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Por Elisa Díez (Butaques i Somnis)

Escena Poblenou ya calienta motores y anuncia los primeros nombres de la edición 2017 que se celebrará del 19 al 22 de octubre, como siempre con una programación centrada en las artes escénicas contemporáneas, implicadas en el territorio y la realidad social actual. En esta implicación se vértebra en su apuesta por la creación con tres convocatorias: Embrions, Escena +Dones y Projecte Territori.

La programación de esta edición se estructura entorno a 8 proyectos

*Escena +Dones, que busca reconocer y visibilidad el trabajo de mujeres creadoras y directoras profesionales de la escena. 

*Embrions, con proyectos artísticos emergentes todavía en proceso de creación.

*Becas y residencias de creación artística.

*Projecte Territori, que tiene por objetivo potenciar vínculos artísticos y comunitarios con el barrio a través de la escena.

*Projecte Comunitat, un altavoz de proyectos que hablan de la realidad social actual.

*Educación y jóvenes, un compromiso con la educación.

*Diálogo y reflexión, sobre la cultura, el arte, el activismo y la sociedad.

*Internacional, abriendo caminos, construyendo puentes para dar visibilidad de las diferentes propuestas del Festival a nivel internacional.


De los 61 proyectos se han escogido 4 que formarán parte del Proyecte Embrions en esta edición, ideas que en un futuro se convertirán en proyectos escénicos o no. Los artistas presentarán su idea al público formado por representantes de centros de creación, productores y programadores en búsqueda de un persona/entidad que les acompañe en su viaje.

Los Embrions de este año son:

*Saunterer de Colectivo Ameno es una performance basada en la filosofía de Santiago López Petit y en los Pressentiments de Espai en Blanc, un gesto radical de alguien que buscar hacer de su voler viure un desafío colectivo.

*Likes de Núria Guiu es la primera versión de un proyecto de danza que toma como base el método de investigación antropológica. Los likes son los nuevos símbolos de prestigio social, así como un barómetro de éxito para muchas empresas, organizaciones, celebridades e individuos. ¿Quién, cómo y en función de qué opera este barómetro? Esta pieza cuestiona la manera en qué leemos, entendemos, aprobamos o desaprobamos al otro.

*Envà de Amer i Àfrica circ cia nos propone una pieza con 250kg de paja y 125kg de masa humana, donde dos personas divagan sobre las peculiaridades de las relaciones humanas a través del movimiento, los equilibrios, el humor y la composición del espacio.

*Bajo por las escaleras para no encontrarme al vecino en el ascensor de Montón de paja & trigo - Javier Guerrero, una pieza que plantea cuestiones como la responsabilidad, el compromiso, la cultura como cosa que nos pertenece y saber que somos individuos activos, que podemos hacer mucho más de lo que hacemos y de lo que las instituciones dictaminan.



Además la edición de este año ha programado los dos espectáculos que se presentaron como Embrions en 2016: 

*Un leñador no es un diseñador de Joan Estrader que se define a través de la negación: no es una obra teatral, no es una conferencia, no es un monólogo, no es una exposición, pero tiene un poco de cada uno de ellos. Juegos de palabras delirantes, ironía aguda y una habilidad innata para generar situaciones cómicas que se enfocan, en esta ocasión, en el mundo del diseño, la creatividad, la forma y función de los objetos y de la estética que los rodea. 

*AÜC: El so de les esquerdes de Les Impuxibles y Carla Rovira. Una obra que denuncia el lamento silenciado en nuestra cotidianidad de la violencia sexual, invisibilizada por desconocimiento, convivencia o horror. Un montaje que invita a compartir para reconocer, para cambiar y para perder el miedo.



De los 58 proyectos presentados a la convocatoria de Projecte Escena +Dones el proyecto Sessions Remotes de Mònica Muntaner fue el finalista. Una propuesta escénica que se basa en un collage hecho de movimientos, personas, gestos, voces, caras, cuerpos y presencias que provoca una serie de preguntas entorno al hecho de bailar como manifestación cultural y colectiva, pero también como una experiencia íntima de búsqueda de los propios límites y como acto de resistencia.

Esta acción - instalación intervendrá en uno de los espacios del Centre Can Felipa y contará con la participación de la gente del barrio de Poblenou, que ampliará la colección de una serie de imágenes y entrevistas grabadas a personas de edades y profesiones variadas que se someterán a la experiencia de bailar en solitario durante un tiempo determinado.



Por último, de entre las 18 propuestas presentadas en la convocatoria de Projecte Art i Territori, realizado conjuntamente con el Centre Cívic Can Felipa ha sido seleccionada 22A de Silere. Un proyecto que plantea, mediante un recorrido en vehículos no motorizados, qué impacto sobre el barrio tiene el proyecto de transformación urbanística del 22@. Una reflexión sobre de qué manera modifica el barrio y afecta a sus actividades cotidianas, a sus habitantes, al mercado inmobiliario y a su incremento de precios.

+ INFO DEL FESTIVAL DE POBLENOU AQUÍ


Fuente: Elsa Fernández-Santos (elpais.com)
Entre los célebres diálogos de Eva al desnudo, la película que mejor ha descrito las entretelas de la aristocracia del mundo del escenario, hay un breve y emocionante monólogo que podría servir para ilustrar la explosión creativa del teatro alternativo en la España de la crisis. Esa capacidad de este viejo arte para revivir y manifestar su naturaleza más profunda en cualquier acera. “¿Dónde pone que el teatro exista solo en los feos edificios apiñados en dos kilómetros cuadrados de Nueva York, Londres, París o Viena?”, se pregunta un encendido y coqueto Gary Merrill ante la joven y servil arpía Anne Baxter. “¿Quieres saber qué es el teatro? Un circo de pulgas, ópera, y rodeos, carnavales, ballets, danzas tribales indias, guiñol, un hombre orquesta... El Pato Donald, Ibsen, y el Llanero Solitario, Sarah Bernhardt y Poodles Hannefor, Lunt y Fontaine, Betty Grable, Rexel caballo salvaje, Eleonora Duse. Eso es teatro. No los entiendes todos. No te gustan todos. Así que no lo apruebes, ni desapruebes. Quizá no sea tu tipo de teatro, pero, en algún sitio, para alguien lo es”.
Esa cualidad libérrima, al servicio de los poderes de la imaginación, donde caben por igual reyes y vagabundos, un solo actor o un millar de ellos, está detrás de su eterna capacidad de supervivencia (ante la crisis de ahora y las de siempre) y de la eclosión en los últimos meses de espacios alternativos surgidos al albur de la caída del sector y de la consiguiente desesperación de muchos de sus creadores. Teatro off que ha conquistado porterías y peluquerías de Madrid, azoteas de Sevilla y salones de Málaga, miniespacios de Barcelona, rincones montados en cooperativa o en solitario, salas hasta hace poco marginales que por fin alcanzan el eco que merecen, microteatros, monólogos… Una efervescencia independiente, a pie de calle, que ha encontrado su público en una sociedad sedienta de una historia que se quiere abrir paso al margen de la oficial.
En Barcelona, concentradas en el barrio de El Raval y dedicadas en exclusiva al teatro emergente, abrieron en primavera tres propuestas cuyos espacios se mueven entre los 9 y los 90 metros cuadrados, informa Jacinto Antón. Àtic 22 (sala alternativa nacida, a su vez, de una sala alternativa consolidada, Teatre Tantarantana) ha logrado en apenas seis meses programar ocho obras para 2.000 espectadores. Mini Teatros ofrece obras de 15 minutos en salas para 16 personas y la sala Fènix Teatre, montada por un colectivo capaz de arreglar las luces y salir a escena, está dedicada al cabaré, las marionetas y las máscaras. En enero lanzan Los jueves de la Fènix, un cabaré revista basado en la literatura fantástica del siglo XIX.
En Madrid, las propuestas se multiplican: del Teatro de la Ciudad, proyecto de creación viva —y política— impulsado por tres nombres indiscutibles de la nueva escena nacional, Alfredo Sanzol, Miguel del Arco y Andrés Lima, a otros hervideros como la sala Mirador que programa Juan Diego Botto o el recién nacido Teatro del Barrio, que pretende aunar la cuestión política con la experiencia lúdica. “La eclosión de nuevos espacios teatrales es como la eclosión de nuevos medios de comunicación o de cooperativas alimentarias”, explica Alberto San Juan, uno de los gestores del Teatro del Barrio. “En la medida en la que el sistema vigente se hunde, los ciudadanos comienzan a construir otra forma de organizarse para convivir. Este proceso pasa por conseguir que los propios ciudadanos sean en medida suficiente propietarios y gestores de los medios de producción”.
Lejos de propuestas asamblearias y echando mano de una cita de Victor Hugo propuesta por el colectivo del Barrio (“No hay nada más poderoso que una idea a la que le ha llegado su momento”) muchos otros simplemente han encontrado eso, su momento: la manera de canalizar sus ideas lejos del escenario italiano tradicional. Olga Induran lanzó con su socia Susana Pérez Bermejo este año su proyecto Teatro Efímero en una peluquería del barrio de Chamberí, “algo así como unpop up teatro, ya que está tan de moda”, bromea ella. Garret Salón de Belleza albergó la obra Tú no, princesa, tragicomedia en tres actos sobre el fracaso de tres mujeres en tres décadas diferentes: los ochenta, los noventa y los 2000. Escritora de webseries y teatro alternativo, la autora se curtió en la hoy popularMicroteatro por dinero. “Todo es posible cuando dan igual los medios, la materia prima es la imaginación. Como cuando de pequeña juegas a indios y vaqueros con tapones de champú y dos barriguitas tuertas. Tú sacas una barra de labios y le dices al espectador que se haga a la idea de que es un cohete, y el espectador y tú hacéis ese pacto y ves a la barra de labios echando humo”.
Pero de todos esos pactos espactador-espacio uno de los fenómeno indiscutibles fue el de La Casa de la Portera, peculiar espacio madrileño nacido hace casi dos años para 25 espectadores y creado en la casa donde vivió la portera de un viejo edificio. El director y dramaturgo José Martret y el director de arte y escenógrafo Alberto Puraenvidia abrieron las puertas con Ivan-Off, versión alternativa del Ivanov, de Chéjov, y en pocos meses se convirtieron en todo un fenómeno. En el reducido aforo empezaron a verse caras conocidas, actores famosos y algún premio Nobel, atraídos por una experiencia —como poco— distinta. El éxito de la propuesta ha sido tal que hace unos meses el mismo equipo abrió La pensión de las pulgas, un salón en un piso de Huertas con ese aire pop sofisticado de finales de los años cincuenta que, con un aforo de 35 personas, se atrevió con un Macbeth (MBIG) interpretado por 10 actores como primer estreno. “Nosotros llenamos siempre, pero el teatro alternativo, ni ahora ni antes, da para vivir. Es solo una manera de estar activo y de darte a conocer. Para poder vivir mejor espera a que llamen del María Guerrero”, explica Martret, quien al preguntarle por el futuro de este tipo de espacios suelta una carcajada. “¿El futuro? Solo me preocupa el mañana”.
¿Qué quedará en limpio de toda esta innegable avalancha de propuestas y estrenos? Daniel Martínez, responsable de la Federación Estatal de Asociaciones de Empresas de Teatro y Danza (Faeteda), delimita esta erupción de espacios off a las grandes núcleos urbanos y la califica de “espejismos” y “subterfugios” que esconden la realidad del futuro: “No solucionan la viabilidad del sector solo la de los creadores, que lógicamente no se conforman con quedarse en casa. En realidad no es una salida, sino una forma más de protestar ante la situación”.
“El bombazo de la escena off es fascinante pero, finalmente, falta industria y se trabaja con mínimos laborales”, apunta el actor Jorge Suquet (La mula, Crematorio), que ha encontrado en el teatro alternativo una fuente de nuevos estímulos que muchas veces se quedan en nada. Según su experiencia, la financiación solo llega cuando el éxito está garantizado y esa dependencia de la taquilla hace caer la balanza en favor de las propuestas más comerciales. “Así que el off en realidad funciona como mero muestrario, muchas veces más interesante que otras propuestas de grandes salas, pero finalmente condenado por la falta de una estructura profesional y laboral”.
“Cuando hay una pulsión creativa poderosa tiene que salir por cualquier lado, como esas hierbas que nacen por las grietas del asfalto”, asegura Ernesto Caballero, director del CDN. “La gente tiene ganas de escuchar un relato de la realidad distinto a las unívocas explicaciones oficiales. Los profesionales y la sociedad se están organizando y está demostrando que son capaces de ir a cualquier agujero con tal de escuchar otra historia. Y la implicación de los artistas en ese nuevo discurso es total. ¿Pero en que acabará todo esto? Yo creo que tiene que ir acompañado de reflexión y de autocrítica para construir, reconstruir o reformar una nueva estructura profesional sólida que permita sobrevivir a este sector”, afirma Caballero, que apunta el peligro de las modas. “Todo este movimiento no debe ser providencialista, ya no es el tiempo de la inocencia. Somos piezas de un entramado que para poder ser requiere una determinada estructura. Para todo esto necesitamos ciertas facilidades del Estado, que ayude a un nuevo desarrollo sin dirigirlo ni diseñarlo. En el tejado del Estado debe estar poner en valor el teatro, saber que es un patrimonio único, eso que llaman Marca España, somos una entre las cuatro o cinco naciones que pueden presumir de poseer un Everest teatral”.
Un Everest que, hoy día, escalan decenas de cómicos, autores, directores y técnicos dejados a su suerte aunque cargados como sherpascon sus ideas para el teatro del futuro, o del mañana.

Mapa para un vuelco dramático

Un referente. La experiencia de la compañía argentina Timbre 4, situada desde hace una década en el 640 de la avenida de Boedo de Buenos Aires, e impulsada por el dramaturgo Claudio Tolcachir, ha estado muy presente para muchos creadores españoles. Timbre 4, una casa abierta a nuevos lenguajes teatrales, funcionó como revulsivo en plena crisis argentina. El proyecto acabó en compañía estable de éxito internacional.
Una sala. Juan Diego Botto ha sabido canalizar en la sala Mirador la explosión creativa del momento. Programador desde el verano del espacio de Lavapiés, atrae a sus 170 butacas el espíritu rebelde y político de muchos creadores que están encontrando cobijo en este espacio alternativo. “El espíritu de la programación será un teatro a pie de calle”, señaló el actor el día de la presentación. “Un teatro que abra las puertas para mostrar y mostrarnos esos rincones que se escapan a las versiones oficiales, que se atreva a desvelarnos secretos del corazón humano o miradas sobre la crudeza de una crisis que está devorando a una generación entera”.
Un dramaturgo. José Padilla (Tenerife, 1976), premio Ojo Crítico de Radio Nacional 2013, impactó en La Casa de la Portera con Sagrado Corazón 45. La obra, escrita por él y codirigida con Eduardo Mayo, colapsó la sala, y su lista de espera. Estrenará en el María Guerrero Haz clic aquí, dentro de un proyecto de creación auspiciado por el Centro Dramático Nacional.

Unos veteranos. Estrenada en la sala Nasa de Santiago de Compostela,Citizen se programó tan solo unos días en Madrid dentro del Festival Escena Contemporánea. Para algunos críticos se trata de la gran obra del año. A cargo de la veterana compañía gallega de vanguardia Chévere, Citizen lleva la historia de Amancio Ortega, fundador de Zara, al terreno de Shakespeare. Drama, globalización, economía: la construcción de un imperio económico desde la periferia. La cara no oficial de la historia.


Un nombre. Es el hombre orquesta. Actor, director, dramaturgo, Pablo Mesiezz (Buenos Aires, 1974) se trasladó a Madrid en 2010. Daniel Veronese lo califica de “rara avis” del teatro argentino: “Encantador de espectadores, abre mundos, los arma oscuros, pero a la vez luminosos. Es muy particular, no copia, no sigue modas”. Ensaya La palabra verde, obra sobre algunos de los textos que Federico García Lorca escribiera en su viaje a Nueva York.

Un refugio. Los grandes también ayudan a los pequeños. El Teatro Lliure ha acondicionado un espacio, Aixopluc, para dar refugio a todos los que no encuentran una sala en Barcelona para estrenar. Este centro destinado a los desheredados de la crisis ha generado mucha vida y, además, está reportando buenos resultados creativos para la institución.


Un musical. Al principio se programó un solo día de la semana en el hall del teatro Lara de Madrid. Pero el éxito de La llamada convirtió este pequeño musical situado en un decadente campamento de monjas en uno de los fenómenos off de la temporada, que ha acabado conquistando la sala grande, con patrocinio, publicidad, mucho eco mediático y plenos de taquilla.


Qui millor que la tercera generació de dues famílies marcades per l'exili per relatar les vivències dels que van quedar atrapats a l'estranger per culpa del franquisme? Anton Tarradellas, nét del primer president de la Generalitat restablerta, i Ivan Fox, descendent d'anarquistes republicans que van combatre el feixisme, són els autors i els intèrprets de La balada dels històrics anònims.
L'obra, que arriba a la Sala Beckett sota la direcció de Juli Annen després de representar-se a Bèlgica -on resideixen els dos autors del text-, és un collage d'experiències d'exiliats de renom, com els Tarradellas, però també d'altres de desconeguts, els històrics anònims del títol. Però al drama hi afegeixen "un matís d'ironia i d'humor que fan possible la distància dels anys passats", assegura Anton Tarradellas.
D'entre els casos que relliga La balada dels històrics anònims n'hi ha un que té una càrrega dramatúrgica especial: la del periple del cor embalsamat de Francesc Macià. Quan l'abril del 1939, amb la Guerra Civil acabada, Josep Tarradellas va marxar a l'exili ho va fer amb l'encàrrec d'emportar-se i protegir una caixa metàl·lica que contenia el múscul vital de Macià conservat en formol. Després de la mort de l'Avi el 1933, els metges van embalsamar el cos i en van extreure el cor, i els Tarradellas el van custodiar 40 anys fins que, en tornar, va ser enterrat amb les seves despulles.
El text, que reconstrueix l'anècdota gràcies a documents oficials, explica com des de llavors el cor va viure les peripècies de l'exili, seguint la família Tarradellas. Van recórrer una Europa en conflicte fent passar la relíquia per un assortiment de formatges. "El cor és una metàfora de l'exili. En un moment és el símbol d'exaltació de la República perduda. Després, amb l'arribada dels anys foscos en què la mort de Franco no arriba, es redueix a una caixa pesant envoltada de silencis", reflexiona Ivan Fox.
Tot i el pes del cor de Francesc Màcia, l'obra posa en relleu el paper dels exiliats anònims, un rol que Fox resumeix amb paraules de Walter Benjamin: "El pes real de la història el porten aquelles persones el nom dels quals no s'hi troba". El mateix avi d'Ivan Fox va ser un presoner polític obligat a construir vies de tren entre Saragossa i Madrid.
L'obra es va estrenar a Brussel·les i ja ha començat la seva temporada a la cartellera de la Sala Beckett, on seguirà fins al 24 de juny. Amb La balada dels històrics anònims els autors perseguien un objectiu: "Evitar que el que ens havien transmès de paraula viva es convertís en un fòssil", assegura Fox.
Font: Pau Dachs (www.ara.cat)


Després de l'èxit fa dues temporades a la Sala Gran del TNC de 'La casa sota la sorra' d'EGOS Teatre, basada en la novel·la homònima de Joaquim Carbó, la companyia torna a interpretar l'obra a Barcelona i ho farà ara al Teatre Borràs del 28 de juny al 29 de juliol.
L'espectacle va rebre en la seva presentació al TNC cinc nominacions als Premis Butaca 2010 i 4 més als Premios de Teatro Musical 2011. És una obra de teatre musical de sèrie negre, que parodia les pel·lícules d'aventures. La novel·la amb la qual es basa va ser publicada l'any 1966 i compta amb 72 reedicions i ha venut més de 180.000 exemplars.
El protagonista de la història és Pere Vidal, un jove barceloní perdut en un hotel d'El Caire que té ganes d'aventura i que ha creuat la mar Mediterrània responent un misteriós anunci al diari. Una atractiva i perillosa agent secreta li respondrà els seus dubtes i sota la identitat de l'arqueòleg Peter Whitel, Pere Vidal haurà d'emprendre un viatge a través d'Egipte i el Sudan transportant documents de gran valor, fins arribar a la casa sota la sorra, la seu d'una organització criminal comandada pel malèvol senyor Ti.
Font: ACN via www.ara.cat


És hora que comenci l'espectacle i no apareix ningú enlloc. El públic espera. I com que l'estrella no apareix, un tècnic de so s'excusa per l'actor i intenta entretenir el públic. Així comença l'espectacle de Peyu, Jo tinc un amic que... , un dels pocs representants del monòleg en català que hi ha a la cartellera barcelonina. Joan Pera i Peyu coincideixen que el tarannà català no és gaire de la broma, que el drama "agrada més als senyorets", diu Pera.
Veure Capri en el vell que interpreta Peyu a escena -entre una galeria d'amics, coneguts i saludats que deixa verds- no és gens estrany. "Em surt de manera natural. Quan crees un espectacle no penses a fer-ho com el Capri. És inconscient: hi deu haver el Capri i hi deu haver el Buenafuente -confessa-. Sobre referents, jo dic que sóc molt consumidor d'humor i sí que havia escoltat els seus monòlegs", explica. Peyu també és de l'escola de l'actor-còmic: al seu espectacle hi ha més interpretació que gag, més comèdia clàssica que stand-up comedy . "No sabria estar-me plantat i explicar una història. Trobo més atractiu fer-ho passar per un personatge real amb qui et puguis identificar, i el Capri tenia molt d'actor, era versemblant", defensa.
Les amistats, els embarassos, els fills, les nòvies, la feina, els calçasses, són els temes que va desgranant l'humorista osonenc a Jo tinc un amic que... . "Són temes pròxims que podria tractar qualsevol, però la gràcia és que la perspectiva és la d'un personatge una mica ignorant", explica. En els últims tres anys ha fet 100 funcions de l'obra, amb temporades al Teatreneu i l'Alexandra. Ara el porta de gira (el 15 de juny a Manresa, el 30 a Torelló), però ja pensa a jubilar el tècnic de so: ha començat a preparar amb el director Joan Roura una conferència extraterrestre.
Font: Laura Serra (www.ara.cat)
La avenida del Paral·lel se transformó ayer en un escenario de celebración. Desde primera hora de la mañana el asfalto de una de las vías más conocidas de Barcelona cambió los vehículos por las personas, que se acercaron a disfrutar de algunas de las actividades culturales y de ocio para todas las edades y gustos que se celebraron durante todo el día.

Ayer los atascos eran de personas, no de automóviles. Se pudo disfrutar de una tertulia sobre teatro; presenciar exhibiciones de capoeira, hip-hop y bollywood, y asistir a variados conciertos que iban desde la música jazz al folclore chileno. Un total de 500 artistas participaron en los actos.
Los puntos fuertes de la jornada se centraron en el interior de los teatros Artèria Paral·lel, Condal, Sala Apolo, Victòria y El Molino, que por la mañana celebraron una jornada de puertas abiertas y por la tarde ofrecieron un rebaja del 50% en sus espectáculos y colgaron el cartel de “no hay billetes” en todos ellos.
“Estamos desbordados”, aseguró al caer la noche Pilar Mijangos, vicepresidenta de la Fundación El Molino (FEM), una de las entidades organizadoras. Las expectativas eran altas, puesto que el objetivo de la FEM era superar las más de 150.000 visitas que lograron el año anterior.
La jornada, que este año celebraba su tercera edición, está organizada por la Fundación El Molino en colaboración con el Ayuntamiento de Barcelona y asociaciones de comerciantes y vecinos de la zona. A pesar del éxito anterior, hace dos meses la crisis estuvo a punto de impedir su celebración. “Nos hemos tenido que adaptar a un nuevo presupuesto”, aseguró Mijangos.
La jornada festiva, que nació, según la vicepresidenta de la FEM, del olvido de la zona por parte de las instituciones, busca “dignificar el Paral·lel” y reivindicarlo como un espacio cultural y de ocio en Barcelona. Mijangos apunta incluso que una mejora del barrio podría ayudar a descongestionar La Rambla. “Queremos dejar de ser una frontera entre barrios para convertirnos en una bisagra”, explicaba ayer.
Fuente: Pilar C. Casi (www.elpais.com)