Lorca torna flamenco al TNT
Fuente: Margot Sevilla (www.elpais.com)
Un pliego de una aleluya, esas historias populares que se vendían en los kioscos con ilustraciones y unos sencillos pareados, fue el origen, en 1933, de Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín. Aleluya erótica en cuatro versos y un prólogo, uno de los textos dramáticos de Federico García Lorca. Pero este ejemplo de literatura de cordel —joven apasionada que se casa con viejo con dinero por interés—, que se llenó de lirismo a manos del poeta granadino, acaba de dar un paso más para impregnarse de la jondura del flamenco.
Esta nueva versión de la tragicomedia de don Perlimplín y Belisa se presenta con el subtítulo de la obra de Lorca, Aleluya erótica, y se estrenará el 20 de septiembre en el Teatro Central, dentro de la Bienal de Flamenco de Sevilla, la mayor cita del género que se desarrollará desde el 3 hasta el 30 de septiembre en 10 espacios escénicos de la ciudad.
La idea de traducir, por primera vez, al lenguaje flamenco las peripecias de Belisa fue de Ricardo Iniesta, director de Atalaya y del centro Territorio de Nuevos Tiempos (TNT), quien le encargó el proyecto a la bailarina, coreógrafa y directora de escena Juana Casado.
Iniesta, a quien no le asustan los retos como viene demostrando en las últimas tres décadas, se ha atrevido con la obra favorita de Lorca. “Es una obra pequeña que por su lirismo verdadero ninguna compañía profesional se atreve a estrenar. Se llama Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín”, dijo García Lorca en una entrevista radiofónica en 1935 cuando le preguntaron cuál de sus obras era la que más le gustaba.
“Yo quiero que la gente no me vea a mí en escena, sino a Belisa. Bailar, ya sabemos, pero esta propuesta va más allá y es más complicada. Al principio, mi personaje es muy superficial, una aduladora; pero después se enamora y termina engañada y sola”, asegura la bailaora.“Esto es algo completamente distinto; así que o acertamos o la cagamos. No tiene termino medio”, bromeaba este lunes antes de un ensayo Rosario Toledo, la bailaora gaditana quien se ha entregado en cuerpo y alma a Belisa. Ella y Juana Casado han creado la coreografía del espectáculo en la que la bailaora demuestra sus dotes para la actuación. “Yo he trabajado ya con muchos directores de escena y siempre me dicen que tengo buena predisposición”, apunta Rosario Toledo (Cádiz, 1977), quien no ha parado desde que en 1998 ganó el Concurso Nacional de Córdoba y comenzó a trabajar con la compañía de Mario Maya.
Para el cantaor José Valencia, nacido en Barcelona en 1975 pero criado en Lebrija (Sevilla), la obra “tiene más de teatral que de musical”. “Ya me había acercado al universo de Lorca porque el año pasado participé en Federico según Lorca con Eva Yerbabuena, pero en esta ocasión no es solo cante, tengo que interpretar a don Perlimplín. Somos dos en escena, a Daniel Méndez —el guitarrista y autor de la música— no se le ve, está medio escondido, y hay que llenar el espacio durante toda la función”, comenta Valencia, quien en esta Bienal presentará su primer disco en solitario, Solo flamenco, el 26 de septiembre en Santa Clara, y estará también en el espectáculo la mar de flamenco, de Joaquín Grilo, el día 17 en el Lope de Vega.
“Lorca está lleno de matices e intentar encontrar esos pequeños detalles es acercarse a su esencia”, apunta Juana Casado para quien haber trabajado con Antonio Gades durante 13 años ha sido crucial en su carrera. De Gades ha aprendido a ser austera en los montajes y a “mantener el ritmo de unión de las escenas, a que no se produzcan vacíos, sino que todo se entrelace sin esfuerzos”, explicaba ayer en un descanso de los ensayos en sala del TNT.
Un esquemático jardín, que se llena de magia gracias a la iluminación de Dominique You, verá cómo los sueños del viejo Perlimplín se rompen mientras que Belisa despierta al amor arrastrada por un ser imaginario. Algo así como Un ramito de violetas, que cantaba Cecilia, pero con final trágico y a ritmo de martinete, alegrías, tanguillos o una taranta.
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