La desazón de Platonov llega al TNC


Anton Chejov (1860-1904) apenas tenía 18 años cuando escribió Platonov, un texto sobre la caída al abismo de un hombre desencantado de la vida y sobre un mundo herido de muerte –la burguesía rusa de finales del siglo XIX–, abocado a la extinción. La brillantez de esta obra primeriza en la que el autor de Tío Vania daba el pistoletazo de salida a todos los conflictos que exploraría en su narrativa sorprendió a Gerardo Vera, director del Centro Dramático Nacional, que la eligió para participar a finales de este mes en el Festival Internacional de Teatro Chejov de Moscú, coproductor del montaje. Antes de la experiencia moscovita, que conmemora el 150º aniversario del nacimiento del maestro ruso, la obra, estrenada en el teatro María Guerrero de Madrid en marzo del 2009, recala desde hoy en el Teatre Nacional de Catalunya, donde se representará hasta el 20 de junio.

Pere Arquillué es Mijail Platonov, un maestro de escuela de provincias «desbordante de vitalidad que no encuentra su sitio en el mundo y estalla», explica el actor catalán, que en la ficción va quebrando la existencia de los que le rodean y en especial, de cuatro mujeres que en su enamoramiento lo han aupado al pedestal de la perfección.

Carmen Machi es Sasha, su sumisa y cornuda esposa, un papel por el que logró el premio Max a la mejor actriz de reparto y con el que debuta en el TNC. «La obra refleja cómo el amor construye y destruye todo. Cómo es ciego, incondicional y bestial. Sasha está embriagada de amor y anulada por su marido; no se entera de nada», destaca la actriz madrileña, que elogia la «madurez con la que el joven Chejov retrata en este texto el universo femenino».

A su figura dulce y sumisa se contrapone la apasionada amante de Platonov, Anna Petrovna –que interpreta Mònica López–, a quien se suma una ex –Elisabet Gelabert– y una joven química –María Pastor– despreciada y humillada por el arrogante protagonista. Junto a ellas desfilan por el escenario, con sus miserias a cuestas, otra docena de personajes que completan el retrato de una burguesía a la deriva.

Para Vera, el dramaturgo se sirve de ese cuarteto de féminas para construir un juego y especular sobre «cómo vemos en el ser amado lo que queremos ver». «Cada una de ellas ve a un Platonov distinto: padre tierno y amoroso, amante exacerbado, hombre experimentado...».

La obra, que estuvo desaparecida durante años, apareció en 1922 en una caja fuerte de un banco de Moscú bajo el título Pieza inacabada para un piano mecánico, pues el propio autor la consideró inacabada pese a que consta de más de 200 páginas.

Firma Juan Mayorga una versión «concentrada» en dos horas y media de representación, en las que, en palabras del director, «se perfila un mundo en el que, bajo el barniz de la buena sociedad, los seres humanos se devoran unos a otros». Una clase burguesa, agrega Vera, que «vive a espaldas de la realidad, se mira el ombligo y sueña con perpetuarse. Pero acabará desapareciendo con violencia».

Fuente: Inma Fernández (www.elperiodico.com)

No hay comentarios:

Publicar un comentario