EDUARD II



TEXTO: CHRISTOPHER MARLOWE
TRADUCCIÓN: MARC ROSICH
DRAMATURGIA: MARCH ROSICH, ROBERTO ROMEI y ANNA M. RICART
DIRECCIÓN: ROBERTO ROMEI
INTÉRPRETES: ÒSCAR BOSCH, ESTER CORT, ADRIÀ DÍAZ, PEP GARCÍA-PASCUAL, JOSÉ PEDRO GARCÍA BALADA, CARLES GILABERT, SANTI MONREAL, ROC PIRÓ y RICARD SADURNÍ
DURACIÓN: 1h 20min
PRODUCCIÓN: PARKING SHAKESPEARE y TANTARANTANA TEATRE SL
BAIXOS 22 (TANTARANTANA TEATRE)

He de decir que tengo hartura de Shakespeare, pero el Marlowe que presenta Parking Shakespeare en el Teatro Tantarantana, me despertaba curiosidad. Había un handicap a superar, el espacio. Es una compañía que siempre ha representado sus espectáculos en espacios no-convencionales, en verano en el parque del Nord y en invierno en la Fabra Coats o en la Fundación Palo Alto, este año han decidido probar la platea convencional, a la italiana, craso error (a mi juicio)

Si por algo se caracterizan buena parte de las nuevas compañías, entre las que podríamos incluir a los Parking Shakespeare es por ofrecernos algo diferente a lo que acostumbramos a ver en el resto de teatros, lo clásico se queda (como es el caso) en el texto, lo demás rezuma vida, originalidad, "modernidad", pero Parking Shakespeare no es lo mismo en una platea que en un espacio donde la sorpresa está a la vuelta de la esquina. 

Roberto Romei dirige en su nuevo teatro, quizás la elección de la compañía al director hubiera sido acertada, si como director artístico adjunto del Tantarantana conociera el espacio donde pisan sus actores, en la duda de si lo conoce o no, el aprovechamiento escénico es nulo. Amplían unos metros el escenario de este teatro esta temporada, para luego acortarlo tanto que en los numerosos y desgraciados momentos de estatismo interpretativo, los actores se pisan los unos a los otros. Parking Shakespeare era libertad, no este inmovilismo, entre hacer correr a Carles Gilabert en Woyzeck por toda la nave de Palo Alto y quedarse petrificado en su medio metro de tierra, debe haber un término medio.

Sin saber a ciencia cierta quien fue Marlowe, si un alter ego del mismo Shakespeare o si realmente existió de verdad, Eduard II es un texto simplista, falto de escenas con chicha, sin entidad, una comedia o un drama dependiendo el prisma con el que se mire, pero no hay lugar para la risa ni para el llanto, te deja con el mismo frío con el que entraste. La falta de dirección traspasa el espacio escénico, los actores dicen el texto sin sentirlo, no hay emoción, no se miran, están a expensas de un público que les da la cara mientras sigue esperando que algo pasa en el vacío. No veo interpretaciones, veo actores solos que no luchan por salvaguardar los muebles, que no hay, pero ni por el columpio vale la pena luchar.

En julio regresarán al parque donde Parking Shakespeare volverán, esperemos, a ser ellos, en un espacio que les es muy suyo, con un director que sepa transmitir su energía. Y con los espectadores que les seguimos obra tras obra, aunque esta vez, algunos hayamos maldecido la elección, todo tarde o temprano se perdona.

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