PLATONOV



AUTOR: ANTON. P CHÉJOV
ADAPTACIÓN y PUESTA EN ESCENA: LUK PERCEVAL
DRAMATURGIA: KOEN HAAGDORENS
INTÉRPRETES: ELSIE DE BRAUW, BRIEK LESAGE, KATRIN LOHMANN, BERT LUPPES, PETER SEYNAEVE, ZOË THIELEMANS, FRANK FOCKETYN, STEVEN VAN WATERMEULEN y LAURA MENTINK
DURACIÓN: 105min
FOTOGRAFIA: PHILDEPREZ
PRODUCCIÓN: NTGENT
SALA PUIGSERVER (TEATRE LLIURE, GREC 2016)

Una adaptación de Platonov, la primerísima obra de Chéjov, cuanto menos desconcertante. A medio camino entre la pasividad del autor ruso y las puestas en escena al más puro estilo Brecht. Contención, silencio, una especie de catarsis colectiva entre los actores y el público. Un público entregado y tan silencioso, tan atónito entre descifrar las palabras con el gran trabajo físico.

Quizás por lo desconcertante de la propuesta, Platonov me atrapó en su densidad en mayor medida de lo que hubiera deseado. En un Chéjov lo suficientemente pausado de normal, convertir los intérpretes en meros títeres que se mueven acompasados por unos hilos invisibles que apenas dan dos pasos en la amplitud del escenario de la Sala Puigserver y la decadencia de sus actos convierten el montaje por momentos en extenuante.

Pero en medio de este largo silencio aparece el sonido de piano y voz de Jens Thomas, que en algo parecido a Rufus Wainwright despierta nuestras dormidas conciencias y pone el más destacado toque a la pereza, al immovilismo. Los mejores momentos vienen acompañados de su música y de cuando los títeres descubren que el mejor lenguaje es el físico.

Magnífica escenografía, capitaneada por un enorme piano de cola que se desplaza por una especie de pasarela metálica que se sujeta físicamente por pilas de libros, como una brillante metáfora de todos aquellos que les faltan por leer a unos personajes consumidos en el alcohol y en su propia mediocridad.

El escaparate de personajes baja el telón y los bravos resuenan en la sala, y sí, este Platonov es diferente a lo que acostumbramos a ver, pero quizás me esperaba otra cosa o incluso algo más de lo que me han mostrado. Sea como fuere, yo me quedo con el pianista, él me ha salvado el montaje.

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