba un tono seco, así que el capellán tiene sentido”, dice el escritor madrileño. “Nos atrae la fortaleza mental y mística del que rechaza lo zafio y agresivo. Y a la vez nos repele ese engolamiento demagógico del hombre religioso. Hay una peluquera en prácticas porque esta obra habla también sobre el pelo, la estética, el cuidado del cuerpo, el cuerpo como contenedor”.
El inusual trío —moribundo, peluquera y cura— encuentra su traducción visual en la imagen de un triángulo blanco que aparece de forma intermitente en la pantalla al fondo del escenario. Allí también se proyectan imágenes de platos combinados, de cuadros religiosos, del público internacional que abarrota los teatros, donde el cómico en coma triunfa, mientras crece la farsa. Y así el vídeo que a diario inunda los teléfonos inteligentes y las pantallas de ordenador, se integra a la perfección sobre la escena, y crea un nuevo triángulo con las canciones de Aaron Lux —“nos permite variar la textura de la obra y es un buen recurso para temas sentimentales”, dice el músico— y el texto teatral. “Los vídeos son un contrapunto al melodrama y aportan a la obra un carácter casi cinematográfico o esperamos que onírico”, apunta Cavestany, que define esta función como un objeto bastardo.
Por encima de todo esto planea una reflexión sobre el humor. Como advierte la joven peluquera en la obra, los chistes evolucionan hacia el humor observacional, de lo zafio a la observación y de la observación a la reflexión, que pierde en comicidad y gana en extrañeza. Julián Génisson habla de poshumor. Pero quizá la risa siempre venga del mismo sitio, de la sorpresa o de lo inesperado, y el mundo raro es sólo otro punto de vista. Añade Cavestany que “el desconcierto no es algo que se pueda arrojar a la cabeza del espectador para dejarle aturdido y nada más”. Tres en coma persigue una perplejidad divertida. Un mundo raro, tierno y absurdo a veces.
Tres en coma, escrita y dirigida por Juan Cavestany y Canódromo Abandonado. Intérpretes: Lorena Iglesias, Julián Génisson y Aaron Rux. Jueves y viernes a las ocho de la tarde en el Teatro del Barrio. Madrid. Hasta el 7 de septiembre.
Fuente: Ana Marcos (elpais.com)

“Si vosotros y yo somos iguales. ¿O es que la ley de la gravedad os afecta de manera diferente por tener privilegios, poder o mi dinero en vuestros bolsillos?” La duda metafísica la plantea una madre cuando harta de darse contra el techo de cristal, reacciona a la merma sin tregua de las ayudas que recibe su hija con parálisis cerebral. Esta madre se llama Rosario en la ficción, Nuria Gallardo en la realidad. La actriz es la mitad de Recortes, la unión de dos piezas teatrales rescatadas del movimiento alternativo Theatre Uncut de Reino Unido por el cineasta, ahora director teatral, Mariano Barroso, con la ayuda de Juan Cavestany.
En 2010, cuando el primer ministro inglés David Cameron comenzó a ajustar su política económica a los designios de Bruselas, el teatro reaccionó a través de breves obras que se interpretaban por todo el país, libres de derechos, durante un período de tiempo determinado. Barroso encontró uno de los libritos que reúnen estas piezas y del impactó inicial surgió esta adaptación que se estrena hoy en la sala Cuarta Pared de Madrid, hasta el próximo 23 de marzo. "Es estremecedor ver cómo se repiten las mismas situaciones en países diferentes, solo cambian los nombres de los afectados", asegura el director. Los dramas que se reiteran son los de la sanidad. En ambos casos, un espejo de lo que sucede cada día enfrente de nuestras narices.
El montaje teatral que Mariano Barroso, Nuria Gallardo y Alberto San Juan protagonizan y sustentan ante la falta de producción, viene precedido por la etiqueta de urgente. "El teatro tiene la ventaja de la inmediatez", plantea el director. "No nos planteamos cumplir con ninguna función. Hacemos teatro para dejar algún poso, pero no como una misión. Es muy útil convertir la energía de la agresión y devolver algo creativo".
Reflectante conforma la primera parte en la figura de Gallardo. Ambientada en un centro sanitario, esta madre y payasa -en su tiempo de dedicación a los demás- llega a sufrir hasta tal punto el hachazo del recorte que termina por renunciar al derecho principal de la maternidad y entrega su hija a un centro. "A pesar de que le quiten, restrinjan, anulen e intenten machacar, ella sigue hacia delante", explica la intérprete. "Lo que hace grande a estos dos personajes son dos armas: una es la ironía, luego está la dignidad", interviene Barroso.
En este punto de la conversación, Alberto San Juan, el tercer sujeto involucrado en Recortes, toma la palabra: "Mantienen la dignidad porque no aceptan la condición de infrahumanos que les pretende imponer el sistema". Frágil, la segunda parte de la obra, es la lucha de un enfermo mental por recuperar la asistencia que recibía en un centro de día, en la precariedad del abandono del sistema. "Su actitud es la de pedir ayuda desesperadamente y decide tomar iniciativas a su manera", relata el actor. "Está tan exasperado que se va a buscar a su terapeuta, el problema es que lo hace a las cuatro de la mañana", apostilla Barroso. A San Juan le acompañará en escena el público. Los tres se niegan a dar pistas de lo que sucederá entre butacas, solo adelantan que con la ayuda de Nuria Gallardo no habrá nadie que se salga del guion.
"El mensaje es claro: 'dejen de joderme ya', pero sobre todo, 'la alegría no es negociable', pese a los recortes", dice Barroso. Aunque no se trata de una comedia, el humor aparece en cada combate. "Es un instrumento imprescindible en cualquier transformación social o revolución. Sin humor lo que hay es amargura y dogmatismo", sigue San Juan. Golpeados como personajes, pero también como actores desde que el Gobierno decidiera subir al 21% el IVA cultural, su discurso se desdibuja hasta colarse por debajo del telón cuando cae. "Tienes que levantarte con una sonrisa por la mañana porque a pesar de la que está cayendo tienes que seguir viviendo. No te puedes levantar con tristeza en el alma porque entonces no avanzas. Hay que levantarse con la intención de hacer algo positivo y la convicción de que lo vas a conseguir. Y si te acuestas por la noche y no lo has conseguido, al día siguiente te vuelves a levantar con una sonrisa y piensas que por fin lo vas a conseguir", concluye Gallardo.