Fusión para destruir 'el mundo'



Se abre el telón y aparecen cinco destructores dispuestos a acabar con el mundo, anunciando, tal vez para salvarnos, que esa noche va a ser la última. Y para expresarlo recitan, cantan, bailan, tocan la guitarra, la trompeta y un sinfín de instrumentos más. Y, como ellos saben bien que a través de la carcajada sus 'dardos' en forma de mensaje se clavan más rápido en el cerebro, nos invitan a pasar los últimos momentos sin parar de reír.

¿Que quiénes son ellos? Estos cinco 'jinetes del Apocalipsis' se agrupan bajo el nombre de Ron Lalá, una formación teatral dirigida por Yayo Cáceres con la ayuda de Flor Saraví que presenta a partir del próximo jueves en el Teatro Alcázar 'Mundo y final', un espectáculo que les ha llevado a recorrer España, Argentina, Chile, Perú y República Dominicana, y que vuelve a Madrid para darle "la temporada larga y exitosa que se merece, mostrar el trabajo en el mejor momento en que está y reventar el teatro", prevé Álvaro Tato, uno de los integrantes del grupo. Junto a él están Íñigo Echevarría, Juan Cañas, Miguel ‘Perilla de la Villa’ y Daniel ‘Boli’.

Durante estos días de promoción en sus camisetas vuela un limón alado (o un pajarillo con cuerpo de limón), su insignia, que recuerda que ellos no son nuevos en esto. Comenzaron en 1996, y en estos 14 años han presentado trabajos como 'Si dentro de un limón metes un gorrión el limón vuela' (de ahí su símbolo) o 'Mi misterio del interior', espectáculos diferentes pero con un común denominador: la risa.

"Hacemos algo diferente, da la sensación de que todo va a un mismo sitio y nosotros no vamos en esa dirección, sino en una propia", explica 'Perilla'. "Todo nos parece risible, empezando por cada uno de nosotros. Y ahí está la clave de todo, no ponerse límites", apunta. Y tanto se ríen de ellos mismos, que hasta cuentan que han hecho una porra para ver cuál de ellos iba a morir primero. 'Con el sueldo que no se cobra ese mes nos vamos a ir de marcha', bromea Yayo Cáceres.

Para dar la puntilla a La Tierra, Ron Lalá hablará "de todos los factores que están contribuyendo a esa destrucción: desde la política a la sociedad, pasando por las relaciones humanas", cuenta Tato, para lo cual se sirven de un original simbolismo: "Para la destrucción del medio ambiente utilizamos un comando de cactus terroristas que abogan por la desertización del planeta y el subdesarrollo insostenible", lo que supone una crítica a "este mundo que siempre parece que eclosiona y nunca acaba de eclosionar".

"Poder arrastrar a la gente joven a que viva la magia del teatro desde una clave generacional suya da muchísimo gusto", explica Tato, "Somos alguien del presente que habla del presente, y si eso puede servir de gancho para que alguien pueda disfrutar de Shakespeare después, nuestro trabajo habrá merecido la pena".

Algo que diferencia a esta compañía es su versatilidad. Son capaces tanto de hacerle una copla al pobre Plutón que ha dejado de ser un planeta hasta vestirse de época en un 'sketch' donde imaginan un ordenador en el lenguaje del castellano antiguo. Pero lo que mejor se les da hacer, según Juan Cañas, otro de los miembros del grupo, es "el gamberro. Nos reímos de todo, y todo lo demás, la actuación, la música, cantar y escribir son tapaderas. Lo más valioso es el espíritu de equipo y cómo intentamos hacer algo original", cuenta Cañas.

En el 'sketch' del ordenador personal Ron Lalá se las ingenia para hacer un delirante juego de palabras en lo que supone "un buen ejemplo de cómo funciona nuestra creación", explica Cañas, "Por un lado nos vuelve locos la música. Luego a Álvaro le pierden las palabras, y de las obsesiones de cada uno surgen los gérmenes de los números. En cada 'sketch' exprimimos todo lo que se nos ocurre", finaliza.

El balance de tanto tiempo sobre el escenario es más que positivo para la compañía. "Lo mejor es que estamos aquí después de muchos años de trabajar y aunque lo más duro es mantenerse, lo seguiremos consiguiendo", apunta Íñigo, a lo que el director suscribe, "Si dentro de 50 años perdura algún gag o algún guiño que se diga: 'Esto es Ron Lalá', con eso ya habremos cumplido".

Y aunque aún les quedan muchas cosas por hacer, como "actuar en Machu Picchu, una zarzuela rock con el pelo rosa o retransmitir las campanadas", bromea Daniel 'Boli', hay que verles primero poner a este mundo su particular 'punto y final'. Y con él se cierra el telón. Al menos, hasta la noche siguiente.

Fuente: Adrián Martín (www.elmundo.es)

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