KIND


concepción y dirección GABRIELA CARRIZO y FRANK CHARTIER
creación e interpretación EURUDIKE DE BEUL, MARIE GYSELBRETCH, HUN-MOK JUNG, BRANDON LAGAERT, YI-CHUN LIU, MARIA CAROLINA VIEIRA
duración 80min
fotografías OLEG DEGTIAROV y OLYMPE TITS
producción PEEPING TOM en coproducción con KVS-ROYAL FLEMISH THEATRE (BRUSELAS), TEATRE NACIONAL DE CATALUNYA, GREC 2019 FESTIVAL DE BARCELONA y THEATER IM PFALZBAU
SALA GRAN (TNC, GREC 2019)

Un clásico del Grec es ver un nuevo espectáculo de Peeping Tom y si este año está semiproducido en casa, mejor que mejor. Después de ver Vader (padre) y Moeder (madre), cerramos la trilogía de la familia con Kind (hijo) que nos sume en el mundo de la infancia. Peeping Tom siguen fieles a su estilo de mezcla danza con teatro, en esta ocasión quizás haya más teatro que danza, y se hecha un poco de menos la última. Por otra parte, el ambiente hiperrealista de otra obras, se mezcla ahora con un surrealismo al límite.

Platea a rebosar, con las entradas agotadas, y con un público deseoso a saber qué nos tiene preparada la compañía belga. Kind es una obra oscura donde el mundo de los niños está reflejado desde sus propios ojos, así se muestran sus miedos y sus deseos. Un mundo casi de adultos donde los monstruos se vuelven más reales y cometen atrocidades que en la cabeza de un infante no deberían habitar.



Kind se suma a la moda de las obras distópicas donde la realidad se lleva a un límite de atrocidades y donde la infancia se da la mano peligrosamente con el peor mundo adulto posible. Kind saca a Peeping Tom de los escenarios interiores, de sus típicos salones, y la escenografía de Justine Bougerol nos muestra el exterior, un bosque tenebroso al lado de un acantilado donde las bestias y la tiniebla tiñe de negro y azul oscuro el abanico de colores que debería tener cualquier infancia.

Sus recursos cinematográficos siguen muy presentes en Kind y esta estética capturan nuestra atención, la violencia que destiñe esta infancia incomoda en exceso. Y el humor tan típico de montajes anteriores se muestra en este caso en un formato que cuesta esbozar la sonrisa sin pararse a pensar de qué nos estamos riendo, si la parodia de humor negro es para reírse o para llorar.



La multidisciplinariedad de Kind deja la danza en un segundo plano, mucho menos presente que en el dos montajes que conforman la trilogía, y quizás para los que recordábamos más danza y menos teatralidad nos ha sabido a poco. Todo evoluciona y quizás Peeping Tom ha seguido su evolución natural. Veremos qué nos espera más allá de la trilogía, si nos sacan de la oscuridad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario