EL TEMPS QUE ESTIGUEM JUNTS
compañía LA KOMPANYIA LLIURE
dramaturgia y dirección PABLO MESSIEZ
traducción al catalán MARC ARTIGAU
intérpretes JOAN AMARGÓS, QUIM ÁVILA, CLÀUDIA BENITO, RAQUEL FERRI, EDUARDO LLOVERAS, ANDREA ROS, JOAN SOLÉ y JÚLIA TRUYOL
duración 1h 45min
fotografías ROS RIBAS
producción TEATRE LLIURE
TEATRE LLIURE (GRÀCIA)
Siempre es una buena noticia leer "dramaturgia y dirección" de Pablo Messiez. Este dramaturgo argentino afincado en Madrid consiguió cautivarme con su montaje Los ojos y que desde entonces es de obligada asistencia a cada uno de los montajes de los que hemos podido disfrutar en Barcelona.
Messiez conjuga sus dramaturgias el realismo mágico, con un toque bastante costumbrista. El temps que estiguem junts es uno de sus ejemplos más evidentes de este género. Con una narrativa más típica del cine que del teatro, donde las acciones se superponen unas a otras, y el espectador ha de reconstruir el puzzle entre tanta diversidad temporal y espacial.
Si hay una cosa que domina Messiez es captar la atención del público desde el inicio y aquí nos vuelve a sorprender con una entrada de personajes excelsa. Y desde el inicio dos historias paralelas, los inicios de convivencia de una pareja y la reunión de amigos tras varias pérdidas.
El temps que estiguem junts es la primera vez que todos los miembros de la compañía están juntos y solos en el mismo montaje. Es el primer pulso con el público. Y aquí es donde el montaje empieza a tambalearse. En esta generación de Kompanyia las diferencias son más notables que en la pasada. Hay una clara descompensación de interpretaciones, y este montaje lo pone de manifiesto.
Hay actores de la Kompanyia que traían una maleta de tablas impresionante antes de entrar y en este montaje se pone de manifiesto. Es el caso de Júlia Truyol y Clàudia Benito que brillan por encima del resto de sus compañeros. Pero, sin duda, el gran descubrimiento de esta Kompanyia ha sido Raquel Ferri. Nit de Reis (o el que vulguis) supuso su lanzamiento y sigue la estela con uno de los personajes más complejos de El temps que estiguem junts.
Impresionante la escenografía de Elisa Sanz que recrea a la perfección la sala de estar de esas casas de los años 60 y 70 en la intimidad del Espai Lliure. Cuidada la selección de los elementos que la componen y que otorga un áurea perfecta para subrayar el realismo mágico y el costumbrismo de la dramaturgia de Messiez.
El ritmo de la obra es una de las contraindicaciones del montaje. En este aspecto El temps que estiguem junts recuerda algunos dramas de Chéjov donde el devenir de la existencia no tiene fin y los personajes ven, sobre todo, la vida pasar.
Y quizás a causa de este ritmo se acaba cayendo en un melodrama exagerado en algunos personajes que convierten la afectación en la característica principal de su interpretación. Se agradece, pero, el pequeño homenaje a Sarah Kane. Sin duda, El temps que estiguem junts no será lo mejor de Pablo Messiez pero es suficiente para una primera inmersión en su particular universo.
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