ESPLENDOR (GREC 2016)



TEXTO: ABI MORGAN
TRADUCCIÓN: NEUS BONILLA BENAGES y CARME CAMACHO PÉREZ
DIRECCIÓN: CARME PORTACELI
INTÉRPRETES: MÍRIAM ISCLA, LLUÏSA CASTELL, GABRIELA FLORES y LAURA AUBERT
FOTOGRAFIA: ARNAU ORIOL
DURACIÓN: 1h 45min
PRODUCCIÓ: GREC 2016 FESTIVAL DE BARCELONA y FEI FACTORIA ESCÈNICA INTERNACIONAL
TEATRE ROMEA

Inicio el Grec 2016 con una propuesta que sobre paper prometía un teatro de fuerza protagonitzada por mujeres. Cuatro mujeres esperan a un dictador en el salón de la mujer de este, fuera ha estallado la revolución. Cada una parece tener alguna cosa que esconder, diferentes personalidades y una tensión usual en este tipo de reunions comprometidas. 

La estructura dramática de añadidos y llena de flashbacks no ayuda a que el texto tenga una fluidez y el ritmo adecuados para que no caiga en la monotonía. Ya no es culpa de las continuar repeticiones de diálogo más los añadidos que en cada paso nos pueden animar a mantener la atención, sino que estamos a la espera de que pase algo, que de alguna manera resuelva la situación de estatismo dramático a la que nos somete la escena. Alguien podría compararlo con un teatro próximo a Chéjov, pero creo que incluso se podría afirmar sin equivocación que en Chéjov encontraríamos más acción.

Esta temporada hemos visto dos grandes interpretaciones de Míriam Iscla, Només són dones i Dona no reeducable, pero en esta ocasión no la veremos brillar, muy al contrario, está excesivamente sobreactuada y con una clara falta de naturalidad, se puede ser pija pero natural. Ella es la mujer del dictador, una mujer que ha dedicado la vida a acompañar a su marido y que cierra los ojos ante los acontecimientos que suceden de puertas para fuera. Mientras en su pequeño gran refugio todo se mantenga intacto, ella mantendrá las formas. 

Acompañan a Míriam Iscla, una efectiva Lluïsa Castell, no será uno de sus grandes papeles pero, al menos, en algún momento consigue que empatices con su personaje. Pocas pistas llegamos a tener de él pero al llegarnos de otra manera, se nos hace más cercano. Laura Aubert, la traductora de la periodista, tira de recursos cómicos, a veces demasiado remarcados por la dirección, que convierten a su personaje en un monito de feria, pero que lejos de la cercanía su personaje maneja una frialdad que no nos deja entrever si es más víctima o verdugo de la situación. Por último, Gabriela Flores dibuja la que quizás sea la mejor interpretación de la noche, una periodista que ha venido a fotografiar al dictador y que espera su "inminente" llegada. Ella desencadena toda la reunión, y es el punto de "suspense" de la obra. Quizás la más cercana al espectador ya que durante caso toda la obra parece que se mira la acción desde fuera, está en un plano más cercano al público que al resto de los personajes.

Reconozco que llevaba una idea diferente de lo que me encontré. Entré con una idea de un teatro femenino, feminista del que nos tiene acostumbrados Carme Portaceli, con personajes fuertes, luchadores y con un claro discursos que transmitir. Salí con la idea de haber visto cuatro mujeres, que supongo que tendrían una historia que contar pero que me he quedado con las ganas de escuchar. He visto retazos de lo que podría haver sido una buena obra, pero que tanto en discurso, como en interpretación y dirección se me han quedado a medias.

1 comentario:

  1. Obra fallida, es podia esperar més de la direcció e interpretació. Una Miriam Iscla sobreactuada. Completament prescindible,

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