ELS VEÏNS DE DALT
DRAMATURGIA y DIRECCIÓN: CESC GAY
INTÉRPRETES: PERE ARQUILLUÉ, ÀGATA ROCA, NORA NAVAS y JORDI RICO
DURACIÓN: 1h 20min
PRODUCCIÓN: ELEFANT, FOCUS y MOLA PRODUCCIONS
TEATRE ROMEA
Cuando me siento en una platea esperando que suba el telón me gusta que pase algo, que lo que suceda en el escenario me pase, me traspase y dentro de mí ocurra algo, lo que sea. El cine de Cesc Gay es así, intimista, cercano y con el que claramente te identificas. Els veïns de dalt conservan parte de la esencia de su cine: personas urbanitas de clase media y con problemas, en este caso de pareja, que al espectador le resultan cercanos.
A partir de la anécdota de una pareja de vecinos ruidosos en lo que a sus relaciones sexuales se refiere y con la excusa de un pica-pica para conocerse mejor se desencadenan una serie de situaciones en las que las verdades matrimoniales que se esconden bajo el colchón sale a la luz y dejan entrever que nada es lo que parece.
Comedia agil, con algunos chistes de trazo grueso, aunque la mayoría de giros inesperados hacen que el espectador ría a carcajadas, la dirección respeta las pausas comidas para reprender el vuelo y volver a disparar más comedia. No es light, hay discursos detrás de tanta risotada, alguien le recordará a lo que tenga o tuvo en casa.
Sugerente Ágata Roca que controla perfectamente un personaje que a la vez que muestra su fragilidad es la que lleva la voz cantante en la sarta de reproches que va lanzando contra el personaje de un Pere Arquillué maravillosamente divertido, irónico e incluso por momentos del juego cómico sale a relucir una parte de negrura, que acompaña a más de un personaje. Los papeles de Nora Navas y Jordi Rico no se quedan como meros espectadores de la batalla, sino que irrumpen en ella y echan más leña al fuego de la comedia.
La escenografía de Alejandro Andújar acentúa la posición social y cultural de la pareja, entre libros, un piano, una cocina office aunque lo que captura la atención de los espectadores sea una simple alfombra. La puesta en escena es el contexto que engalana las palabras. Una dramaturgia aparentemente sencilla pero espectacularmente eficaz.
No se si es aconsejable verla en pareja por los posibles efectos secundarios, pero lo que si es cierto es que si vas acompañado o solo, reirás y dependiendo de la lectura que hagas te quedará un regusto más cómico o amargo. Els veïns de dalt es la comedia de la primavera y un más que notable debut teatral de Cesc Gay que espero que no sea el último.
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