Danza entre la celebración y la reivindicación


Fuente: Elna Matamoros (elcultural.es) | Foto: Pau Ross

De entre los grandes nombres en los que se ha apoyado la danza a lo largo de la historia, pocos tienen el carisma y la autoridad que conserva, siglos después, Jean-Georges Noverre. Sus trabajos como bailarín, coreógrafo, maestro y teórico, colocaron el ballet d'action -o danza argumental apoyada en la pantomima- en lo más alto de los escenarios, gracias en parte al apoyo incondicional de María Antonieta, que le dio los medios necesarios para que dejara volar su valentía. Noverre despojó a los bailarines de máscaras y corsés, proponiendo una danza natural y comunicativa en la que el artista se liberaba de una técnica demasiado acrobática; a partir de esa ruptura, nació poco después el ballet romántico. 

Es precisamente el aniversario del nacimiento de Noverre, en 1727, lo que conmemora el Día Internacional de la Danza, cada 29 de abril. Un aniversario que se divide, cada vez, entre la celebración y la reivindicación por parte de un colectivo disperso, activo, superviviente a las sucesivas marejadas de recortes y cambios estructurales que le afectan enormemente. Se trata, sin embargo, de un colectivo muy dúctil, capaz de moldear su actividad a casi cualquier tipo de espacio, programa, actividad, sector o grupo social. Los bailarines y coreógrafos, lejos de mermarse ante las dificultades, buscan nuevas vías de crecimiento, entreverándose en la sociedad, encontrando nuevos públicos y volcándose con la pedagogía y la acción social. Buscando una visibilidad mayor para la danza y la atención de colectivos lejanos, la UNESCO -a través del Consejo Internacional de la Danza (CID)- instituyó esta celebración en 1982. 

Además del manifiesto que cada año difunde su presidente, Alkis Raftis (en tono crítico y animoso), el Theatre Institute (ITI) encarga otro a un profesional relevante. Por primera vez, este documento lo firma un español: Israel Galván. La suya es una declaración ecléctica, sorprendente y abierta, como su baile: excéntrico en la búsqueda de nuevas vías de comunicación y en su intento de alejarse de la endogamia que en ocasiones estrangula al bailarín. “Huyo de esa idea de que hay que etiquetarlo todo, especificando si lo que hacemos es danza-teatro o hip-hop; a mí me encanta la fusión”, explica a El Cultural. Y añade que deseaba mostrar que sigue intentando “encontrar esa grieta que haga nuestro baile inclasificable”. Su manifiesto insiste en la mezcla de “razas y religiones y credos políticos”. Porque, recuerda: “¡Todos pueden bailar juntos! Quizás no agarrados, pero sí unos al lado de los otros”. 

Fuera del circuito más tradicional de la danza escénica -el de los grandes teatros, con programaciones de gran formato y presupuestos más o menos desahogados- es donde principalmente se celebra ahora el ya célebre cumpleaños de Noverre. Tras el cierre del Teatro Albéniz primero y del Teatro de Madrid después, la capital se ha quedado huérfana de la Gala de Danza que organizaban la Asociación Cultural por la Danza y la Asociación de Profesionales de la Danza en la Comunidad de Madrid; como contrapunto, otros espacios acogen ahora diversos estilos de danza. Por ejemplo, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía presenta los días 24 y 25 Bound, una pieza creada en 1982 por el norteamericano Steve Paxton (pionero en contact improvisation o movimiento improvisado a partir del contacto entre dos cuerpos) que interpretará Jurij Konjar en el Auditorio del Edificio Nouvel. En su patio, el día 29, la célebre coreografía Rosas danst Rosas -creada en 1983 por Anne Teresa de Keersmaeker- invita a la participación colectiva de voluntarios. También esta semana hay danza en la Sala Pradillo, que ocupa Bea Fernández del 24 al 26 de abril con Este lugar entre: Prethink and free action. Es un montaje planteado en torno al cuerpo como instrumento y como concepto creativo; su cotidianeidad, sutileza o limitación, como herramienta. 

Y como no todo es baile desnudo, la videodanza también estará presente en estas fechas: Persona, un montaje de Daniel Hernández, puede verse el día 28 en el Teatro Circo de Albacete. Partiendo de la danza española en sus diversas formas, y tamizada por la ecléctica formación del bailarín, resulta una obra con la videocreación como parte del propio movimiento; se trata del primer paso en solitario de este artista alicantino a través de su compañía, Spin Off Danza. 

La pieza proviene de uno de los proyectos más ambiciosos de la realidad creativa española: Danza a Escena, promovido por el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (Inaem) y difundido por la Red Española de Teatros, Auditorios, Circuitos y Festivales de titularidad pública, en colaboración con la Federación Española de Compañías y Empresas de Danza (FECED). En su sexta edición, ha propiciado la creación y difusión de espectáculos por toda España. Durante estos días encontramos, por ejemplo, a la compañía HURyCAN -Candelaria Antelo y Arthur Bernard Bazin- con Je te haime en el Teatro Rosalía de Castro de La Coruña, el 30 de abril; con registros muy diferentes, la danza urbana de la Kulbik Dance Company, con Camins, figura en la cartelera del Gazteszena de San Sebastián el sábado 25, e Incógnito, de Laly Ayguadé, en el Kultur Leioa de Vizcaya el miércoles 29. Al día siguiente, en el Teatro Gayarre de Pamplona, la compañía que dirige Joshua Cienfuegos presenta el espectáculo 15 años Cienfuegos Danza, que celebra su década y media de andadura escénica revisitando dos de las piezas más importantes del siglo XX -La consagración de la primavera y Preludio a la siesta de un fauno- junto a Furtivo, una coreografía de un espectáculo anterior, ODEIM. 

En Cataluña, un proyecto generoso, Danza solidaria, llegará a sus municipios el mismo día de la celebración. Nacido en el Institut del Teatre y acogido por el Mercat de les Flors, el espectáculo ofrece las creaciones de los talleres realizados en los centros educativos que componen el Institut y su compañía joven, IT Dansa, con el apoyo de la Escuela Superior de Técnicas de las Artes del Espectáculo. La taquilla de la jornada se destinará a un proyecto solidario con danza integrada, que se dará a conocer el día del espectáculo. Sección Irregular, iniciativa del Mercat de les Flors, tiene quizás el perfil más experimental de cuantos allí se ofrecen y acoge seis apartados a lo largo de la temporada; performance, exposiciones de arte sonoro, conferencias o talleres se mezclan con danza. La pieza de Heine Avdal y Yukiko Shinozaki As if nothing has been spinning around for something to remember podrá verse el próximo 16 de mayo. Desarrolla parte de los materiales ya utilizados en su obra Nothing's for something de 2012 pero profundizando ahora en el cuerpo del bailarín y su interacción con su alrededor. 

El día 29 también habrá danza en el Teatro Guimerá de Tenerife, donde Paula Quintana presentará Latente. Huyendo de la previsibilidad de lo teatral, la coreógrafa adecúa su pieza, sus expectativas y las de su público, al espacio escénico en el que se representa. Unos días antes, la noche del 24, la mallorquina Avatâra Ayuso muestra su pieza Balikbayan como parte del espectáculo DOS en el Festival Internacional Palma amb la Dansa. La AVA Dance Company, que dirige, está asociada a la Creative Academy Slough (Reino Unido) y al European Center for the Arts Hellerau Dresden (Alemania). 

El ejemplo británico

La bailarina, afincada entre ambos países, no encuentra fácil “ejercer de artista a tiempo completo en España”. Explica que los sindicatos de artistas a los que pertenece en el Reino Unido -Equity y Dance UK- “luchan muy fuertemente para que el sector sea reconocido como merece por el público y los políticos. Hay también dificultades, por supuesto, pero se escucha al artista y se atiende sus necesidades para buscar soluciones futuras. España todavía tiene mucho que aprender en este terreno”. 

Mientras llegan esos cambios que reivindican los artistas, las asociaciones de profesionales que proliferan por todo el país se esfuerzan por dar visibilidad a la danza con actividades populares en ciudades como San Sebastián, donde más de 1.200 bailarines muestran una barra de ballet a lo largo de la barandilla de la playa de la Concha, o Sevilla, donde entre otras actividades se leerá el manifiesto de Galván en Las Setas. Así quizás se evite, como nos dice el bailaor, que estemos “demasiado pendientes de nosotros mismos y caigamos en el error de repetirnos, como el hámster hace con la noria”. 

Cifras en caída libreLos números de la danza dibujan un panorama preocupante. El Anuario de Estadísticas Culturales del Ministerio de Cultura demuestra que su espacio en los escenarios sigue reduciéndose. En 2013 hubo en España 2.354 representaciones, casi 300 menos que el año anterior (2.633). Eso significó a su vez un descenso en la recaudación (pasó de 10.326.000 euros a 9.243.000 euros) y de espectadores (de 1.066.000 a 954.000). Madrid es la comunidad autónoma que más funciones ha acogido en 2014 (655), seguida de Cataluña (460) y Andalucía (319). 

El capítulo de estrenos coreográficos, según informa el Centro de Documentación de Música y Danza, arroja un saldo más optimista. En 2013 se celebraron 230, mientras que en 2014 los títulos nuevos censados ascienden a 245. De estos últimos, alrededor de un 43% están catalogados como danza contemporánea y un 33% como danza española, siendo el flamenco la especialidad que prepondera dentro de este último capítulo, con un apabullante 79% del total. Con un 6% cada una aparecen la danza clásica o académica y la danza-teatro. Cierra la estadística, con un 13%, las piezas clasificadas como ‘otros estilos': break-dance, performance, danza aérea, vertical, de integración... 

En 2014, se contabilizaron 913 compañías (194 radicadas en Madrid y 131 en Cataluña). Y un total de 715 centros de enseñanza de danza, de los que 527 eran privados y 188 públicos.

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