LA FORÇA OCULTA



AUTOR: LOUIS COUPERUS
DIRECCIÓN: IVO VAN HOVE
ADAPTACIÓN y DRAMATURGIA: PETER VAN KRAAIJ
INTÉRPRETES: AUS GREIDANUS JR, GAITE JANSEN, GIJS SCHOLTEN VAN ASCHAT, HALINA REIJN, JIP VAN DEN DOOL, MARIA KRAAKMAN, ARIEKE HEEBINK y VANJA RUKAVINA.
INTÉRPRETES INVITADOS: BARRY EMOND, DEWI REIJS, MINGUS DAGELET, OTIS SCHWAB, ROB MALASCH y KEANU VISSCHER
DURACIÓN: 120min
FOTOGRAFIA: JAN VERSWEYVELD
TEATRE LLIURE, MONTJUÏC (GREC 2016)

Soy de las que llegó tarde a Ivo van Hove, de las que no vio aquellas famosas "Tragedias" y de las que hasta ahora me parecía otro director que basaba su puesta en escena en la espectacularidad. Ayer vi algo más que espectacularidad en el escenario. Tengo que admitir que el tema me interesaba, quizás a otra persona que el tema no se le haga sugerente, se pueda quedar sólo en la carcasa. La temática es la colonización, esta vez centrada en Holanda y, más concretamente en la isla de Java. Pero lejos de ser un caso aislado, tiene rasgos similares al resto de colonizaciones europeas.

La força oculta muestra sin pudor todo lo que se esconde detrás del afán civilizador de la cultura occidental, sea cual sea, una sexualidad explícita, el adulterio, la pedofilia, el incesto y todo rociado por una violencia verbal y física al no conseguir imponerse a la partida a los otros.

La misma entrada a la sala ya nos hace presagiar parte de lo que está a punto de suceder. Llueve y seguirá lloviendo con mayor o menor intensidad durante toda la obra. No es una sorpresa, ya se anunciaban que caerían 70.000 litros de aigua por sesión. Y la espectacularidad del montaje radica precisamente en ese agua, en como a golpes de mover la pinta adelante y atrás, el Monzón consigue que no podamos apartar la mirada del escenario.

Colonos, mestizos, indis, razas y condiciones sociales diferentes se entremezclan. Política, poder, amor, control, pasiones y venganzas que acaban en un poder destructivo contra uno misma y contra los demás. Un sinfín de temas que van más allá de los tópicos y que a pesar de que la dramaturgia no tenga excesivos giros de guión, va desmenuzando poco a poco las sorpresas; sin poder dejar de mantener la atención de los sobretítulos porque el volumen de texto y de descripción de la situación es más elevado que en otras ocasiones, pero esta vez el ritmo dramático lo hace más liviano.

Lo único que no ha cambiado con respecto a ocasiones pasadas, y que quizás en esta ocasión se ha accentuado más, el agua y la presencia de humos diversos lo recalca, son la frialdad de las interpretaciones. Sin duda, esta apreciación tiene mucho que ver con las cuestiones culturales mediterráneas, pero el sentimiento de empatía que te despiertan en ciertos momentos algunos personajes quedan frenados en seco, como si de una pared se tratara, por la lejanía de su manera de interpretar, que no es que sea mejor ni peor que la de aquí, sino simplemente es diferente.

Esperemos que el más que probable cambio de "administrador" del Festival Grec nos siga delectando con la presencia de Ivo van Hove en las próximas ediciones. El inicio del verano ya no es lo mismo sin él.  

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